Donald Trump está a meses de terminar su mandato. De ser reelegido la catástrofe ambiental podría ser fatal. Foto: AFP

MEDIO AMBIENTE

Duro editorial de The New York Times contra gestión ambiental de Trump

Dice que pareciera que el magnate se ha empeñado en acabar con el medio ambiente en Estados Unidos durante su mandato. Su última decisión, por ejemplo, amenaza la reserva natural más grande de ese país. Si no lo reeligen, su sucesor tendrá un gran reto.

25 de agosto de 2020

En el editorial del domingo del diario estadounidense, The New York Times, evidencia la catástrofe ambiental que ha hecho el presidente Donald Trump en el país norteamericano. El magnate, quien está a pocos meses de terminar su mandato, nunca se ha interesado por proteger el medio ambiente. De hecho, está empeñado en negar que existe el calentamiento global, por ejemplo. 

Su retiro en 2019 del acuerdo de París, el pacto ambiental más importante y grande para enfrentar la crisis climática a nivel mundial, ha sido una de las decisiones más criticadas por la comunidad internacional. La razón: proteger la economía de Estados Unidos. 

Le puede interesar: Donald Trump aprobó actividades petroleras en santuario protegido

Esta, precisamente ha sido la bandera de Trump desde campaña y desde que se posesionó en enero de 2017. Hacer crecer la economía estadounidense ha sido una de sus principales promesas y lo ha logrado, al menos así lo hizo hasta que llegó la pandemia, resalta el editorial. 

Sin embargo, agrega, el presidente republicano lo ha hecho de espaldas al medio ambiente y poniendo en riesgo reservas naturales, marinas y hasta la salud de las personas por la contaminación del aire. Se ha empeñado en hacer trizas las políticas medioambientales del país norteamericano para producir combustibles fósiles a gran escala, mientras el mundo sigue incendiándose, inundándose y padeciendo los inminentes -y evidentes- estragos del cambio climático.

El editorial resalta que la pandemia logró desviar un poco su obsesión por acabar con las reservas naturales, hasta la semana pasada, cuando le dio luz verde a las perforaciones petroleras y gasíferas en el Refugio Natural de Vida Silvestre del Ártico, en Alaska. Se trata de la reserva natural más grande de Estados Unidos y la más prístina. Un territorio que, además, había estado protegido desde hace aproximadamente 60 años. Las perforación están contempladas en una superficie de 70.000 kilómetros, el tamaño de la superficie de Irlanda. 

Pero esta no ha sido la única decisión contra el planeta de Trump -y seguramente no será la última si llega a ser reelegido-. Como bien lo dice el editorial del Times,  uno de sus grandes propósitos ha sido acabar con todo lo que su antecesor Barack Obama logró en su gobierno, incluido, por supuesto, el tema ambiental. Obama había logrado avanzar en la preservación de espacios abiertos, aire limpio, disminuir la contaminación del agua y reducir la emisión de gases. Pero Trump echó todo eso al traste.

Puede leer: Por calentamiento, la Tierra perdió 28 billones de toneladas de hielo

Ideas como la tala masiva en áreas protegidas del Bosque Nacional Tongass de Alaska, o las minas de oro y plata en la Bahía de Bristol, una de las pesquerías más grandes del país, volvieron a surgir en su administración.

Por otro lado, en medio de la pandemia, la Agencia de Protección Ambiental del gobierno de Trump prefirió respaldar el aire contaminado. En lugar de disminuirlo, se negó a endurecer las regulaciones de de partículas de hollín de 2.5 micras, muy nocivas para los pulmones. Ignorando, por supuesto, a los científicos que habían sugerido tener reglas más estrictas para la salud de los ciudadanos. 

No obstante, Trump también ha tenido opositores en su carrera por acabar con el planeta. Las cortes, por ejemplo, han logrado frenar varias ideas del magnate y hasta grandes empresas que incluso podrían tener un beneficio económico por las extracciones, le han dado la espalda.

Como la industria automotriz, por ejemplo, que está en una encrucijada con la decisión de Trump de relajar los estándares de control de emisiones y consumo de los carros. Con Obama los niveles de eficiencia de consumo eran de 54 millas por galón, y Trump las redujo a 40. Esto, si bien es más cómodo para la industria, es un cambio muy exagerado que traerá consecuencias en el medio ambiente.

Tanto así que cinco multinacionales decidieron entrar en un acuerdo independiente con California para cumplir unos estándares más rigurosos parecidos a los de Obama.

Le recomendamos: Trump autoriza caza de osos y lobos en Alaska

Y en cuanto a la decisión de la perforación en el Refugio de Vida Silvestre del Ártico también ha tenido opositores como los grandes bancos de inversión como JP Morgan, Goldman Sachs, Wells Fargo o Citi, quienes han rechazado la decisión del magnate. Y, por otro lado, son pocas las petroleras que tienen licitaciones para empezar proyectos en este lugar.

Si Donald Trump llega a ganar la reelección el próximo 3 de noviembre, dice el editorial, el panorama para las reservas naturales de Estados Unidos puede ser muy preocupante. Sin embargo, si su rival, el demócrata Joe Biden llega a ganar, puede haber un chance de recuperar el terreno perdido con el republicano al mando.

En su campaña, por ejemplo, Biden ha dicho que invertirá dos billones de dólares para luchar contra el cambio climático. Dentro de sus planes está dejar el Ártico intacto y tener un control en las perforaciones de tierras, e invertir en infraestructura sostenible, con combustibles y carros limpios. Además de regresar al Acuerdo de Paris. 

Su mandato será clave para dar marcha atrás a todas estas ideas descabelladas de Trump. Y, teniendo un Congreso a su favor, podrá evitar que proyectos como el del Ártico sean una realidad. El camino no será nada fácil, pero aún hay posibilidad y tendrá un respaldo importante, no solo de los ciudadanos de pie, sino también de las grandes empresas, para evitar una catástrofe ambiental en el país norteamericano.