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Este informe es publicado cada año.

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En Colombia confiamos en desconocidos, pero no en las ONG

Un nuevo informe demuestra que ayudamos a personas que no conocemos o que están en apuros. Sin embargo, no creemos en las donaciones y muy poco en el voluntariado.

Conexión Colombia
7 de marzo de 2014

Esta realidad fue revelada por el informe sobre el World Giving Index 2013 (índice mundial asociado a la acción de dar), publicado por Charities Aid Foundation, que mide los niveles de generosidad de ciudadanos de 135 países, con base a la encuesta mundial de Gallup del año 2012.

A la luz de los resultados del informe, distintos expertos destacaron la solidaridad de los colombianos. Aunque, a su vez, alertaron sobre la desconfianza en el país hacia las organizaciones sin ánimo de lucro.
Específicamente, el índice mundial asociado a la acción de dar retoma las siguientes tres preguntas de la encuesta Gallup: “En el mes pasado (I) ¿Donó dinero a la caridad?, (II) ¿Participó en actividades de voluntariado?, (III) ¿Ayudó a un desconocido o a alguien que necesitaba auxilio?”

Los Estados Unidos tiene el mayor puntaje del índice, seguido por Canadá, Nueva Zelanda y Mynamar. El país latinoaméricano mejor posicionado en el índice es Costa Rica (puesto 23), seguido por Haiti (28), Guatemala (30) y Colombia (31). Estos países están por encima de Chile (35), Perú (74) y Brasil (91).

Samuel Azout, fundador de la Fundación Fútbol con Corazón y ex director de la Agencia Nacional de la Superación de la Pobreza Extrema – ANSPE, señaló que el liderazgo de Colombia en el índice, frente a otros países latinoamericanos, se debe posiblemente a que sea una de las naciones más desiguales del hemisferio occidental. De acuerdo con el estudio “Reduciendo la brecha urbana de ingreso” de ONU Hábitat, Colombia es la tercera nación más desigual de América Latina.

A esta situación se le suman los vacíos en la provisión o calidad de servicios básicos, que se convierten en una “presión” para que en el país se contribuya más a la mejora de las condiciones de vida de las personas.

Para Catalina Escobar, Presidente de la Fundación Juan Felipe Escobar, los incontables años del conflicto armado han infundido una conciencia social en un gran número de colombianos. “Son varios países en la región que han atravesado periodos críticos en su historia, aunque en Colombia la guerra aún continúa. Por ello tenemos una posición más crítica, proactiva y menos indiferente ante las injusticias que se viven a diario,” agregó Escobar, nombrada Héroe CNN en 2012.

La Directora Ejecutiva de Conexión Colombia Carolina Puerta expresó que hay que tener en cuenta que la situación actual del país genera una mayor proporción de personas, como los desplazados y migrantes del campo a la ciudad, que solicitan aportes económicos para poder sobrevivir.

El año pasado el Centro de Seguimiento para los Desplazados Internos (IDMC) informó que Colombia tenía entre 4,9 millones y 5,5 millones de desplazados. Por ende, según la experta, los resultados del índice no significan necesariamente que los colombianos sean más generosos, sino que el método de sobrevivencia de un buen número de habitantes son mecanismos informales de solidaridad.
El hábito de las donaciones a obras de caridad

Si bien Colombia ocupa el cuarto lugar del mundo en cuanto a la ayuda a un desconocido o a alguien que necesita auxilio, en los listados de donaciones a obras de caridad y participación en iniciativas de voluntariado, el país se encuentra en los puestos  54/135 y 47/131, respectivamente.

La Directora Ejecutiva de Conexión Colombia manifestó que en Colombia aún falta más cultura de la donación a través de organizaciones sociales, pues en otros países los ciudadanos han incluido en su vida cotidiana el hábito de los aportes monetarios a obras de caridad.

Por su parte Azout, sostuvo que el deseo de ayudar de los colombianos no encuentra el vehículo adecuado para llevarlo a la realidad. El experto puso sobre la mesa la necesidad de que las organizaciones sociales mejoren sus estrategias y canales de recaudo para que las personas se inclinen más hacia el aporte a instituciones sociales establecidas legalmente, en lugar de acudir a las contribuciones a través de redes informales de solidaridad.




Estos son los países que se analizaron en el informe.

Esa resistencia a acudir a las organizaciones sin ánimo de lucro, también es un síntoma de desconfianza. “El conflicto y la problemática del narcotráfico han dejado cicatrices en nuestra sociedad como la desconfianza y, por ello, existe una gran duda frente a realizar un aporte a una organización social”, sostuvo Catalina Escobar.

A todo lo anterior, se suma el temor frente a la seguridad en las transacciones electrónicas y a realizar donaciones a través de plataformas digitales. Carolina Puerta manifestó que el sector social colombiano busca generar más credibilidad respecto a estos canales. Aseguró que las organizaciones sociales legalmente establecidas y reconocidas siguen las prácticas más sofisticadas de seguridad informática y así garantizan que las donaciones lleguen efectivamente a la causa social apoyada.

¿Una mayor regulación para las organizaciones sociales?


Estos expertos del sector social en Colombia han vivido en carne propia la desconfianza de los colombianos hacia las organizaciones sin ánimo de lucro. Una solución para la desconfianza, de acuerdo con el Charities Aid Foundation, consiste en que los gobiernos regulen a estas organizaciones de manera justa y que éstas sean transparentes e informen de manera oportuna su trabajo al público.

En aras de garantizar la óptima atracción y manejo de recursos de parte de las ONGs, Azout propuso la creación de una certificación de calidad, que fije estándares de gestión. Esta opción le daría tranquilidad a los colombianos e incluso evitaría casos de mala administración de los recursos.

Otra recomendación de la organización norteamericana para los gobiernos es la puesta en marcha de incentivos para que las personas y empresas puedan apoyar las causas sociales. Si bien varios representantes del sector social colombiano defienden incentivos como exoneraciones de impuestos, algunos insisten que esto no logra impulsar de manera significativa la solidaridad entre potenciales donantes.

Respecto a esta idea, la directora de la Fundación Juan Felipe Gómez Escobar agregó: “Los incentivos tributarios son una buena herramienta para incentivar las contribuciones, pero deben estar acompañados por la consolidación de un sector social robusto, que le brinde a las empresas el suficiente respaldo para que se sientan seguras al donar”.

Retos para ir más allá de las donaciones 


Pese a las barreras por superar, Puerta insistió que organizaciones sociales como Conexión Colombia, de la mano de otras asociadas como Fútbol con Corazón y la Fundación Juan Felipe Escobar, están haciendo grandes esfuerzos para que el ciudadano común y corriente pueda darse cuenta del impacto de su donación en las comunidades vulnerables del país a través de procesos rendición de cuentas. Azout agregó que es imprescindible que las organizaciones publiquen los resultados de su gestión de manera detallada.

Además de la efectiva y transparente gestión de las donaciones, el sector social colombiano le apuesta al crecimiento de la solidaridad a través de la creación de distintas opciones de ayuda a quienes más lo necesitan como, por ejemplo, actividades e iniciativas de voluntariado entre empresas y organizaciones sociales. Otras alternativas están pensadas para extranjeros, tras la  disminución de contribuciones económicas de su parte.

En este sentido, Carolina Puerta comentó que Conexión Colombia se ha unido con otras fundaciones del país para explorar el “volunturismo”, la experiencia de viaje y voluntariado para extranjeros y turistas locales. Una práctica para que los “voluntarios” puedan acceder a un mayor conocimiento de la cultura local y el medio ambiente y, al mismo tiempo, las organizaciones sociales puedan beneficiarse de la experticia y trayectoria profesional de los visitantes.

Azout cree que las ONGs locales pueden continuar recibiendo diversas contribuciones de ayuda técnica y profesional del exterior, pero “es tarea de Colombia encontrar una forma de seguir creciendo de manera incluyente”.

Para leer el reporte del World Giving Index, haga clic aquí