De izquierda a derecha: Rosita Canora, Macho Saltarín Barbiblanco, Colibrí de Buffon y Turpial Amarillo.

TURISMO

Ventajas y riesgos de ser el país de las aves

El aviturismo podría aportarle a Colombia 9 millones de dólares anuales y más de 7.000 puestos de trabajo. Los expertos recomiendan acciones para no desperdiciar la oportunidad de ser el país de las aves.

8 de noviembre de 2016

En tiempos de paz, el turismo es uno de los campos en los que las ventajas competitivas de nuestro país pueden aprovecharse al máximo: la biodiversidad, los paisajes y la riqueza cultural, son imanes para turistas nacionales e internacionales.

Colombia es el país del mundo con más especies de aves y el turismo de avistamiento de estos animales es uno de los que ofrece mejores resultados en términos de sostenibilidad. Por eso, el Conservation Strategy Fund y Audubon Society presentaron en SEMANA un estudio sobre el potencial económico de este tipo de turismo en Colombia.

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El estudio analizó la disponibilidad a pagar por parte de avituristas del Audubon Society, una de las sociedades de avistamiento de aves más importantes del mundo. Tomaron los costos y elementos de un viaje de este tipo en Costa Rica y presentaron a los encuestados la posibilidad de comprar un tour en el Caribe norte de Colombia en el que se visitan zonas de importancia con enorme biodiversidad. Además, se parte de la premisa de que el posconflicto ofrece mejores condiciones de accesibilidad y seguridad para los visitantes.

Los resultados son muy alentadores: 278.850 observadores estarían interesados en visitar el país y el 97% viajaría a Colombia si el costo diario por persona fuera equivalente a 250 dólares, lo que cuesta un tour en Costa Rica. A un precio un poco superior (310 dólares diarios), podrían visitarnos 14.987 turistas que generarían ingresos por más de 9 millones de dólares anuales.

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El estudio incluyó una serie de recomendaciones esenciales para que esos turistas se animen a visitar Colombia. En cuanto a inversiones, las prioridades son cuatro: primero, establecer una red nacional de rutas de aviturismo; en segundo lugar,  fortalecer las capacidades de los guías de naturaleza y operadores turísticos y en tercer lugar, fomentar la innovación empresarial y comunitaria para construir hospedaje adecuado para este tipo de viajeros. Finalmente, la cuarta necesidad es la más compleja y relevante: declarar a las aves como objetos de conservación para que reciban la protección necesaria dentro del Sistema de Áreas Protegidas de Colombia.

En cuanto a difusión resulta importante no solamente aumentar entre extranjeros y locales el conocimiento sobre el potencial de la biodiversidad, incluidas las aves. Desde los colegios y hasta las entidades del gobierno, es urgente dar a conocer la inmensa oferta natural de nuestro país.

Por el lado de la investigación, es primordial aumentar el registro de aves en nuestro país  para que pase de las 1.889 especies actuales hasta llegar por lo menos a 2.000. Hacerlo no debería ser difícil, tomando en cuenta la extensión de los territorios en los que ahora se podrá investigar de manera segura y la diversidad de especies que ahí habita.

Finalmente, la última recomendación es para el turismo en general: el conflicto entre diversos sectores se ampliará debido a la inclusión de regiones a las que antes no se podía acceder por razones de seguridad. Estas regiones serán más accesibles  y aportarán ventajas en términos económicos y de sostenibilidad social y ambiental. Sería un error que el ecoturismo fuera el menos prioritario.