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La innovación debe ser sostenible y replicable.

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Innovación empresarial, despegando

Empresas colombianas defienden el emprendimiento y la innovación con fines de lucro. Dicen que no se trata de ponerle ‘apellido’ a la innovación, sino de que esta sea sostenible y genere riqueza.

30 de mayo de 2013

Carolina Torres y sus socias lo ven claro. Su innovación no se remite solo al producto que desarrollaron (Chocoliss), también tiene un componente social, ya que genera empleo, y es amigable con el medioambiente. Dos características que para ellas tienen una relación estrecha con la innovación social.

Estas jóvenes de Medellín crearon una fórmula a partir de una molécula de la caña de azúcar, que permite alisar el pelo. Hoy tienen el apoyo de INNpulsa, la unidad que el Gobierno creó hace 15 meses para acelerar el crecimiento, de manera sostenida, de las empresas que generan valor. Fin que cumple con la innovación como plataforma.

 

Al igual que las empresarias, INNpulsa considera que las empresas que generan empleo y son sostenibles son innovadoras socialmente. “Ese tema de buscar otro tipo de impacto, por encima del económico, hace que no sean sostenibles los proyectos en el tiempo. No podemos compartir valor si no generamos valor”, señala Catalina Ortiz, gerente general de la entidad.

 

Según la investigación ‘Innovación en América Latina’, realizada entre septiembre de 2012 y enero de 2013 por la Red Enlaces (conformada por siete escuelas de administración de Latam), la mayoría de empresarios entienden la innovación como una inversión en tecnología y desarrollo de nuevos productos.

“Estamos en una fase temprana de la innovación que se fundamenta en vender más y tener mayor participación en el mercado, y menos en temas de calidad de vida”, comenta Nunzia Auletta, del Centro de Emprendedores del IESA-Venezuela, miembro de la red.

 

Los empresarios se comprometen con la innovación en su visión y misión, pero les falta apropiarse de ella. Por suerte están ampliando sus relaciones con las universidades e innovando en el modelo de negocio. Es el caso de Alpina, una de las empresas que se mostró de ejemplo cuando se presentó el estudio en Cartagena. Hoy distribuye algunos productos de manera directa a través de madres cabeza de familia de comunidades de bajos recursos.