Colombia le apuesta a la agricultura inteligente

Senegal posee uno de los climas más variables del mundo, debido a que más de la mitad de su territorio es una zona de transición entre el desierto del Sahara y la sabana africana (conocido como Sahel) y es constantemente agobiado por sequías y fenómenos climáticos extremos. Siendo un país cuya agricultura es uno de los principales motores de la economía y la principal fuente de empleo rural, el cambio climático es una prioridad nacional.

En este país desde hace 3 años se viene desarrollando en la localidad de Kaffrine, un proyecto de pronósticos agroclimáticos, en el que los agricultores de la región cuentan con la mejor información climática disponible que les permite planear mejor sus cosechas. Para lograrlo, el primer paso fue unir a todas las instituciones públicas y privadas que tienen información de este tipo bajo un mismo proyecto, luego unir a los campesinos para que a través de su conocimiento en campo, aportaran al mismo.

Este proyecto de información climática ha logrado que los agricultores puedan proteger sus propias fincas y familias de fenómenos climáticos severos en el presente y el futuro, con información climática que pueden entender y aplicar.

De esta manera, como parte de las actividades del convenio ‘Clima y Sector Agropecuario Colombiano’, el Programa de Investigación en Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS) invitó a una delegación proveniente de Senegal para que compartiera la experiencia de su proyecto de pronósticos agroclimáticos y así replicarla en Colombia bajo el liderazgo del Ministerio de Agricultura y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT).

Como lo explica Andy Jarvis, científico del CIAT y CCAFS, “con frecuencia en Colombia enfrentamos crisis como una ola invernal o una seguía, y no planeamos sino que reaccionamos frente a los hechos cuando han pasado; el convenio que suscribimos con el Ministerio de Agricultura busca cambiar la historia y que no nos maneje el clima, sino que nosotros lo manejemos”.

Entre las metas del acuerdo de cooperación están: gestión del riesgo agroclimático, cierre de brechas productivas y sistemas de producción amigables con el medio ambiente.