Las hectáreas de bosque deforestado en Brasil avanza a pasos agigantados. Foto: Greenpeace

MEDIO AMBIENTE

Británicos no comprarían productos de Brasil que incentivan la deforestación

En una carta enviada a los congresistas brasileños, las cadenas de comercio del país europeo mostraron su preocupación por un proyecto de ley que podría generar un amento en la pérdida de bosque. Las importaciones son principalmente de soja, carne, café, madera y oro.

21 de mayo de 2020

La creciente deforestación que registra la Amazonia brasileña, podría pasarle factura a las exportaciones de ese país, pues las principales cadenas de supermercados británicos amenazaron con no comprarle productos si se aprueba una ley que, según dieron a conocer, propiciaría grandes efectos en los bosques amazónicos. 

En una comunicación dirigida a los senadores y diputados de Brasilia, las más importantes compañías de comercio de este país europeo afirmaron que están "profundamente preocupados" por el proyecto de ley, la Medida Provisional 910, respaldado por el presidente Jair Bolsonaro.

La medida, que debe ser votada por el Congreso Nacional, legaliza los asentamientos informales en tierras pertenecientes al estado federal, incluso dando títulos de propiedad a quienes las ocupan actualmente contra la ley, según el centro de estudios de Climate Policy Initiative.

Entre los 41 firmantes de la carta se encuentran algunas de las cadenas de supermercados más importantes del Reino Unido como Tesco, J Sainsbury, Marks & Spencer, pero también Asda, Waitrose, y empresas de alimentación como Burger King UK, el fondo público de pensiones sueco AP7 y otras firmas de gestión de inversiones.

Según la embajada de Brasil en Londres, este país ocupa el lugar 15 como mayor exportador al Reino Unido, de productos como oro y otros minerales, soja, madera, carne y café.

Para nadie es secreto que el presidente brasileño no ha tomado acciones para reducir la explotación de la selva amazónica para la agricultura o la minería, sino que por el contrario la deforestación va en aumento, a tal punto que en el pasado mes de abril creció 171 por ciento, frente al mismo mes del año pasado.

De acuerdo con un estudio privado dado a conocer el lunes de esta semana, fueron 529 kilómetros cuadrados de masa forestal perdida en esa región en el cuarto mes del año, en comparación con los 195 kilómetros cuadrados deforestados en el mismo lapso de 2019, convirtiéndose en el mayor índice de deforestación en los últimos diez años para el mencionado mes, según el Instituto del Hombre y el Medio Ambiente de la Amazonia (Imazon).

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Según lo dado a conocer por las cadenas británicas, de ser aprobado el proyecto en el congreso fomentaría aún más el acaparamiento de tierras y la deforestación a gran escala, lo que pondría en peligro la supervivencia de la Amazonia y la consecución de los objetivos del Acuerdo de París para luchar contra el cambio climático. 

Incendios y deforestación causan graves impactos en la Amazonia brasileña. Foto: Greenpeace

"Creemos que también pondría en peligro la capacidad de empresas como las nuestras para seguir abasteciéndose de Brasil en el futuro", añaden los supermercados británicos en su comunicación.

En su carta, las cadenas comerciales instan al gobierno brasileño a que reconsidere su postura. "Esperamos seguir trabajando con nuestros socios en Brasil para demostrar que el desarrollo económico y la protección del medio ambiente no se excluyen mutuamente", insistieron.

Cifras al alza

En los primeros cuatro meses de 2020 la deforestación alcanzó niveles récord en la Amazonia, según el Instituto Brasileño de Investigación Espacial, que realiza el seguimiento a través de satélite: se perdieron 1.202 km² de selva, o el equivalente a cuatro veces la superficie de Manhattan.

Es un 55 por ciento más que un año antes y el dato más alto registrado en los primeros cuatro meses del año desde que se inició la serie histórica en agosto de 2015. 

Bolsonaro defiende la explotación económica de la selva virgen más grande del mundo porque afirma que los pueblos indígenas deberían sacar beneficio de los recursos naturales del territorio.

En una carta entregada al gobierno británico en febrero, el líder indígena yanomami Davi Kopenawa -conocido como el Dalai Lama amazónico- y otros tres líderes indígenas -Dario Yanomami, Raoni Metuktire y Megaron Txucarramae- pidieron al primer ministro Boris Johnson y otros dirigentes europeos que no acepten en sus países el oro y otros productos que responsabilizan de la destrucción de sus tierras.

"Necesitamos que las autoridades tomen medidas y pedir al presidente (Jair) Bolsonaro que expulse a los mineros ilegales de la tierra Yanomami, este es mi mensaje urgente", dijo Davi Kopenawa a la AFP en Londres.

"La relación que tiene el presidente de Brasil con nosotros es buscar riqueza en nuestra tierra, no le importan la selva o los pueblos indígenas, lo que quiere es explotar los recursos y la riquezas de nuestra tierra, la minería, el oro, los diamantes. Están queriendo acabar con nosotros y robarnos nuestra tierra", agregó.

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Bajo este panorama es necesario esperar cuál es la suerte que corre el proyecto de ley en el congreso brasileño y cuál será la reacción de los supermercados británicos frente al mismo, pues incluso el año pasado estos establecimientos habían sido señalados de contribuir precisamente con la deforestación de esta área de bosques. 

Según una nota publicada por Mongabay Latam el año pasado, en la que se cita un informe de la organización Earthsight, las cadenas de supermercados más importantes del Reino Unión y la Unión Europea estarían indirectamente fomentando la deforestación ilegal, al comerciar con la industria ganadera de Brasil, en especial con la empresa JBS. Según el mencionado informe, las cadenas de supermercados minoristas siguen comprando carne envasada de esa empresa productora de carne, investigada por estar involucrada en serios abusos ambientales y de derechos humanos.

Esta empresa es una de las productoras de alimentos más grande del mundo y, como indica el informe 2018 de Chain Reaction Research, una de las tres envasadoras de carne (junto con Minerva y Marfrig) que controlan alrededor del 70 por ciento de los mataderos ubicados en la Amazonia brasileña.

*Con información de AFP y otro medios.