El punte Viru que recibe el tráfico de la via Panamericana se desplomó a causa de las fuertes lluvias. (Foto: Celso Roldán / AFP)

CLIMA

Las terribles cifras que dejan las lluvias en Perú

El fenómeno conocido como ‘El Niño Costero’ es el causante de los desastres, pero no se puede ignorar que el calentamiento global, producto del cambio climático, produce desequilibrios en todo ecosistema.

23 de marzo de 2017

Milton López Tarabochia / Mongabay Latam

El Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN) del Perú indicó que las lluvias, huaicos e inundaciones producto del fenómeno llamado El Niño Costero han dejado desde enero hasta el momento 75 fallecidos, 100.169 damnificados, 627.048 afectados y más de 10.600 viviendas colapsadas, según información actualizada a las 2 de la tarde del domingo 19 de marzo.

Por otro lado, más de 1.000 instituciones educativas y 380 establecimientos de salud han sido afectados. Además, 847 kilómetros de caminos rurales y 1.909 kilómetros de carreteras han quedado destruidos según el último reporte de evaluación de daño del COEN.

Con relación a la agricultura, son más de 600 kilómetros de canales de riego destruidos y  8.600 hectáreas de campos de cultivos perdidas.

Las cifras presentadas reúnen el total del impacto de El Niño Costero en 24 regiones: Amazonas, Áncash, Apurímac, Arequipa, Ayacucho, Cajamarca, Cusco, Huancavelica, Huánuco, Ica, Junín, La Libertad, Lambayeque, Lima, Loreto, Madre de Dios, Moquegua, Pasco, Piura, Puno, San Martín, Tacna, Tumbes y Ucayali.

De las regiones mencionadas, cinco son las que más impacto han sufrido: Tumbes con 380 damnificados, 21.792 afectados y 5 viviendas colapsadas; Piura con 18.996 damnificados, 225.492 afectados y 2.250 viviendas colapsadas; Lambayeque con 41.237 damnificados, 93.486 afectados y 4.483 viviendas colapsadas; La Libertad con 3.606 damnificados, 17.071 afectados y 542 viviendas colapsadas; y Lima con 4.972 damnificados, 17.320 afectados y 1.085 viviendas colapsadas.

Según el glosario de términos del Compendio Estadístico de Prevención y Atención de Desastres del  Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI), un afectado es aquel que “sufre perturbación en su ambiente por efectos de un fenómeno. Puede requerir de apoyo inmediato para eliminar o reducir las causas de la perturbación para la continuación de la actividad normal”.

El damnificado es aquella “persona afectada parcial o íntegramente por una emergencia o desastre y que ha sufrido daño o perjuicio a su salud o en sus bienes, en cuyo caso generalmente ha quedado sin alojamiento o vivienda en forma total o parcial, permanente o temporalmente, por lo que recibe refugio y ayuda humanitaria temporales. No tiene capacidad propia para recuperar el estado de sus bienes y patrimonio”.

¿Qué pasó con las ciudades?

De acuerdo al ingeniero civil Jorge Bustamante, especialista del Colegio de Ingenieros del Perú, no se puede luchar contra los fenómenos naturales que se dan periódicamente, pero sí se pueden reducir sus efectos en la población con obras efectivas.

“Los huaicos e inundaciones continuarán, pero con una buena ingeniería urbana y rural se pueden disminuir sus efectos. Lo importante son las quebradas que son activadas con las intensas lluvias. Las aguas no son correctamente canalizadas al río o al mar. Las quebradas deben estar acondicionadas para tener un cauce suficientemente grande para resguardar el gran volumen de agua de las lluvias y así estas no se rebalsen y no se den las inundaciones. Existen modelos para estos canales especiales, pero no se han ejecutado. Asimismo, se puede calcular el margen de erosión en las bases de los puentes para que no se repita lo que ha sucedido con el puente Pérez de Cuéllar”, explica.

Durante la madrugada del 19 de marzo, los habitantes del asentamiento humano Alto Huampaní en el distrito de Chaclacayo, en Lima, quedaron aislados de la capital debido a la caída del puente Pérez de Cuéllar por el crecimiento del cauce del río Rímac a la altura del kilómetro 24 de la Carretera Central. “Vimos que colapsó el puente llamado Pérez de Cuéllar. Pero la mayoría no se percató que en su margen izquierda había desmonte, esto hizo que el río desvíe su cauce hacia la derecha. El desmonte de basura redujo el espacio del río, y esto origina que se erosionen con mayor fuerza las bases del puente”, agrega Bustamante.

“Uno no puede prevenir todo lo que es producto de la naturaleza, eso es cierto, pero, ¿el diseño de un puente? Cuando se construye un puente debes asumir los factores de seguridad, no es aceptable que en las carreteras panamericanas se hayan caído puentes. Hubo negligencia en su diseño”, indica.

¿Cambio climático?

El coordinador general del Movimiento Ciudadano Frente al Cambio Climático (Mocicc), Antonio Zambrano, quien indica que el cambio climático manifiesta sus efectos en las inundaciones actuales al acentuar cada vez más el calentamiento global.

“Si bien el fenómeno que vemos ahora conocido como El Niño Costero es el causante de los desastres, no podemos ignorar que el calentamiento global, producto del cambio climático, produce cambios en todo tipo de ecosistema. Esto quiere decir que también es afectado el ecosistema marino. Justo este calentamiento lo observamos en las costas entre Piura, Tumbes y el sur de Ecuador, donde confluyen las corrientes caliente y fría del Pacífico”, manifiesta.

Zambrano, quien está especializado en cambio climático y desarrollo territorial, señala que las inundaciones han afectado tanto a las ciudades y centros poblados de la costa peruana como las del margen izquierdo de los Andes peruanos porque no hay una cultura de prevención.

“Solo hay una política de alarma, de actuación frente a desastres determinados, es lo que vemos ahora. Pero faltan políticas públicas de prevención. Para eso existe la Estrategia Nacional Contra el Cambio Climático, pero no se ha desarrollado un presupuesto adecuado”, enfatiza Zambrano.

¿Qué hacer a corto y largo plazo?

De acuerdo a Jorge Bustamante, en primer lugar, deben cumplirse las leyes que ya están dadas, como la Ley de Recursos Hídricos para un manejo de las cuencas de los ríos.

“Inmediatamente debe hacerse cumplir la ley. Para eso se creó la Ley de Recursos Hídricos, cuyo ente rector es la Autoridad Nacional del Agua (ANA). En la Ley se establece que se debe hacer una planificación por cada cuenca de río, así como la conformación de consejos para cada uno. La ANA tiene la autorización para que no se hagan obras que alteren los cursos de los ríos, como edificaciones o viviendas ilegales. Es eso lo que ha sucedió y ha originado las desgracias que sufrimos. No estamos en contra de que la gente busque un lugar para vivir, pero tiene que hacerse las obras legalmente. Si vas a tener tu hogar al lado del río, debes colocar unos canales especiales en la parte superior que recojan el agua de las lluvias (canales de coronación) y así discurra la lluvia hacia el río. Eso se advirtió durante el Fenómeno del Niño de 1998, pero nadie hizo caso”, dice Bustamante.

Antonio Zambrano señala que existe una afectación al Producto Interno Bruto del Perú con el impacto de El Niño Costero a largo plazo. “De acuerdo a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), cualquier nación latinoamericana perdería entre 1,5% y 6% de su PIB al invertir en las labores de rescate y reconstrucción por desastres naturales. Eso es lo que nos espera. No debemos olvidar a los responsables que son el alcalde de Lima, los gobiernos regionales y el central por no haber desarrollado políticas de prevención”, dice.