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La capoeria llegó al barrio Capão Redondo de Sao Paulo hace 12 años con el proyecto Puerta Abierta. | Foto: Juana Marcela Guerrero

Deporte y Desarrollo

Los guerreros de Capão Redondo

El baile, la música y las acrobacias propias de la capoeira son el camino que niños y jóvenes de Sao Paulo han encontrado para superar problemas de drogadicción y alejarse de la delincuencia.

Por Juana Marcela Guerrero
8 de julio de 2014

Mientras observa una decena de niños hacer piruetas en medio de carcajadas, Elaine Souza da Silva recuerda su primer encuentro con la capoeira. Dice que fue como una unión de almas, se queda corta de palabras para hablar de este deporte y lo define con una sola: Salvación.

La capoeira surgió en Brasil durante los tiempos de la esclavitud, como una forma de resistencia a la opresión, y actualmente representa la oportunidad para que niños y jóvenes del barrio Capão Redondo, ubicado en el suroeste de Sao Paulo, Brasil, puedan escapar de un futuro que parece inevitable.

Elaine, de 27 años, la practica desde cuando tenía 15 y eligió este deporte para aprovechar la única actividad posible para ocupar su tiempo libre. “Mi única forma de diversión era estar en la calle y eso significaba estar cerca de las drogas”, afirma.
La capoeira llegó a Capão Redondo, el barrio de Elaine, hace 12 años con el proyecto Puerta Abierta, en asociación con la Alcaldía y la Secretaría de Salud de Sao Paulo. Era un programa de intervención de salud pública cuyo objetivo era reducir los índices de criminalidad y mortalidad en un lugar reconocido como uno de los más peligrosos de la ciudad.

Gracias a este proyecto, jóvenes como Elaine y Leonardo de Caravalho, un diseñador y maestro de capoeira de 28 años, lograron cambiar sus historias de vida, contrariar las estadísticas y aportar a su comunidad al enseñarla a los más jóvenes.

El  más orgulloso de esto es su gestor y fundador, Gladson de Oliveira Silva. Un hombre de 72 años que encarna la sabiduría de los viejos maestros con la humildad y la espontaneidad de un niño. Todos respetan al maestro Gladson en el clan de capoeira; los más pequeños se acercan a saludarlo y él los recibe con un beso delicado en la frente, mientras me dice: “¡Mire qué trabajo bonito!” y continúa agregando que Puerta Abierta es un proyecto para educar y reeducar a la ciudadanía, cuyo objetivo es formar niños y jóvenes para que en el futuro sean actores de transformaciones en su comunidad. “Acá se prepararan ciudadanos que luego van a ser líderes y a construir un nuevo Brasil”, agrega el maestro.

El resultado de estos años de trabajo salta a la vista. Hoy en día Capão Redondo no es el barrio que fue años atrás, basta mirar los más de 80 niños que entrenan cada domingo las acrobacias que les enseñan los cinco maestros que, actualmente, donan su tiempo como una forma de retribuir lo que ellos recibieron hace una década, que cambió por completo sus vidas.

El proyecto Puerta Abierta dejó de recibir apoyo financiero gubernamental hace 10 años y en la actualidad continúa vigente gracias al voluntariado de los profesores que creen firmemente en las palabras del maestro Gladson: “La experiencia con este proyecto me muestra que yo no puedo salvar el mundo, pero mi mundo ya lo salvé. Cambiar nuestro mundo es el gran reto y eso es lo que se propone la capoeira”.