Varias poblaciones de Lepidoblepharis miyatai, el lagarto más pequeño mundo, fueron vistas en algunos sectores del parque Tayrona. Foto: Parques Nacionales Naturales.

MEDIO AMBIENTE

Lagarto más pequeño del mundo fue avistado en el Parque Nacional Natural Tayrona

El reptil, que se consideraba extinto, fue redescubierto por un grupo de investigadores de las Universidades del Magdalena y del Quindío, tras dos años de monitoreo. Es endémico de Colombia e igual de grande a una moneda de 100 pesos.

4 de mayo de 2020

Un lagarto cuyo tamaño es similar al de una moneda 100 pesos fue encontrado en el Parque Nacional Natural Tayrona. Se trata de un Lepidoblepharis miyatai, el más pequeño mundo.

El registro de poblaciones de esta especie de reptil fue hecho por un grupo de investigadores de las Universidades del Magdalena y del Quindío, tras dos años de arduo trabajo y en cumplimiento del programa de monitoreo e investigación de esta área protegida.

Según informó Parques Nacionales Naturales de Colombia, el mayor número de poblaciones de esta especie fueron halladas en los bosques de sectores como Bonito Gordo, Ensenada Concha, Gayraca, Neguanje, Pueblito y los Naranjos. "Así mismo, otras poblaciones se reportaron en los sectores como las Tinajas, Termonorte y algunos bosques aledaños a la Hacienda de Palanganas, zona externa de este parque", indicó la entidad en un comunidado.  


El lagarto Lepidoblepharis miyatai mide casi igual que una moneda de 100 pesos. Foto: Parques Nacionales Naturales. 

Liliana Saboyá Acosta, investigadora, explicó que el Lepidoblepharis miyatai es un lagarto pequeño endémico del bosque seco tropical del noroeste de la Sierra Nevada de Santa Marta y la descripción original de esta especie se encuentra basada en siete especímenes colectados en 1964 en el sector de Bahía de Gairaca.

Tras la investugación se pudo establecer que se trata de una especie endémica de Colombia, cuya distribución se encuentra restringida a los bosques secos del parque Tayrona, ya que vive de la hojarasca del suelo. 

"Durante más de 52 años esta especie pasó desapercibida y debido a que no se habían realizado trabajos sobre el estado poblacional, se consideraba como posiblemente extinta”, manifestó Saboyá, quien agregó que toda la información obtenida ha sido de gran utilidad para fundamentar las bases teóricas sobre una estrategia de conservación que permita la inclusión de comunidades rurales.

El estado de conservación de este pequeño reptil es En Peligro Crítico (Posiblemente Extinto), según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), razón por la cual su cuidado y preservación es fundamental. 

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"Hasta la última evaluación realizada por la UICN en 2013, no había nuevas observaciones de campo o nuevos especímenes en colecciones herpetológicas desde 1964 y, por esa razón, se incluyó en la categoría CR y posiblemente extinta", comentó. 

En Colombia esta especie está clasificada como En Peligro (EN) en el Libro Rojo de Reptiles Colombianos (Calderón-Espinosa y Medina-Rangel, 2015). Los criterios utilizados en esta evaluación fueron: el rango de distribución pequeño (1.214 km2), la edad de sus registros y los tipos de vegetación altamente amenazados que se encuentran dentro de sus hábitats.


El grupo de investigadores estaba trabajando con los líderes de las comunidades de Las Tinajas y Calabazos, realizando talleres de educación ambiental y dando a conocer a este pequeño habitante del bosque seco antes del aislamiento obigatorio por el coronavirus. Foto: Parques Nacionales Naturales. 

El equipo de investigadores que adelantó este redescubrimiento estuvo conformado por biólogos, antropólogos y profesionales en cine y audiovisuales, quienes desarrollan el proyecto titulado: “El pequeño mundo de Lepidoblepharis miyatai: Relaciones taxonómicas-ecológicas como herramientas de Conservación”, el cual es financiado por la Sociedad Zoológica de Londres bajo el programa EDGE of Existence, que busca reevaluar el estatus taxonómico y distribución del lagarto, así como generar información sobre la densidad poblacional y los requerimientos específicos de hábitat.