Los incendios en Brasil aún no se han logrado extinguir. Foto: Greenpeace | Foto: GREENPEACE

MEDIOAMBIENTE

Presión económica a Brasil y Bolivia para que protejan la Amazonia

Un total de 230 fondos de inversión, que administran unos 16 billones de dólares, se unieron para publicar un manifiesto a través del cual buscan aumentar la presión para que Jair Bolsonano y Evo Morales adopten medidas efectivas para proteger la Amazonia.

20 de septiembre de 2019

Mientras en Nueva York, el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, decidió vetar el discurso del gobierno brasileño en el marco de la Cumbre del Clima que se llevará a cabo este lunes, en Europa unos 230 fondos de inversión publicaron un manifiesto a través del cual buscan incrementar la presión para que Jair Bolsonaro y el presidente de Bolivia, Evo Morales, adopten medidas efectivas para proteger la selva amazónica y frenar la deforestación.

Según el diario El País de España, la crisis ambiental provocada por el aumento de los incendios en la Amazonia brasileña se ha reflejado en el mercado financiero.

El tema no es menor, pues la señal de un posible freno a las inversiones pone en evidencia la importancia que tiene para el mundo lo sucedido en el corazón de la Amazonia brasileña.  En total los fondos administran en total unos US$16 billones y su justificación para la elaboración del documento es que Brasil no ha presentado un plan concreto que refleje su compromiso en la lucha por hacerle frente al cambio climático.

La preocupación se genera debido al aumento de la degradación y de una debilidad en la fiscalización ambiental en el país suramericano. De acuerdo con la información de El País,  la responsabilidad ambiental, social y de buen gobierno es un criterio creciente en las carteras de fondos de inversión en todo el mundo, como un reflejo de los grupos de presión en la sociedad organizados en torno a la lucha contra el cambio climático. 

“La semana pasada, grupos liderados por ESG dijeron que la ola de incendios en Brasil ha entrado en el radar. A fines de agosto, la división de gestión de activos de Nordea, uno de los mayores bancos nórdicos,  ya había anunciado que estaba suspendiendo las compras de bonos del Gobierno brasileño también por la crisis ambiental”. 

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Un tema clave es que el manifiesto va más allá de presionar al gobierno del mencionado país, también pone sobre la mesa la responsabilidad que tienen las empresas y les plantean que “redoblen sus esfuerzos y demuestren un compromiso claro para eliminar la deforestación dentro de sus operaciones y cadenas de suministro”.  Entre los fondos signatarios del documento, está la gestora británica Aberdeen, dueña de una participación en la enorme cárnica brasileña BRF.

Es de recordar, que la Amazonia perdió 2,5 millones de hectáreas en solo un mes, un área equivalente a 4,2 millones de campos de fútbol, según el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil (Inpe), un panorama frente al cual la ONG Greenpeace pide acciones contundentes para preservar esta región.

Entre enero y la tercera semana de agosto fueron detectados casi 71.500 focos de incendio, el mayor número para el mismo periodo en los últimos siete años, y poco más de la mitad sucedieron en la mayor selva tropical del mundo. 

Responsabilidad empresarial

“Teniendo en cuenta el aumento en las tasas de deforestación y los recientes incendios en la Amazonia, nos preocupa que las empresas expuestas a la posible deforestación en sus operaciones y cadenas de suministro brasileñas tengan cada vez más dificultades para acceder a los mercados internacionales”, dicen los Fondos en una comunicación conjunta.

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Estas instituciones se suman a otras empresas y Gobiernos que ya habían reaccionado en contra de la política ambiental del presidente Bolsonaro, por considerar que el primer mandatario de los brasileños ha minimizado el cambio climático y la deforestación ilegal, a la vez que ha rechazado las críticas de países como Francia y Alemania. 

Para Greenpeace, los incendios forestales y el cambio climático operan en un círculo vicioso: a medida que aumenta el número de incendios, también lo hacen las emisiones de gases de efecto invernadero, aumentando la temperatura general del planeta y la ocurrencia de eventos climáticos extremos, como huracanes, tornados, grandes sequías, inundaciones, el aumento del nivel del mar y el derretimiento de los glaciares, según ha dicho Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace Andino.

En Bolivia, se estima que las llamas han arrasado con 4,1 millones de hectáreas de bosque y pastizales, según dio a conocer esta semana la ONG privada Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN) al presentar un informe basado en imágenes satelitales de la NASA y la agencia europea ESA. 

"La superficie quemada en el departamento de Santa Cruz asciende a 3 millones de hectáreas y representa el 74,5% del total de áreas afectadas por incendios a nivel nacional″, afirmó la FAN en una comunicación.