CUMBRE

Las empresas y el valor de hacer las cosas bien

El pasado 14 de junio Semana Sostenible abrió un espacio para conversar sobre la sostenibilidad empresarial en el país. La conclusión principal: aunque es mucho lo que queda por lograr, cada vez se hacen más y mejores cosas.

26 de julio de 2017

¿Por qué la ciudadanía no cree en el actuar de la empresa?  ¿En qué momento se puede decir que una empresa está cumpliendo con sus compromisos frente al país, a la ciudadanía y a sus grupos de interés? Esas preguntas fueron la base sobre la cual se construyó la convocatoria a la primera Cumbre de Sostenibilidad, organizada por Semana Sostenible con el patrocinio de Natura, Coca-Cola FEMSA y Bavaria. La agenda fue pensada para darle la oportunidad a expertos, empresarios, estrategas de presentar y discutir sus estrategias, las formas en que se desarrollan y comunican.

María López Castaño, Vicepresidente de Contenidos y fundadora de Semana Sostenible, dio inicio a la jornada con una importante reflexión sobre el papel de los medios de comunicación: los medios no pueden aplaudirle a las empresas por cumplir con sus responsabilidades, pero tampoco pueden negar que las estén cumpliendo ni castigarlas por ser incapaces de resolver por su cuenta todos los problemas del país.

 Luis Gilberto Murillo, Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible señaló que Colombia continuará en su camino al desarrollo verdaderamente sostenible sin aspersiones y con un firme compromiso de establecer las condiciones en las que públicos y privados estén en capacidad de implementar las medidas necesarias para reducir por lo menos en un veinte por ciento las emisiones de gases de efecto invernadero en el país. Además, llamó a una elevación de la conciencia colectiva del país en términos ambientales.

Tres paneles fueron los principales espacios de discusión en el evento. En el primero participaron Hernando José Gómez, director de la Misión de Crecimiento Verde, Claudia Patricia Rivera, directora de Sostenibilidad en el grupo Nutresa y Alfonso Castro Cid, socio de Kreab Consulting. Para los panelistas el mercado colombiano aún tiene como principal motor el precio y aún no hay presión el consumidor por productos más sostenibles. La presión proviene más de los accionistas y los inversionistas, tanto por motivos éticos como por prevenir riesgos reputacionales que afecten a la marca. El crecimiento de la clase media, sin embargo, podría significar un cambio en los consumidores y es mejor para las marcas estar preparadas.

En el panel sobre la vital importancia del agua se visibilizaron tres temas claves. Adriana Soto, directora regional de The Nature Conservancy señaló que más del 70 por ciento de la población colombiana vive sobre dos macrocuencas: Magdalena Cauca y Caribe. Esa ocupación tiene como consecuencia una degradación importante que a su vez afecta tanto la disponibilidad como la calidad del agua, con el agravante de que el cambio climático resulta en eventos climáticos más dramáticos y más frecuentes. Para Soto, ahora es más importante que nunca que públicos y privados planeen, sobre la base de información científica como la que ofrece la organización que lidera, sus actividades de acuerdo con la disponibilidad del agua.

Susan Irwin, gerente de sostenibilidad de Grupo Familia, habló de la importancia del agua para el negocio del papel y especialmente de los esfuerzos que esa empresa ha emprendido en los últimos cinco años para disminuir en 35 por ciento su uso del líquido vital en la producción de cada tonelada de papel. Además, la instalación de plantas de tratamiento les ha permitido reciclar casi el 85 por ciento del agua que usan en su operación.  Irwin describió también la dificultad que representan con frecuencia los plazos y limitaciones regulatorias para instrumentar procesos y tecnologías innovadoras en las operaciones para optimizar el uso del agua. Por ese motivo, la empresa ha buscado formas distintas a los procesos administrativos, como proyectos de conservación de ecosistemas vitales como los humedales,  para relacionarse con las autoridades ambientales de manera constructiva.

Omar Darío Rengifo, representante de Isagen en el evento, estuvo de acuerdo y además recalcó que el sector energético, que se apega juiciosamente a la normatividad, resulta con frecuencia en desventaja frente a sectores como el agropecuario, en donde la ausencia de permisos y licencias permite el uso indiscriminado del líquido vital.

Con la participación del Viceministro de Participación e Igualdad de Derechos, Luis Ernesto Gómez, de Ana Milena Joya Camacho, Gerente ambiental y social de proyectos e ingeniería de EPM y Alfonso Rodríguez de Comba Internacional, el panel de Comunidades y construcción de confianza fue el que más interrogantes dejó para el trabajo continuado de los asistentes. Alfonso Rodríguez subrayó que la confianza no se construye sino que se gana, cosa que en opinión de Ana Milena Joya es particularmente difícil en Colombia, donde muchas veces las empresas llegan a lugares en los que la ausencia del Estado y la pobreza son de magnitudes tan complejas que es difícil no asumir compromisos que no solamente van más allá de sus responsabilidades sino que son casi imposibles de cumplir.

Para el Viceministro Gómez, el riesgo ahora es que frente a la dificultad para que las empresas puedan trabajar en el territorio se generen movimientos que debiliten la democracia. Hay mucho por hacer para fortalecer tanto la democracia representativa, dentro de los partidos políticos, como los mecanismos de participación que, bien manejados, asegurarán que los ciudadanos se consideren escuchados de forma legítima.

El experto en medición de sostenibilidad, Paolo Taticchi del Imperial College en Londres, presentó evidencia para apoyar dos hipótesis principales: la primera es que hacer bien los negocios  en términos de sostenibilidad no es ser buenos, es ser inteligentes. La segunda es que la sostenibilidad es un viaje largo que implica cambios importantes, pero estamos de prisa y el valor de las cosas bien hechas cada vez es más apreciado entre mercados, inversionistas y consumidores.

Al estar convencidos de que los informes de sostenibilidad como herramientas de gestión no son efectivos como herramientas de comunicación, los organizadores de la Cumbre trabajaron con las empresas en el desarrollo de una narrativa pública para Bavaria, Enel, Natura, Coca-Cola FEMSA, la Universidad EAN y la Alquería. El objeto de desarrollar presentaciones cortas y personales que permitieran que el público desarrollara un vínculo emocional con las estrategias de sostenibilidad de cada una de las empresas se cumplió a cabalidad.