La fuerza de los campesinos va más allá de lo físico. Claudia Ruíz capturó el momento en el que uno de ellos esparcía abono sobre la tierra. | Foto: Claudia Ruiz

MEDIOAMBIENTE

Así es la vida en la alta montaña

Los páramos de Chingaza, Sumapaz y Guerrero fabrican el agua de Bogotá y otros municipios de la sabana. En sus inmediaciones, hombres, mujeres y niños a diario se esfuerzan por protegerlos. Pero deben adaptarse a cambios que van desde la delimitación de sus territorios hasta el clima.

21 de enero de 2020

Un grupo de niños y jóvenes tomaron las imágenes que usted está viendo. Por medio de la fotografía, ellos conocen, reconocen y se apropian de su entorno natural en Sesquilé, Guatavita y Guasca. De la mano de la artista Claudia Ruiz, directora de la Fundación Arts Collegium, han desarrollado un proceso creativo que va más allá de la imagen, por medio de programas como Mensajeros de Vida y Conservación.

Este proceso ha facilitado miradas introspectivas de la comunidad y su esencia como seres humanos. Sus experiencias se materializan en fotografías que transmiten un sentido de pertenencia a estos lugares, y un deseo de conservar las maravillas naturales que captan con sus lentes. Según Ruiz, este proceso ha planteado un reto. “Los niños y jóvenes hacen todo, se apropian y se sienten orgullosos de sus territorios. No están mostrando estas realidades unos fotógrafos extraños, sino sus propios habitantes”, afirmó.

Esta estrategia retrata la forma de vida de los guardianes de la alta montaña así como de los tesoros escondidos en los páramos: agua, animales, vegetación y gente. Todo ello forma parte del proyecto de adaptación al cambio climático en esas alturas, ejecutado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, operado por Conservación Internacional Colombia, financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF) y administrado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Le recomendamos: Crean aplicación para regular y promover el ecoturismo responsable en Boyacá

Tiene cuatro socios estratégicos con los que comparte sus objetivos: el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) y la Corporación Autónoma Regional del Guavio (Corpoguavio).
Ellos también escribieron algunos textos que recogen sus percepciones y reflexiones a partir de sus imágenes.

Autorretrato. “Así queda el agua cuando pasa por nuestras manos”. Foto: Sebastián Orjuela


La magnificencia del frailejón, el cual atrapa y nos brinda el agua que necesitamos día a día. Foto: Duván Ramos

La sutileza de volar “Pocos pueden presumir de ser magníficos. Que un ser humano pueda caminar es algo tan común como que un ave pueda volar. Y, sin embargo, ¿qué hace que nos maravillemos con los colibríes? ¿Qué tienen de especial estos pequeñitos?”. Foto: María Camila Sarmiento

Vista Hermosa. “Lo más bonito de ir a la reserva natural Vista Hermosa de Monquentiva fue ver los venados y fotografiarlos. Nos pudimos acercar bastante y ver sus cachitos”. Foto: Wendy Sofía Rodríguez

 Siecha es agua. Alejandra Ramos Carrión vive en Guasca y tiene 12 años. Tomó esta foto en las lagunas de Siecha.

Empatía terrenal. “¿Qué tan ligados estamos a nuestras raíces? Los campesinos lloran la perversión de la tierra al observar en ella daño, intoxicación y abandono”. Foto: Lady Johana Rodríguez.