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¿Son suficientes las gallinas para quitar el hambre?

Bill Gates es duramente criticado por promover una campaña para dotar a los hogares pobres con gallinas.

27 de junio de 2016

"A quien viva en la extrema pobreza le irá mejor si cría pollos", asegura Bill Gates, creador de Microsoft, en su blog. Así que ahora todo aquel que se registre, lea el artículo, vea un video y responda una sencilla pregunta hará que Gates regale más pollos, que se convertirán en gallinas, que pondrán huevos. El informático y empresario se une así a una acción de la ONG estadounidense Heifer International, que desde hace 70 años intenta ayudar a pobres con animales y educación.

Una loable idea pero que poco tiene que ver con la realidad de hoy en América Latina, en donde ya el 80% de la población vive en las ciudades, según la Cepal. Aunque la Organización Internacional de Trabajo parte de que justamente en los campos vive el 75% de los pobres del mundo, y América Latina no es una excepción.

A pesar de que en las dos últimas décadas “la región logró bajar, hasta la mitad, el número de personas que padecen hambre y malnutrición”, como dice Raúl Benítez, representante para América Latina y el Caribe de la Organización Mundial para la Agricultura y la Alimentación (FAO), “en América Latina padecen hambre más 34 millones de personas”. Los casos más graves se dan en Centroamérica, Brasil, Colombia y Argentina, así como últimamente en Venezuela, como consecuencia de la crisis política, social y económica de este país.

Hambre en Venezuela

"Llevo 15 días sin comer arroz, porque no tengo", dijo esta semana una ama de casa en Los Palos Grandes, una exclusiva zona de Caracas. Pero en otros barrios y ciudades de Venezuela el problema no es cambiar papas por arroz, sino el hambre. Son cada vez más frecuentes los casos en los que ciudadanos que nunca han infringido la ley se convierten en saqueadores de supermercados, depósitos o camiones cargados de alimentos.

En Colombia también se sufre hambre por diferentes razones. Los primeros casos de niños de la comunidad indígena Wayúu muertos como consecuencia de enfermedades resultantes de la malnutrición, han dado visibilidad al problema. El Instituto Nacional de Salud de Colombia (INS) reveló que en lo que va de 2016 han muerto 101 menores de edad, casi todos en regiones apartadas o selváticas por falta de alimentación adecuada.

El problema del hambre y la malnutrición en Colombia es un asunto de deficiencias en las políticas de atención a la niñez. El pasado 6 de marzo, la oficina de Unicef en Colombia dijo que uno de cada diez niños sufre desnutrición crónica en el país.

Impacto económico

Una población que pasa hambre, sean cuales sean las razones, es menos productiva. El impacto económico de la malnutrición y la desnutrición es inmenso en América Latina. El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas (PMA) ha evaluado también “el doble costo de la desnutrición y la obesidad”, cuenta a DW Rafael Zavala, representante de la FAO en Colombia.

Se trata del efecto que tiene la desnutrición crónica a temprana edad en el sobrepeso y la obesidad que se genera en la vida adulta, lo que también se conoce como la “doble carga nutricional”. A su vez, los expertos analizan el ahorro económico a largo plazo que lograrían los gobiernos si reducen la malnutrición. La doble carga nutricional afecta a los países de América Latina y el Caribe, como lo demuestran los altos los niveles de desnutrición crónica en menores de 5 años, y el sobrepeso entre niños y adultos.

No basta con comer, hay que comer bien

“Las enfermedades crónicas relacionadas con la nutrición, como las enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer o derrames cerebrales, figuran entre las principales causas de muerte o discapacidad en América Latina, lo que también se traduce en un déficit económico debido a los elevados costos asociados a los medicamentos y tratamientos”, dice la representante en Colombia del Programa Mundial de Alimentación, Deborah Hines. Y agrega que dicha evaluación, realizada recientemente en Cartagena de Indias, “es clave para dimensionar el impacto de este flagelo y aporta información importante con una perspectiva de género”.

Otra cara de los problemas de nutrición es la obesidad infantil, que ha ido creciendo de forma alarmante en los últimos años. Según Unicef, México ocupa el primer lugar mundial en obesidad infantil, y el segundo en obesidad en adultos, precedido sólo por Estados Unidos. La principal causa a la que se apunta son los malos hábitos en la alimentación, que acaban desembocando en una prevalencia del sobrepeso de un 70% en la edad adulta.