Los FUmanoides de la Universidad Libre de Berlín. | Foto: DW

Ciencia

Los robots futbolistas de Berlín

En plena fiebre del Mundial de Fútbol, estos robots futbolistas, los Fumanoides, también hacen gambetas y meten goles.

Alianza DW
19 de junio de 2014

Emmy es un pequeño robot de 65 centímetros que persigue la pelota y trata de colocarla en la meta. Este tipo de robots fue desarrollado en la Universidad Libre de Berlín, y Deutsche Welle estuvo allí para conocerla y conversar con los investigadores que los crearon. Daniel Seifert es uno de ellos y nos cuenta más sobre Emmy: “Esta es Emmy, nuestro robot jugador de fútbol. Tiene una cámara en su cabeza con la que puede ver la pelota, el arco y lo que lo rodea, y así decide en qué dirección moverse y a qué arco debe apuntar”.

El investigador explica que, hace pocos días, Emmy sufrió una lesión durante un torneo abierto en Irán. Los FUmanoides son muy exitosos en el fútbol: ya salieron dos veces vicecampeones del mundo y son campeones también en Alemania.

Primer Mundial para robots, en Japón

El profesor Raúl Rojas es mexicano y dirige el grupo de trabajo Sistemas Inteligente y Robótica de la Universidad de Berlín. Según él, es importante que los robots no sean solo instrumentos de juego, sino que la investigación sirva para avanzar en el desarrollo de los robots. “El primer Mundial de Fútbol para robots se jugó en 1998 en Japón. La idea era investigar problemas informáticos difíciles de resolver, cuya solución podía aportar conocimientos para construir robots que cumplieran una tarea, por ejemplo, un robot que ayudara en las tareas del hogar”, explica el científico.

Sin embargo, se enfrentan a diferentes desafíos al tratar de imitar el comportamiento humano, dice el profesor Rojas. “Los seres humanos estamos acostumbrados a caminar sin que tengamos que pensar para hacerlo. Eso es muy difícil para los robots porque no tienen percepción corporal, les faltan sensores para eso”.

Otro obstáculo para los FUmanoides es mantenerse en movimiento y poder ver por dónde corren desde las imágenes de las cámaras de video que tienen instaladas. “El segundo desafío es que los robots tienen cámaras de video, y con ellas tienen que reconocer su entorno, saber desde distintas perspectivas dónde está la cancha, dónde están la pelota y el arco, y eso con una tarea compleja porque la cámara se mueve hacia arriba y abajo con el movimiento del robot”.

Aporte para el desarrollo tecnológico

Los conocimientos que los investigadores obtienen gracias a los pequeños robots futbolistas también podrían ser de provecho para la industria. Muchos de las tareas, como la coordinación de un equipo, el reconocimiento del campo de juego a través de una cámara, o la planificación de actividades, podrían ser llevadas a cabo por los robots.

Los robots futbolistas de Berlín ganaron hace muy poco el torneo abierto de Teherán, pero no podrán participar en el Mundial de Fútbol de este año en Brasil, debido que los pasajes en avión y la estadía son demasiado caros. Sin embargo, todos los años se realiza un Mundial de Fútbol de Robots, señala Raúl Rojas. Sus estudiantes tienen mucho interés en personajes como Emmy, ya que les permite estudiar e investigar casi jugando, y les facilita terminar sus carreras.

“Los estudiantes escriben su tesis sobre la investigación con los FUmanoides, y eso es muy positivo porque les da la oportunidad de programar de inmediato sus robots y de ver cómo funcionan con éxito, cómo el robot corre por la cancha o mete un gol. Así se combina el juego con la investigación científica”, señala Rojas.

La meta de los investigadores berlineses es lograr que en el año 2050 un equipo de robots futbolistas no solo pueda competir con un equipo formado por seres humanos, sino también derrotar al campeón mundial de fútbol. Sin embargo, Raúl Rojas piensa que eso aún está muy lejos de la realidad. “Por supuesto que se podría construir una máquina que lance la pelota con gran fuerza desde una esquina a la otra de la cancha, pero no se trata de eso. La idea es construir robots que parezcan seres humanos y que se comporten como seres humanos, pero aún estamos muy lejos de lograrlo. Los jugadores humanos les ganarían sin duda cualquier partido de fútbol”.

Es por eso que, por ahora, Emmy y sus colegas siguen jugando al fútbol con los de su especie bajo la atenta mirada de quienes los construyeron.