Así lucía este jueves en la tarde el noroccidente de la capital del país por la presencia del polvo del Sahara. Foto: Guillermo Torres/Semana

CONTAMINACIÓN

EN IMÁGENES: Así se ha visto el cielo bogotano con la presencia del polvo del Sahara

La Secretaría de Ambiente del Distrito informó que la concentración atmosférica generada por este fenómeno comenzó a bajar este viernes. Se espera que para el fin de semana ya desaparezca.

26 de junio de 2020

Los efectos generados por la masa de polvo proveniente del desierto del Sahara empiezan a descender en Bogotá, según informó la Secretaría de Ambiente del Distrito. 

De acuerdo con el reporte de la Red de Monitoreo de Calidad del Aire de Bogotá, durante las primeras horas de este viernes, las condiciones atmosféricas comenzaron a modificarse. El número de estaciones en condiciones regulares registradas el jueves por la noche se redujo de 5 a una en las primeras horas de este 26 de junio.

Mapa del lado izquierdo corresponde al 26 de junio y el de la derecha al jueves 25 de junio. Fuente: Secretaría de Ambiente

De acuerdo con la entidad, el Índice Bogotano de Calidad del Aire registra una reducción en la concentración de material particulado PM10 y PM 2.5, tendencia que se espera se mantenga durante las próximas horas.

Los modelos globales GEOS_CF de la NASA y CMAS de la Unión Europea muestran que puede haber una segunda nube de polvo que se dirige al continente americano y que podría afectar la costa caribe colombiana en los próximos días.

La Administración Distrital hace un llamado a los ciudadanos para que cumplan el aislamiento obligatorio, las restricciones que hay en la ciudad y usen el tapabocas como medidas de protección ante estos fenómenos de contaminación.

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Es de recordar, que cada año, entre junio y julio, una nube de polvo se apodera de varias zonas del Caribe en el continente americano. Se trata de la llegada de más de 1.000 millones de toneladas de partículas procedentes del desierto del Sahara, un viaje superior a los 8.000 kilómetros que inicia en el norte de África.

Los vientos alisios impulsan este polvo desértico, un fenómeno natural que tiene la misión de alimentar las playas en el Caribe y fertilizar los suelos de la región Amazónica, el sitio más biodiverso del planeta y que día a día sucumbe a paso galopante por el accionar de la deforestación. El fósforo y otros nutrientes son esenciales para la vegetación del bosque amazónico.