El 40 por ciento de los costos de producción de la papa son dedicados a la compra de insumos para el control de plagas. | Foto: Daniel Reina

Agricultura

Colombia cerca de tener superpapas

La inserción de un gen sintético en la papa puede ser la alternativa para hacer más competitivo este alimento.

18 de enero de 2013

 A pesar de las controversias que pueda generar, la inserción de un gen sintético en la papa puede ser la alternativa para hacer más competitivo este alimento.

Científicos de la Corporación para Investigaciones Biológicas (CIB) y la Universidad Nacional de Colombia están desarrollando, desde hace cerca de 12 años, un gen sintético que al ser introducido en la papa logra controlar de manera biológica a la polilla guatemalteca, la cual causa la pérdida de entre el 20 y 30 por ciento de la producción.

El gen es obtenido de la bacteria Bacillus thuringiensis, la cual es reconocida en el medio como uno de los insecticidas naturales más efectivos, ya que resulta altamente tóxica para los insectos como las polillas y no tiene efectos dañinos en el medioambiente, a diferencia de los insecticidas y pesticidas químicos. Así, de acuerdo con Diego Villanueva, investigador del grupo de biotecnología vegetal de la Universidad Nacional: “Se aísla el gen y se introduce de forma sintética en la papa de tal manera que cuando la polilla consuma el tubérculo, el ph de su intestino activará el gen expresado en una proteína, la cual ocasiona daños en su organismo, logrando, al final, que este no pueda comer y muera de hambre”.

Si bien en pruebas de laboratorio los resultados son positivos, lo que esperan los investigadores es que en aproximadamente cinco años, los cultivadores de papa accedan a una semilla igual en todo sentido a la papa sin modificaciones genéticas, pero resistente a la polilla guatemalteca.

La búsqueda de un mecanismo de control para la polilla guatemalteca se hace relevante si se tiene en cuenta que el 40 por ciento de los costos de producción son dedicados a la compra de insumos para el control de plagas, según la Federación Colombiana de Productores de Papa (Fedepapa). Adicional a esto, la exposición a los insecticidas químicos está generando problemas de salud a los cultivadores. “Nos estamos muriendo de cáncer”, manifestaban algunos cultivadores en el municipio de La Unión (Antioquia), debido al uso de productos muy fuertes para el combate de la polilla a los investigadores del proyecto.

Si solucionar el problema de esta plaga resulta tan importante, ¿por qué aún no existe un mecanismo efectivo y amigable con la naturaleza para su erradicación? Según Héctor Villareal, Secretario Técnico de la cadena de la papa, la respuesta está en que son muy pocos los países que tienen que enfrentarse a la polilla y por tanto no ha habido investigaciones y avances lo suficientemente sólidos para enfrentarse a esta plaga. “Sobre esa base uno pensaría que se debería generar una solución por vía de la transgénesis, la cual hasta ahora parece ser la solución más efectiva”.

No obstante, para lograr la liberación total de este tipo de papa no solo se deben cumplir los requisitos exigidos por el Instituto Colombiano de Agricultura (ICA), sino que debe demostrarse, según Villareal, que hay por lo menos 70 por ciento de efectividad, puesto que de otra manera no sería competitivo el tubérculo. Así mismo, es necesario aclarar el tema del uso de la bacteria con fines comerciales y realizar un proceso de educación en el consumidor.

“El Bacillus no es nuestro. Nosotros le pedimos la licencia para investigar a una universidad en Estados Unidos. Entonces, si se creara un producto comercial tendríamos que negociar con esta institución sobre la participación de la misma en el desarrollo científico”, explica Villareal.

De ser así, este sería uno de los puntos neurálgicos, ya que si se imponen ciertas restricciones y privilegios, solo los grandes cultivadores podrían adquirir la semilla. De acuerdo con cifras de Greenpeace, en el tema de los cultivos transgénicos, “solo 10 multinacionales controlan casi el 70% del mercado mundial de semillas, lo que significa que los agricultoras tienen poca capacidad de elección”.

Con respecto al consumidor, de acuerdo con Villareal, dado que “el consumo se ha reducido en cerca de 15 kg per cápita en los últimos 10 años y que hay muchos conceptos errados sobre los cultivos transgénicos, es necesario educar al consumidor. Lanzar papa con modificaciones genéticas, sin previa información, haría que dicho consumo bajara drásticamente”.

Así mismo, Villanueva cree que la falta de conocimiento sobre los productos transgénicos, permite que organizaciones con alcance mediático difundan un mensaje no enteramente objetivo de este tipo de cultivos.
En cualquier caso, Colombia está cerca de tener papa genéticamente modificada, sin embargo, no sería el primer país en hacerlo. En Europa varios países, en particular Alemania, ya consumen papa y otros alimentos modificados genéticamente.