La corriente de aire del Chocó ayuda a precisar los pronósticos en torno a las lluvias y los caudales de los ríos. Foto: Archivo Semana | Foto: Guillermo Gómez

MEDIOAMBIENTE

Corriente de aire del Chocó ayuda a mejorar pronóstico del clima en el país

El Chorro de Chocó, como se le conoce a esta corriente, es clave en la modelación y las predicciones que se pueden realizar en torno a las lluvias y los caudales de los ríos en el país, especialmente durante las temporadas de mayor invierno.

19 de septiembre de 2019

Una corriente de vientos del Chocó se ha convertido en herramienta clave para mejorar el diagnóstico, la modelación y el pronóstico de las lluvias y los caudales de los ríos en el territorio nacional.

La cortriente llamada Chorro del Chocó, llega desde el Pacífico al interior del país, transportando gran cantidad de vapor de agua que al condensarse en la atmósfera causa lluvias intensas en la región y que hace que en algunas zonas de este departamento , caiga agua 300 de los 365 días del año.

Su influencia es clave, de acuerdo con estudios científicos realizados en esta área. Según el profesor Germán Poveda, este chorro es uno de los principales moduladores del clima en el Pacífico Tropical Oriental y es el mecanismo físico que explica la existencia del lugar más lluvioso de la Tierra: un municipio del Pacífico colombiano que curiosamente recibe el nombre de Lloró.

El análisis realizado por investigadores de la Universidad Nacional de Colombia y dirigido por el profesor Poveda, determina que estos vientos son fundamentales para explicar la dinámica de los Sistemas Convectivos de Mesoescala (SCM) que se forman sobre el océano Pacífico. Esto no es otra cosa que unas estructuras atmosféricas consideradas como las potenciales generadoras de climas adversos, que pueden generarse durante más de 24 horas y contribuyen con el 80% de las lluvias en la región.

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En la investigación, que contó con el apoyo de instituciones como la Fuerza Aérea Colombiana, la Armada Nacional y el Desert Research Institute (DRI) del Sistema de Educación Superior de Nevada, en Estados Unidos, se realizaron por primera vez mediciones directas de esta corriente de vientos haciendo uso de radiosondas, instrumentos utilizados a bordo de globos meteorológicos inflados con helio que midieron las variables de la atmósfera.

La información recolectada permitió conocer mejor cómo el chorro del Chocó influye en la variabilidad climática, contribuyendo a entender la dinámica de la atmósfera, a evaluar el desempeño de diversos modelos climáticos y a mejorar los pronósticos de las variables hidrológicas, no solo en esta zona, sino en todo el territorio nacional.

Todo esto se puede hacer a partir de modelos estadísticos y físicos con datos más precisos, que permitieron construir índices que permiten evaluar y hacerle seguimiento al comportamiento de los caudales de los ríos en la región.

El estudio, pionero en su campo, recibió este año el premio de la Fundación Alejandro Ángel Escobar (FAEE) en la categoría de “Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible” como un reconocimiento a los aportes hechos sobre el conocimiento del clima en el Pacífico colombiano.

Para el profesor Poveda, quien ha recibido este reconocimiento en cuatro oportunidades (1999, 2000, 2007 y 2019) y es el único docente activo de la Universidad Nacional que forma parte de la Misión Internacional de Sabios 2019, convocada por el gobierno nacional, estas investigaciones contribuyen en los esfuerzos encaminados a la conservación de esta región altamente vulnerable y una de las más biodiversas del país.

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Producto del trabajo realizado, los investigadores participarán en el proyecto Organization of Tropical East Pacific Convection, organizado por científicos de Estados Unidos, México, Costa Rica y Colombia y financiado por la National Science Foundation, el cual busca implementar un programa de observaciones en el verano de 2019 sobre el Pacífico oriental, incluyendo a Colombia.

El objetivo de este grupo de investigadores es continuar avanzando en la caracterización de las condiciones de la atmósfera que explican la presencia del sitio más lluvioso del planeta sobre la costa Pacífica colombiana.