NACIÓN

Un abrazo para proteger el Suroeste antioqueño

Entre el 8 y el 14 de agosto, cientos de personas caminarán por las montañas de esta región para reconocer el territorio y entender las problemáticas que lo amenazan.

2 de agosto de 2016

El Suroeste de Antioquia ha cambiado mucho en los últimos años. Paulatinamente, el paisaje que antes era dominado por las tradicionales fincas cafeteras, la ganadería a pequeña escala, los espesos bosques nativos y las innumerables fuentes de agua; se ha venido convirtiendo en una región en la que imperan amplias extensiones de tierra ociosa, extensos monocultivos de frutales y maderables, proyectos de minería a gran escala y donde el recurso hídrico es codiciado para la construcción de centrales eléctricas.

Ante esa realidad, en 2011 varios habitantes decidieron conformar el Cinturón Occidental Ambiental (COA) como un espacio de resistencia. En el COA confluyen organizaciones sociales, campesinas y étnicas que se oponen al extractivismo y luchan por la autonomía territorial. Una de las estrategias para lograr esos propósitos es la organización de la segunda “Travesía por el Suroeste, un abrazo a la montaña”, que recorrerá varios municipios de la región entre el 8 y el 14 de agosto.   

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“A través del reconocimiento del territorio, “El abrazo a la montaña” procura generar conciencia en la comunidad y fortalecer el proceso de resistencia que venimos realizando hace más de cinco años”, explica Yamid González, uno de los líderes del COA. El recorrido comenzará el próximo lunes en el municipio de Jardín y terminará el viernes en Caramanta. Durante esa semana, los caminantes visitarán tres resguardos indígenas embera, conocerán la problemática de las microcentrales en Hispania y de la minería en Jericó y entenderán la importancia de cuidar los páramos y la biodiversidad que albergan sitios como los Farallones del Citará, entre otras actividades. (consulte acá la agenda completa)

“Con esta travesía queremos identificar nuestras riquezas naturales y culturales, así como socializar y denunciar de los conflictos socioambientales que afectan nuestro territorio. Creemos que esa es una de las maneras para aumentar la participación comunitaria y promover la autonomía territorial sin las cuales es imposible construir la paz territorial de la que tanto se habla por estos días”, concluye González.