Increíble: se registró la misma temperatura en El Cairo y en la Antártida

2016 pasará a la historia como el año más caluroso jamás registrado, un trono que de seguro perderá el 31 de diciembre de 2017. Y es que el año en curso, ha dejado a su paso un sinnúmero de récords negativos en materia medioambiental. En Colombia en los primeros días de febrero se registraron temperaturas inéditas en 25 de las 32 capitales de departamento y en el mundo la situación no parece cambiar.

Lea también: Hielo en los polos disminuye a mínimos récord

El hecho más alarmante se registró esta semana, específicamente el miércoles, cuando los termómetros de la Organización Meteorológica Mundial (WMO) anunciaron un nuevo récord de temperatura en la Antártida con 17,5 grados centígrados. Curiosamente ese mismo día El Cairo (Egipto) tuvo una temperatura similar.

Lo complicado del asunto es que la capital egipcia está enclavada en una zona desértica que está acostumbrada a tener altas temperaturas, pero en los polos las temperaturas bajo cero son lo primero que se viene a la mente. Sin embargo, con el cambio climático ya nada se sabe.

Le puede interesar: Osos polares se están quedando sin hielo en el Ártico

Esto coincide con el anuncio realizado hace unas semanas por la Agencia Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) que aseguró que la capa de hielo en los polos disminuye a niveles alarmantes. Tan solo en la Antártida la extensión de hielo en enero fue de 1,1 millones de km2, un 22,8% menos que en el promedio registrado entre 1981 y–2010.   

El anterior pico de temperatura máxima en la Antártida era de 15 °C y había sido registrado el 5 de enero de 1974. Sin embargo, no todo debe ser preocupante, ya que según Michael Sparrow de la WMO “el Antártico y el Ártico están mal cubiertos en términos de observaciones meteorológicas y pronósticos, y ambos juegan un papel muy importante en la conducción del clima y los patrones oceánicos y en el aumento del nivel del mar”. Por esta razón estos datos extremos pueden ser de gran ayuda para el comportamiento del clima, especialmente en la actualidad donde los efectos del cambio climático han acrecentado el impacto de fenómenos como la variabilidad climática.