NACIÓN

¿Es posible sacar la minería de los páramos?

Durante el Tercer Encuentro Minero Energético y Ambiental, autoridades de estos sectores hablaron sobre las estrategias para cumplir la orden que en ese sentido dio la Corte Constitucional.

20 de octubre de 2016

“El problema de la minería en los páramos es la consecuencia del divorcio de muchos años entre las entidades mineras y ambientales”, esta fue una de las afirmaciones más contundentes que se dieron en el marco del Tercer Encuentro Minero Energético y Ambiental. Y es que mientras cada una de estas entidades andaba por su lado, los páramos de Colombia se llenaron de títulos mineros y de explotaciones ilegales. Cifras de la Agencia Nacional de Minería indican que existen 451 títulos mineros vigentes dentro de estos ecosistemas. Pero nadie sabe cuántas minas informales los degradan diariamente.

A pesar de la gravedad de la situación, pues para nadie es un secreto que la minería amenaza la función ecológica de los páramos, el problema pasó desapercibido durante años. Hasta que en febrero de este año, la Corte Constitucional prohibió definitivamente esta actividad en esos lugares y conminó al Estado a cerrar todas las explotaciones y cancelar los títulos que había otorgado hasta ese momento. A pesar del sentido de urgencia con el que se emitió la sentencia, ocho meses después es muy poco lo que se ha hecho para llevar esa orden del papel a los territorios. (Vea: Para el MinAmbiente el fallo contra la minería genera incertidumbre)

“Desde Bogotá es muy fácil decir que no puede haber minería en los páramos, pero es a nosotros a quienes nos toca poner la cara con la gente y tratar de arreglar los conflictos sociales que esa decisión genera”, aseguró Berta Cruz, subdirectora de Corpoboyacá. En los páramos de ese departamento hay 222 títulos mineros vigentes, de los cuales 116 cuentan con licencia ambiental. Ante la magnitud de este fenómeno, para ella resulta injusto que sean las corporaciones las encargadas de materializar la prohibición sin que exista una política de Estado que brinde alternativas a las miles de personas que viven de esa actividad.

Algo parecido opinó Martín Carvajal, director de la Corporación para el Desarrollo de la Meseta de Bucaramanga. Carvajal ha tenido que enfrentar la problemática generada por la delimitación de páramo de Santurbán, dentro del que quedaron dos municipios con una larga historia minera. “La Corte ordenó el cierre definitivo de los entables mineros que están dentro del área delimitada, pero eso no se puede hacer sin una transición adecuada que tenga en cuenta las necesidades y las posibilidades de los empresarios afectados por esa decisión”, explica. (Vea: ¿Qué hacer con la gente que vive en los páramos?)

Mientras tanto para Carlos Bello, subdirector de la Corporación Autónoma de Cundinamarca, existen varios obstáculos para cumplir con la sentencia de la Corte que prohíbe la minería en los páramos. “Las corporaciones necesitamos acompañamiento técnico para saber cómo se deben hacer los cierres, asesoría jurídica para enfrentar los procesos judiciales que entablan los afectados por la decisión, pero sobre todo, necesitamos involucrar a todas las instituciones del Estado para construir alternativas económicas viables para las personas que viven de esta actividad”.

Aunque el divorcio del que se habla al inicio del texto se ha solucionado gracias a una mejor comunicación entre las autoridades mineras y ambientales, lo cierto es que la prohibición de la minería en los páramos sigue siendo un saludo a la bandera. “Nosotros estamos en contacto permanente con la Agencia Nacional de Minería y gracias a ello tenemos un sistema de información actualizado que nos permite saber el número de títulos y evitar que se entreguen nuevos permisos en estas zonas”, puntualizó Carlos Bello.

Sin embargo, la gran conclusión del encuentro es que hasta que no se articule una estrategia integral en la que participen tanto las entidades del Estado como las personas que viven de esa actividad, los páramos libres de minería seguirán siendo apenas una declaración de buenas intenciones.