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La innovación que necesitamos

En Colombia están surgiendo empresas y centros de investigación y desarrollo que buscan llevar productos y servicios a la base de la pirámide. Necesitamos ideas innovadoras que resuelvan la inequidad y contribuyan a preservar los recursos.

27 de mayo de 2013

El Índice de Innovación Global de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual deja una triste perspectiva para América Latina y Colombia. Nuestro país está ubicado en el puesto 65 de 141; Chile, Brasil y Costa Rica nos superan. En términos de generación de patentes, inversión en software y educación, quedamos atrás.

No todo son malas noticias. En Chile, Brasil y Colombia están surgiendo empresas y centros de investigación y desarrollo que no buscan publicar papers ni registrar patentes, sino llevar sus tecnologías al mercado y no precisamente a cualquiera; están enfocados en el de la base de la pirámide, a los recicladores para que agreguen valor a sus productos y servicios, y a las industrias, para que reduzcan su impacto ambiental y al mismo tiempo mejoren su ventaja competitiva.

El Advanced Innovation Center de Chile, liderado por Alfredo Zolezzi, ha desarrollado un dispositivo de potabilización de agua que se ha comprobado, durante dos años, en comunidades de Santiago que nunca han tenido agua. El dispositivo puede purificar siete litros de agua por minuto utilizando la energía de un bombillo. Cuando esté en producción masiva costará 100 dólares. Zolezzi, también en alianza con la Fundación Avina, está desarrollando una solución que permitirá, a los recicladores, agregar valor a sus productos de una manera que podría transformar la industria del papel y el cartón.

Aunque no he tenido el placer de conocerlo, considero que Raúl Cuero es un ejemplo colombiano. En vez de quedarse trabajando para el gobierno de EE. UU, como se lo ofrecieron a Zolezzi, Cuero regresó a compartir sus conocimientos con la juventud colombiana en su Parque de la Creatividad. Además, sabe que nuestra juventud es la clave para la creación de conocimiento revolucionario que desafíe la forma tradicional de hacer investigación y desarrollo.

En las salas de junta, los corredores, la prensa y en la calle se habla mucho de innovación y de que somos muy creativos. Pero si queremos ser competitivos y sostenibles tenemos que poner nuestras metas y estándares mucho más altos. Uno de los imperativos para la innovación en la región es que esta resuelva la inequidad, preserve nuestros recursos naturales y nos haga más competitivos a nivel global. La bonanza de los commodities no será eterna y sin inversión en innovación y un entorno que la facilite estaremos estancados por décadas.