Fotos como esta empezaron a rondar por Twitter y Facebook y alertaron a las entidades regulatorias ambientales.

Polémica

Cachivaches al banquillo por vender animales disecados

La Secretaría de Ambiente le abrirá un proceso sancionatorio a la reconocida tienda por vender más de 545 especímenes encapsulados.

12 de septiembre de 2013

Después de que en redes sociales comenzaran a verse fotos de personas indignadas por la venta de diferentes especies de animales disecados y vendidos como llaveros, pisapapeles, collares o decoraciones de mesa en Cachivaches, la SDA  decidió intervenir.

Más de 20 funcionarios se dirigieron hoy a las principales tiendas de esta cadena ubicadas en la calle 82 con carrera 9, la carrera 6 con 119, la avenida 9 con 110, el centro comercial Calima y la carrera 9 con 69 y se encontraron, junto con funcionarios  del grupo de Delitos Ambientales de la Sijín, con que los animales ya habían sido retirados de las vitrinas y los estantes de  estos puntos de venta.

Al pedirles a los representantes legales los permisos  exigidos por ley para comercializar este tipo de productos, estos aceptaron que no los tenían y entregaron de manera voluntaria 545 animales.

Esto, sin embargo, no salvará a la cadena de tiendas decorativas de ser investigada por la SDA que, de encontrarla culpable, podrá sancionarla hasta con una multa. A pesar de que los representantes legales mostraron y entregaron algunos documentos como facturas de compra de las personas que les vendieron los animales y un permiso de cría, importación y exportación otorgado por el Federal Fish and Wildlife de Estados Unidos, no cuentan con el amparo de documentos legales que les permita certificar su acción en territorio Colombiano.

El poder de las redes sociales

 Se ha dicho mucho, positivo y negativo, de los llamados ‘call to action’ en redes sociales. Este es, sin embargo, un caso claro de cómo estos canales de comunicación pueden afectar  un negocio e incluso alertar a las autoridades sobre hechos que no conocían y que les competen.

Según la directora de control ambiental de la Secretaría de Ambiente, Tricia Quiñónez, el 9 de septiembre  decidieron, junto con la policía, revisar qué estaba pasando  en las tiendas de decoración debido al  creciente descontento que estaban viendo en redes sociales por los nuevos productos de las tiendas: los  desafortunados animales disecados.

Al día siguiente, 10 de septiembre, fue cuando se movilizaron  en un operativo conjunto la SDA y la policía para verificar que lo que los usuarios decían era cierto y, en efecto, lo era.

Esto muestra que, aunque no siempre, muchas veces estos llamados son efectivos y llevan a acciones con consecuencias graves. Para Quiñónez, aparte de una posible sanción o multa, lo más grave de este episodio es “el estado de los animales. Verlos es muy triste”.

¿Cómo pasa un animal de estar vivo a estar en una vitrina?

Al hablar con el representante de Cachivaches, Juan de la Espriella, Semana Sostenible pudo averiguar que los animales pasaron por un largo trayecto antes de que causaran conmoción en las redes sociales colombianas.

Según él  los vio por primera vez en una feria reconocida de decoración en Houston, Estados Unidos.

“En esta feria había un stand de una empresa reconocida que vendía estos productos como algo novedoso y se les hizo un pedido espontáneo y pequeño. Una vez llegó a las tiendas algunos clientes nos manifestaron su descontento, su malestar . Nosotros somos muy atentos a oír el comentario de un cliente y eso nos llevó a  entender la sensibilidad que esto puede suscitar”, dijo de la Espriella.

Aunque Cachivaches y sus representantes legales han cooperado en el operativo y están dispuestos a aceptar cualquier sanción que la SDA considere necesaria, Quiñoñez expresó que “el desconocimiento de la ley no sirve de excusa. Antes de traerlos debieron haberse asesorado de qué permisos se requerían para comercializarlos”.

También mencionó que  entre los 545 animales incautados había muchos insectos pequeños como escarabajos, pero también había animales más grandes como tortugas, tarántulas, murciélagos y caballitos de mar.

Para ella lo más importante de esta situación es “desincentivar que se comercialicen este tipo de productos en Colombia. No se puede dar pie a esto”.