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IMPACTO

Barreras filtrantes para limpiar los oceános

Un holandés de 21 años ideó una ingeniosa solución para recuperar los desechos plásticos de los mares.

22 de junio de 2016

Boyan Slat mostró este miércoles un prototipo de barrera filtrante para deshacerse de los millones de toneladas de residuos plásticos de los océanos, un proyecto inédito que será puesto a prueba en el mar del Norte.

Con el proyecto "The Ocean Cleanup" -la limpieza del océano-, el joven holandés quiere luchar contra la "sopa plástica", una mezcla de diversos residuos que flotan en el océano. La mayoría de los residuos plásticos se encuentra flotando en los cinco principales giros oceánicos marinos, que van amalgamando enormes placas de desechos, convirtiéndose casi en "continentes" de plástico.

Mientras la mayoría de proyectos que intentan recolectar el plástico utilizan barcos que peinan los océanos, Slat quiere aprovechar las corrientes marinas para atrapar los desechos. "¿Por qué tenemos que ir hacia los residuos si los residuos pueden venir hasta nosotros?", explicó este joven con cara de adolescente, pelo alborotado y camisa abierta, en una conferencia de prensa en el puerto de Scheveningen, en las afueras de La Haya.

La idea nació cuando todavía era un estudiante en el instituto y esbozó un croquis en una servilleta de papel. El prototipo, que costó 1,5 millones de euros -1,7 millones de dólares- y financiado tras colectar 2 millones de euros en internet, es una barrera de 100 m de largo formada por flotadores negros alargados y redes que capturan los trozos de plástico.

Formada por una superficie en el exterior y una superficie sumergida de 1,50 metros cada una, "la barrera flotante más resistente del mundo", hecha de caucho, poliéster y tela, está hecha para soportar cargas de 80 toneladas y para capturar pequeños trozos de plástico de hasta 1 mm de diámetro. Esta barrera será desplegada durante un año en el mar del Norte, a 23 km de las costas holandesas.

Un lugar escogido por sus fuertes corrientes vinculadas a la marea. "A la mínima tormenta, tendremos fuerzas más potentes que durante una tormenta de cien años en el océano. Si el prototipo sobrevive aquí, sobrevivirá en todas partes", explicó el creador.

Más plásticos que peces

Pero la ambición del más joven ganador del premio "Campeones de la Tierra", otorgado por el Programa de Naciones Unidas por el Medio Ambiente (PNUMA), es implantar en el 2020 un proyecto mucho mayor: una barrera de 100 km de largo.

Se trataría de dos brazos flotantes de 50 km cada uno en forma de "V", amarrados en los fondos marinos. Equipados con una "cortina" hundida en el agua hasta tres metros de profundidad, estos brazos bloquearían los plásticos, recolectados luego en un contenedor. Estos contenedores podrían almacenar hasta 3.000 metros cúbicos de desechos -suficientes para llenar una piscina olímpica-, que se podrían reciclar parcialmente.

"Desplegando uno solo de estos sistemas durante 10 años, podríamos limpiar la mitad de la gran placa de desechos del Pacífico, o incluso más si desplegamos más sistemas", explicó Boyan Slat. Hasta entonces, el holandés trabajará para que su primer prototipo sea infalible, controlando, reparando y mejorando el mínimo defecto del sistema.

El joven, que abandonó sus estudios en ingeniería espacial para dedicarse totalmente a esta aventura contó que decidió dedicarse a esta utopía tras haber buceado durante sus vacaciones en Grecia y ver que "bajo el agua, había más plásticos que peces".