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Según la organización se estima que en la actualidad los niños de 8 años ya han consumido más azúcar que sus abuelos en toda una vida. | Foto: #FoodTreatyNow

CONSUMO RESPONSABLE

El movimiento mundial contra la comida chatarra

Consumers International busca proteger a los consumidores de la comida chatarra más nociva para la salud.

9 de abril de 2015

Por lo general cuando se habla en una asociación defensora de los consumidores por lo general se piensa en las entidades encargadas de cuidar el bolsillo de la personas. Sin embargo, la organización Consumers International integrada por cerca de 250 ONGs de 120 países emprendió recientemente una campaña para luchar contra la comida chatarra, que en su mayoría es nociva para la salud.

Y es que el poder que han llegado a acumular las grandes transnacionales, cadenas y corporaciones productoras de este tipo de alimentos han logrado frenar, gracias al lobby, distintas acciones para proteger a al usuario final desde la legislación en distintos países. Además si se tiene en cuenta que anualmente se registran cerca de 11 millones de muertes por la mala alimentación se evidencia que este no es un problema menor.

Por esta razón es que la organización no busca que las personas pierdan la libertad de elegir qué comer y qué no, sino de que las compañías incluyan en etiquetas visibles los ingredientes utilizados en sus comidas, por ejemplo si son transgénicos o no. 

También la iniciativa busca que no se publiciten estos alimentos en franjas de programación infantil y que en caso de que estudios muestren repercusiones en la salud de las personas los productores modifiquen sus recetas para hacer el alimento un poco saludable.


El movimiento espera llegar a tener un impacto similar al que logró la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2004 cuando 180 países suscribieron un acuerdo contra el tabaco que desembocó en que algunos países prohibieran fumar en espacios cerrados. 

Actualmente a través del hashtag #FoodTreatyNow se busca que el poder de las transnacionales y grandes corporaciones pueda llegar a verse amenazado por grupos de presión ciudadanos que fomenten una cultura alimentaria más saludable.