MEDIO AMBIENTE

Nuquí, paraíso ecosistémico y ahora reserva marina

El Golfo de Tribugá y Cabo Corrientes fue declarada área marina protegida luego de una iniciativa de la comunidad.

17 de marzo de 2015

Nuquí es uno de esos territorios inexplorados del pacífico del que se escucha hablar pero que pocos han tenido el privilegio de visitar. Ubicado en el departamento de Chocó, cuenta con 942 kilómetros de superficie y es corredor de ballenas, zona de alimentación de aves migratorias, manglares, playas de anidación de tortugas y aves marinas.   

La población de más de 8.000 habitantes, de los que el 60 por ciento viven de la pesca artesanal, conocen de primera mano la riqueza de este paradisiaco ecosistema. Es por esto que la comunidad pesquera se unió, trabajó en conjunto con organizaciones gubernamentales y organizaciones no gubernamentales (ONGs) para declarar una nueva área marina protegida bajo la figura de co-manejo.


El Distrito Regional de Manejo Integrado (DRMI) protegerá más de 60.138 hectáreas del  Golfo de Tribugá y Cabo Corrientes. La iniciativa fue tomada por las comunidades y liderada por la Asociación de Consejos Comunitarios General Los Riscales y La Mesa de Ordenamiento Ambiental de Nuquí. 

DRMI por un desarrollo sostenible

Luego de años de trabajo, en los que se identificaron las necesidades de los pobladores y prioridades a nivel ambiental se dio forma al proyecto y se estableció que la mejor manera de ajustar las expectativas de los involucrados era crear la figura de "Distrito Regional de Manejo Integrado (DRMI)".


Las comunidades se sentaron en Mesas de Ordenamiento a exponer sus necesidades relacionadas con la extracción controlada y regulada, la actividad productiva, sostenibilidad financiera, conservación y eco-turismo.


Neiber Obando, funcionario de la Corporación Autónoma Regional para el Desarrollo Sostenible del Chocó (CODECHOCO), quien participó en el proyecto, reconoce la importancia que tiene para el país la declaratoria. “Trae beneficios a pescadores de la zona, gente que vive del turismo, del manglar y todos los relacionados con estas áreas protegidas... Colombia también se beneficia porque así puede cumplir con los compromisos ambientales que tiene con el mundo.”


Este proceso fue apoyado por el proyecto "Diseño e implementación del Subsistema de Áreas Marinas Protegidas para Colombia", liderado por el INVEMAR, coordinado y co-financiado por el GEF y PNUD, respectivamente, en asocio con el Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, CODECHOCÓ, MarViva, Conservación Internacional, WWF, TNC, CVS y Patrimonio Natural.  

El DRMI delimitará las zonas para hacer pesca artesanal, actividades productivas sostenibles, extractivas controladas y reguladas, acciones de  investigación, de educación, ecoturismo y recreativas, entre otras. Todo ello regulado a través de un plan de manejo cuya  finalidad es, planificar y ordenar el uso de los espacios y de los recursos naturales renovables para garantizar sostenibilidad y conservación. 


La palabra clave de la declaratoria y el plan de manejo es el co-manejo.  De acuerdo a Mario Rueda investigador de áreas marinas del INVEMAR, "Acá se une el conocimiento tradicional con el conocimiento científico y técnico, lo importante es llegar a acuerdos y no pensar que ni ellos ni nosotros tenemos la verdad absoluta".



Para Enrique Murillo Palacios, vicepresidente de la  Junta del consejo comunitario Los Riscales el plan de manejo tiene un desafío gigante donde se necesita de recursos del gobierno, la ayuda técnica de las organizaciones participantes y el conocimiento de los nativos de las región.  

“Necesitamos apoyo porque como comunidad sabemos que carecemos de algunos conocimientos técnicos y ahí necesitamos ese empuje, la parte económica, también logística para que sea eficiente la demarcación de los sitios y se pueda hacer un manejo sostenible de la zona”, aseguró Murillo. 

Enrique también mencionó la importancia del manejo educativo, según él: “es lo que va a permitir que nuestros hijos y jóvenes tengan más recursos en el futuro.”  

Las riquezas del Golfo de Tribugá – Cabo Corrientes


Se protegerán 54.433,54 hectáreas de fondos blandos para camarones y especies demersales

1.525 hectáreas de hábitat y refugio de peces e invertebrados marinos

971,86 hectáreas de playas de anidación de tortugas

4.330,19 hectáreas para la congregación de pargos y meros

Se protegerán 7 especies de manglar distribuidas en 2.700 hectáreas

La importancia del manglar y el eco-turismo



Jerson Gonzalez,  presidente del Consejo comunitario local de Jorubirá que participó en todo el proceso. Es un especialista en el manejo del manglar y habla de conservación y producción con la experticia de un ingeniero.
Jerson explica: “El ecosistema de manglar cumple servicios de protección, mitiga impacto de las erosiones o corrientes fuertes, salvaguarda de truenos, entre otros. Es ante todo el sitio de reproducción de peces, moluscos, bivalvos, crustáceos y aves”. 


También se pueden encontrar plantas medicinales, orquídeas y bromelias. 


En Nuquí se están generando nuevas rutas de ecoturismo para que cada vez más visitantes puedan disfrutar de actividades de careteo,  avistamiento de aves de tortugas y ballenas. Puedan disfrutar de las comidas más ricas del pacífico y  ser testigos de cómo un municipio de recursos limitados logró hacer realidad el área marítima protegida número 31 de Colombia.