La mortandad de peces no solo estaría relacionada con el pasado Fenómeno de El Niño sino con el accionar de ganaderos, bananeros y palmicultores. | Foto: Archivo particular

MEDIOAMBIENTE

La Ciénaga Grande sigue muriendo

Millones de peces murieron en las últimas 24 horas en la Ciénaga Grande de Santa Marta. Palmicultores, bananeros, arroceros y ganaderos, no satisfechos con acaparar el agua, la contaminan.

5 de agosto de 2016

Ni a la Corporación Autónoma Regional del Magdalena (Corpamag) ni al departamento del Magdalena parece importarles la suerte de más de 15.000 familias en los municipios de Pueblo Viejo, Sitionuevo, Ciénaga, Aracataca y Salamina, entre otros tantos que tradicionalmente viven de la pesca. Desde hace aproximadamente dos años la Ciénaga ha perdido capacidad de oxigenación debido a un incremento de la salinidad del agua, al bajo nivel de lluvias y a los menores caudales del río Magdalena y de aquellos que bajan de la Sierra Nevada de Santa Marta.

Desde hace meses los pescadores no paran de solicitarle a Corpamag que abra las compuertas del caño Aguas Negras para que ingrese agua a la Ciénaga, pero no responden. Ante la negativa les han pedido que abran un boquete, pero tampoco lo hacen.

El viernes un grupo de pescadores de Sitionuevo dijo haberse comunicado con el director de la Corporación,  Carlos Francisco Díaz Granados, y con otros altos funcionarios. Sin embargo, en Corpamag les respondieron que no estaban autorizados para llegar hasta la zona.

Luego de que las imágenes de los peces muertos empezaron a recorrer internet y de que muchos manifestaran su asombro y preocupación, el director dijo públicamente que “esto se debe a la falta de oxígeno en el agua como consecuencia del fenómeno de El Niño, que afectó dramáticamente las condiciones ambientales de la Ciénaga Grande de Santa Marta”.

Vea aquí galería de fotos: Masiva mortandad de peces en la Ciénaga Grande de Santa Marta

Díaz Granados además manifestó que cuando hay un movimiento de dinámica hidráulica y las aguas que están estancadas se presentan este tipo de situaciones. “Haremos una visita con el Instituto de Investigaciones Marinas para hacer una evaluación desde el punto de vista técnico y científico y así realizar un diagnóstico. La Ciénaga ha perdido una gran cantidad de agua, ha disminuido su espejo y profundidad. Lo anterior ha provocado un calentamiento y un estrés de los manglares que han perdido hojas, cuando estas llegan al fondo de la Ciénaga, se descomponen y generan estas situaciones lamentables”.

La alarma de la mortandad se conoció al mediodía del viernes gracias a fotografías enviadas por los pescadores a ambientalistas, periodistas y autoridades. Pero estas últimas, han hecho caso omiso de las recomendaciones para recuperar el complejo lagunar. Es posible, de acuerdo con expertos consultados por Semana.com y Semana Sostenible, que ante el incremento de las lluvias se haya comenzado a diluir toda la materia orgánica muerta por la salinidad.

Los miembros del Comité Interinstitucional (conformado por Gobernación del Magdalena, Corpamag, Invemar, Ministerio de Medio Ambiente, Parques Nacionales, Policía, Ejército, Procuraduría Ambiental, Universidad del Magdalena, Incoder y las 12 alcaldías ribereñas a la Ciénaga), no sólo guardan silencio, sino que no han ejecutado ningún plan de acción.

Lo que está ocurriendo con la Ciénaga Grande es una muerte anunciada. En esta ocasión, y como ya se ha dicho, la tragedia está causada en gran medida por la prolongada sequía, por el poco o nulo ingreso de aguas dulces del río Magdalena y por falta de mantenimiento de los caños Renegados, Aguas Negras y Schiller. También se suman factores como la retención de agua por parte de palmeros, bananeros, arroceros y ganaderos en los distritos de riego para sus cultivos y pastos.

Dudas en Corpamag

Lo curioso es que con la construcción de la carretera Ciénaga – Barranquilla, se autorizó a la concesión el cobro de una sobretasa ambiental que es girada a Corpamag para hacer mantenimiento y repoblamiento de la Ciénaga, pero los contratos de dragado parece que se quedaran en el papel.

Precisamente uno de los contratistas de este tipo de obras ha sido el hijo del actual director de Corpamag, a través de la Unión Temporal Río Frío que ganó la licitación No 04 de 2014 por 16.120.324.491 de pesos, antes de que su padre fuera elegido director de la Corporación. Sin embargo, Carlos Francisco Díaz Granados se desempeñaba como secretario de Planeación Departamental en la administración del gobernador del Magdalena Luis Miguel Cotes y era miembro de la junta que adjudicó esas obras a su hijo.

Por otra parte, Orlando Cabrera Molinares, anterior director de Cormapag, adjudicó un contrato a Dragados y Construcciones de los hermanos Williams de Barranquilla (con cargo a la sobretasa) por 80.000 millones de pesos para realizarle mantenimiento a 32 caños, entre ellos 9.2 kilómetros del caño Condazo, sedimentado por el ganadero Rafael Hoyos Cañavera, quien fue condenado a 36 meses de cárcel y debía restablecer las cosas a su estado natural. Aún se desconoce si Corpamag, Parques Nacionales y el Ministerio de Ambiente han hecho cumplir dicha exigencia.

Otros caños que deben ser dragados por la firma son Mengajito y Pájaro, cuyas desembocaduras están taponadas. Corpamag ha sido enfática en que no abrirá las compuertas que alimentan el complejo lagunar, pero tampoco draga ni sanciona a los propietarios de los monocultivos de palma y banano que acaparan el agua y que con su accionar no solo acaban con la sostenibilidad alimentaria sino que estarían dándole la estocada final a la pesca.