La Sierra Nevada solo conserva alrededor del 13 por ciento de bosque nativo. | Foto: Fundación ProSierra

Medio Ambiente

La trágica historia de la Sierra Nevada

Las imágenes de humo y fuego emanando de la Sierra Nevada de Santa Marta, que inundaron las pantallas de televisores y diarios durante los diez días que duró el reciente incendio forestal, eran para ponerse a llorar.

10 de abril de 2014

De las 383 mil hectáreas con las que cuenta la Sierra, 3500 resultaron destruidas, sumándose a una lista de problemas que aquejan a unos de los ecosistemas más valiosos y complejos del país.

El lugar tampoco escapa a los efectos del cambio climático. De acuerdo al último informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) 95 por ciento de los efectos de este fenómeno son producto de la actividad humana, y Colombia es uno de los países más vulnerables, precisamente por su biodiversidad.

Ya son varias las voces que alertan en el país, entre esas la del presidente Juan Manuel Santos, que la nieve de la Sierra desaparecerá completamente en alrededor de 20 años. El daño, dicen, es casi irreversible. No obstante, las acciones para la adaptación y mitigación aún son posibles.

De los 17 nevados que existían en el país solo quedan seis y la Sierra es uno de ellos. Entre los que han desaparecido se cuentan el Puracé en Cauca y Huila en 1940; el Sotará, también en esta zona en 1948; el Chiles y el Cumbal, ambos en Nariño, en 1950 y 1985, solo por nombrar algunos.
Semana Sostenible habló con Ricardo Tapia, Director Ejecutivo de la Fundación ProSierra Nevada de Santa Marta sobre este tema.

Tapia es biólogo y tiene 15 años de experiencia en gestión ambiental y desarrollo rural. Es nuevo en el cargo, pero ha estado vinculado con la Fundación desde 2006.

Aunque es optimista ante las posibles soluciones que como ciudadanos podemos adoptar para hacerle frente a la situación medio ambiental del país, a su vez, expone cifras desconcertantes sobre la Sierra Nevada.

“Un análisis satelital multi-temporal hemos realizado desde 1997 determinó que en ese año el 17,4 por ciento de la nieve del país estaba en la Sierra…eso era alrededor de 11 mil kilómetros cuadrados” dice Tapia.

Según las consideraciones de este análisis, la disminución estimada anual es de 3,6 por ciento, lo que para Tapia y varios expertos significa que “en 30 años podríamos dejar de hablar de nieve perpetua en esta zona”.

Aunque el biólogo está de acuerdo en que gran parte del problema radica en el cambio climático, también es un creyente de que las acciones humanas sobre la Sierra como las quemas, las talas indiscriminadas, la ampliación de la frontera agrícola y la fragmentación del ecosistema han contribuido a la situación.

“Se trata de todas las comunidades y la ciudadanía aledaña a la Sierra, desde los que están asentados en la base hasta la parte más alta. La Sierra principalmente es una productora de agua, pero se encuentra que, por ejemplo, se utilizan suelos no aptos para la ganadería dentro de ella”, agregó.

La pérdida de fauna es otro de los graves problemas de la Sierra. Especies como el jaguar, el paujil pico azul, la danta y algunos tipos de guacamaya se encuentran en grave peligro en esta zona.
De acuerdo a Tapia la “caza indiscriminada” y la “alteración de los ecosistemas”, esto último dejando a los animales sin lugares donde asentarse, alimentarse y reproducirse han acabado con estas especies.

Para mitigar esto, la Fundación trabaja por la creación de corredores ecológicos con acciones de reforestación en distintas cuencas hídricas de la Sierra. De este corredor, unas 50 hectáreas resultaron destruidas en el reciente incendio.

“Hacen falta acciones conjuntas y un trabajo interinstitucional que involucre a todos los actores que se benefician de la Sierra. Estamos trabajando en un proyecto coordinado entre La Guajira, el Cesar y el Magdalena, gobernaciones, alcaldías y organizaciones, para atajar esta situación”, afirmó Tapia.

Si bien para el director se trata de un gran esfuerzo institucional, la sensibilización de la ciudadanía y de las comunidades es esencial para la recuperación y el manejo sostenible de la Sierra. Un ecosistema que, en sus palabras, solo conserva 13 por ciento de los bosques nativos.