| Foto: .

MUNDO

La invasión de las especies alóctonas que enfrenta Europa

Con la llegada del chikunguña a España se recrudece un problemática hasta ahora pasaba desapercibida.

8 de septiembre de 2015

Con la nariz pegada al cristal de una pecera nunca hubiera imaginado que ese caracol precioso que comparte espacio con “Nemo” se podría convertir en una amenaza que mantiene en jaque a los agricultores de los arrozales del delta del Ebro en la costa catalana en España.

La evolución es un tema del que todos creemos saber algo. ¿Quién no ha oído hablar de Darwin y sus teorías sobre el origen de las especies? Este científico revolucionario dio un paso decisivo en la comprensión de la capacidad de adaptación de los seres vivos al medio y su evolución consecuente, gracias entre otros estudios sobre las Islas Galápagos. (Vea: Hay más de 300 especies invasoras en Colombia)

La entrada de un elemento extraño, de un invasor, puede causar un verdadero desastre entre las especies endémicas. De los muchos casos, que se dan en un mundo “globalizado”, algunos son tan llamativos como el del Caracol manzana. Una especie invasora, originaria del sur del continente americano, que cava túneles en los diques de contención del agua que se utilizan para regar los arrozales provocando derrumbes que genera grandes pérdidas a los agricultores.

El problema radica en que en Europa no hay predador para esta especie con lo que una vez liberada de los acuarios en los que habita se ha adapta y propaga en la naturaleza. Esto supone grandes gastos para intentar su erradicación, tarea que parece imposible. (Vea: La paloma, ¿enemigo público?)

Sin embargo, el caracol manzana no es la única especie invasora que se ha detectado en las últimas semanas en España. Ahora es común ver volar en los cielos españoles cotorras argentinas, que hasta hace poco se encontraban en tiendas de animales exóticos. Asimismo no es raro encontrarse con tortugas galápagos de florida, provenientes de las peceras, en cualquier estanque público.

Igualmente un pequeño mejillón cebra, ha llegado de Asia pegado a los cascos de los barcos y, además de no ser comestible (al igual que el caracol), se ha propagado subiendo por el cauce del río Ebro y de allí a otras cuencas fluviales. ¿Qué puede hacer un minúsculo mejillón? En una central térmica del Ebro (en Flix) se han visto obligados a crear una barrera de redes en un amplio perímetro del río para evitar la invasión de miles de mejillones que se adhieren a las rejillas de refrigeración de la central pudiendo llegar a cegarlas.

Aún más molesta resulta la aparición de insectos que no existían en Europa, esta vez parece que vinculado al cambio climático, como algunos mosquitos, entre ellos el mosquito tigre que provoca una dolorosa picadura, además ya se han registrado, en España e Italia, algunos casos de chikunguña provocados por este mosquito. (Vea: La prueba científica de los ambientalismos ‘extremos’)

Una muestra más de que no solo nosotros viajamos, las especies también se globalizan.