Niños promotores de conservación de las tortugas marinas. | Foto: .

CRÓNICA

“Si no hay tortugas, no hay lluvia”

Niños de cinco escuelas de Islas del Rosario y San Bernardo hacen parte de un programa de educación ambiental que recientemente liberó a decenas de tortugas en su hábitat natural.

Alberto Castaño Camacho*
10 de agosto de 2015

A pesar de que la luna menguaba esa noche en el Parque Nacional Natural Corales del Rosario y San Bernardo, el árbol que se mecía simulaba ser de plata, por entre sus ramas, caprichosas al viento, se colaban los destellos de millones de estrellas que agregaban sutileza al gran manto púrpura que se extendía hasta el infinito. De entre las sombras apareció un pirata, no Black Bart, Henry Morgan, ni Francis Drake, este que aparece con el andar apacible y cadencioso que solo arrojan los años, es Bernardo Medrano el longevo hombre que atrapó tantas tortugas en su juventud que heredó la sabiduría de estos dinosaurios.

“Yo comí tanto de las tortugas que ellas me enseñaron, yo aprendí de ellas y por eso es que las comprendo; y entiendo que cada día hay menos y que eso está mal, las tortugas tienen una ‘habilidad’, si usted llega a la playa con mala energía, si usted llega insultando ‘!carajo, no joda¡’, ellas no suben a desovar y eso es un problema, porque si no hay tortugas no hay lluvia”, asegura el Pirata Medrano sin titubear, pues él sabe que las tortugas solo desovan en noches de fuertes vientos, intensas lluvias o grandes tormentas.



Bernardo Medrano 'El Pirata'

“¿Usted no se da cuenta que ha dejado de llover en todo el Caribe?, bueno, pues eso pasa porque ya no hay casi tortugas, yo lo sé porque las tortugas me lo enseñaron, entre menos tortugas haya, menos lluvias habrá, ¿a quién no le hace falta el agua dulce?, por eso es que tenemos que protegerlas, por eso es que tenemos que dejar de cazarlas, de comprar cosas que se hagan con los caparazones y que al que no respete las tortugas lo metan preso”, afirma tajante y cortante el viejo pescador.

Ofrece una explicación que sin necesidad de tener asidero científico, sí expone con claridad el sentir de la sabiduría ancestral que junto con otros tipos de conocimiento se conjuga providencialmente en beneficio de estos animales, de las comunidades y del equilibrio de los ecosistemas en los que las ‘verdes’ y las ‘carey’ habitan.

Este hombre de mirada analítica y generosa se frota los dedos mientras recorre con la mirada en el horizonte la extensa playa en donde se encuentran escondidos varios nidos de tortugas y afirma con pesar que en el pasado “cacé muchas tortugas porque fue lo que mi papá me enseñó y yo no sabía que eso estaba mal, de ellas comí, pero soy inteligente y cambié, me di cuenta del mal que estaba haciendo, hay otros que no lo han aprendido todavía, pero les estamos enseñando al mismo tiempo que estamos ayudando a muchas tortugas”. (Vea: ¿Por qué los pandas sobreviven comiendo bambú siendo carnívoros?)

Durante dos días, ‘El Pirata’ compartió con cerca de 80 niños entre los nueve y los 13 años, estudiantes de diferentes escuelas de la zona insular que se concentraron en la sede de Parques Nacionales Naturales para aprender todo sobre las tortugas a través de actividades lúdicas y participar en el concurso de teatro en el que fueron jurados los reconocidos actores Carmenza Gómez y Ramses Ramos.

Ya con el sol en el poniente, este ‘Pirata’ de 76 años, cree con devoción en los procesos de educación ambiental para los niños que adelantan varias entidades, Parques Nacionales Naturales, la Armada de la República de Colombia, el Centro de Investigación, Educación y Recreación ‘Ceiner’, más conocido como el ‘oceanario’, la Fundación Tortugas del Mar y por supuesto los centros educativos que participan de este tipo de actividades para que los pescadores del mañana crezcan con una sensibilidad diferente a aquella con la que ‘El Pirata’ creció.

En este tipo de procesos se hacen distinguidos ausentes la gobernación de Bolívar, la alcaldía de Cartagena, y el EPA (entidad ambiental en la Heróica) ninguno parece interesarse en apoyar iniciativas que propenden por la estabilización de los ecosistemas que proveen de calidad de vida a sus ciudadanos y electores. No hay apoyo, lo que si hay, es abandono total.

La liberación

Despunta el alba y por el oriente del archipiélago se ve cómo el sol batalla por salir de entre las nubes que amenazan con lluvia, líneas grises y líneas rojizas se intercalan hasta que la claridad desplaza una noche más en el mar Caribe.



Diego Duque, biólogo de PNN - Pogo - Bernardo Medrano 'El Pirata'

Los 80 niños corren de un lado a otro, algunos no se quedan quietos de júbilo porque llegó el gran día de la liberación, otros abstraídos aún por el veredicto del jurado que dio como ganador a la Institución Educativa Tierra Bomba, esperan con atención la llegada de las lanchas que a todos nos conducirán a la liberación de más de 60 tortugas.

El Teniente de Navío Diego Areiza, Jefe de comunicaciones de la Fuerza Naval del Caribe y encargado de coordinar los medios nacionales y las agencias internacionales presuroso embarca a los comunicadores en las lanchas con destino desconocido, para liberar las tortugas que se encuentran en el ‘oceanario’.

Algunas desde hace meses esperan la libertad, algunas recuperándose del tráfico ilegal, otras entregadas voluntariamente por pescadores que se acogen al programa de conservación que les intercambia las tortugas por pollos como fuente de alimentación y proteína para sus familias y otras que desde pequeñas han sido cuidadas en este centro de investigación, educación y recreación marina.

Al llegar a una de las islas del archipiélago los 80 niños esperan ansiosos en la playa que sean desembarcadas las tortugas y ‘Pogo’, el perro rastreador de los nidos corre eufórico, “él sabe que gracias a su trabajo rastreando el lugar en donde se encuentran los nidos de las tortugas, hoy van a ser liberadas estas 65 tortugas, por eso está feliz”, afirma Diego Duque, biólogo de Parques Nacionales Naturales quien junto a Bernardo y a Pogo pasan todo el año tras el rastro de las tortugas.

Como en los grandes espectáculos del mundo, cada niño con su boleta, solo que esta vez no son boletas lo que los niños tienen en sus manos, tienen a las tortugas de quienes aprendieron tanto durante estos tres días.

Las caras de felicidad y de emoción de niños y adultos, el brillo en la mirada de las tortugas que tras meses de preparación ahora están a segundos, a tan solo metros del agua del mar en libertad para que sigan nadando y conquistando el mundo, para que sigan controlando organismos que sin freno podrían arrasar con el arrecife de coral como las esponjas marinas y algunas algas.

El capitán de corbeta Carlos Andrés Martínez Ledesma, jefe de área protegida del Parque Nacional Corales del Rosario y San Bernardo, máxima autoridad en este proceso, da la orden de liberar los animales y raudas se desplazan tanto las tortugas buscando el mar, como las lágrimas de felicidad de niños y adultos al tocar la libertad con la punta de los dedos.

Estupefactos los asistentes parecíamos pingüinos en medio del Caribe, gritos de júbilo y bendiciones a cada una de las tortugas es el común denominador de una jornada más de liberación que acaba con un final feliz y recomienza para el año que viene con otros retos autoimpuestos, más pescadores sensibilizados, más tortugas liberadas, más niños multiplicadores de conciencia colectiva y por supuesto, más nidos hallados por Diego Duque, su perro Pogo y los pasos certeros de ‘El Pirata’ Medrano.

*Director de Blu Verde – Blu Radio