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Palmas nativas pueden ser un negocio sostenible

Cada una de las especies de palmas silvestres del país debería tener su plan de manejo en todas las regiones en las que crece y se usa. Además podría incorporarse en un programa de biocomercio sostenible con muy alta probabilidad de éxito.

12 de agosto de 2015

Con información de la agencia de noticias de la Universidad Nacional

De las 252 especies de palmas registradas en Colombia, 54 están amenazadas, principalmente por la deforestación y las malas prácticas de cosecha en las diferentes zonas del país.

Las palmas se encuentran en casi todos los tipos de bosques ubicados entre los 0 y 3.200 metros sobre el nivel del mar. Además de ser clave para el mantenimiento de los ecosistemas por proveer albergue y alimento a la fauna silvestre, disponen de un gran potencial de desarrollo económico.

La base del plan de conservación corresponde a los resultados obtenidos por el Grupo de Investigación en Palmas Silvestres Neotropicales del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional, en convenio con el Ministerio de Medio Ambiente.

Esta investigación trata aspectos como distribución, riqueza, ecología, usos, manejo, amenazas y oportunidades de conservación, entre otros. En este último punto, una de las principales estrategias es la conservación a través del uso.

“La tesis que estamos proponiendo es que hay muchas palmas silvestres, diferentes a la palma africana y a la de coco, que tienen un potencial muy importante a nivel económico para el desarrollo de las regiones; sin embargo no se ha hecho el trabajo adecuado para, por ejemplo, designar cuotas de manejo. Muchas especies útiles son destruidas, por lo cual se está perdiendo el potencial de empresa que tiene el país”, dijo la Gloria Galeano Garcés, profesora de la Universidad Nacional.

Si se conservan esas palmas y se manejan bien, se puede obtener un recurso económico importante para la zona rural, mientras se protege la especie.

Entre la lista de 34 especies de palmas silvestres que incluye el plan, se advierte, por ejemplo, que la palma Tamaco (Acrocomia aculeata) tiene un uso potencial en la extracción de aceite, como alimento y en la producción de azúcar y biocombustible.

También está el caso especial de la palma nolí (Elaeis oleífera), que se podría usar como pulpa y semilla para aceite, así como material genético para mejoramiento de palma africana.

“Esta última es una especie no nativa, en cambio el nolí está en peligro de extinción. Me parece muy bien que se apoye el cultivo de palma africana, porque es importante para el país por la producción de aceite, pero no tiene sentido que un país le dé tan poca importancia a sus palmas nativas, que son patrimonio y que podrían producir tanto o más aceite que la africana”, aseguró.

Para la docente Galeano Garcés, este plan es un insumo muy importante, que debería ser implementado por las corporaciones ambientales de las regiones. No obstante, reconoce que los problemas del país hacen que muchas veces lo ambiental pase a un segundo plano.

“El plan ya está disponible para consulta, tratamos de hacerlo en un lenguaje apto para un público muy amplio; también se busca que los periodistas lo tomen, hagan una lectura y lo difundan para otros públicos”, expresó.

La visión del plan es que para el 2025 todas las especies de palmas silvestres en Colombia sean reconocidas como importantes, las amenazadas se recuperen y las poblaciones de palmas útiles se manejen de manera sostenible, integradas al desarrollo socioeconómico.