"Life Lagoon Refresh", el proyecto tiene como objetivo inyectar agua dulce del río Sile para reducir la salinidad. Foto: AFP | Foto: AFP

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El proyecto que busca recuperar la laguna de Venecia

Aunque Venecia es reconocida por sus góndolas, el puente de los Suspiros y su imponente Plaza de San Marcos, también tiene un humedal. Su riqueza ecosistémica está en riesgo por las actividades humanas, razón por la cual buscan recuperarla.

17 de agosto de 2020

Venecia, conocida en todo el mundo por la Plaza de San Marcos o el puente de los Suspiros, tiene además una laguna. Su riqueza ecosistémica a menudo se pasa por alto y por eso la quieren recuperar.

Amenazada por el aumento de la salinidad, la laguna es el eje de un proyecto destinado a incrementar los cañaverales para atraer aves y peces. 

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"La idea es recuperar el entorno perdido debido a las intervenciones humanas que terminaron por desviar los ríos fuera de la laguna", explicó a la AFP Rossella Boscolo Brusà, investigadora del Instituto Superior de Protección e Investigación Ambiental (Ispra) y responsable del proyecto. 

Esas operaciones tenían como objetivo la limpieza de ciertas zonas pantanosas y la lucha contra la malaria, "el agua se volvió cada vez más salada y se redujeron los cañaverales, un hábitat muy apreciado por las especies protegidas y de interés comercial", subraya la investigadora, mientras señala desde una embarcación la vegetación de cerca 2 a 3 metros de altura.

Adriano Croitoru trasplanta juncos en la laguna de Venecia. Foto: AFP

Se trata de un lugar tranquilo, perturbado de vez en cuando por barcos de turistas. Con un poco de suerte, se pueden observar varias especies de aves como la avefría, algunos andarríos pequeños o garcetas. 

Hoy en día "sólo quedan 34 hectáreas de cañaverales. En el pasado casi la mitad de la laguna estaba cubierta por carrizales", cuenta la investigadora al referirse a unas 17.000 hectáreas. 

En efecto un barrio de Venecia se llama Cannaregio precisamente por las cañas, recuerda Adriano Sfriso, profesor de la Universidad Cà Foscari de Venecia

La caña requiere una salinidad bastante baja, menos de 15. Sin embargo, el nivel es de 30 en el corazón de la laguna, con un promedio de 35. 

Inyectar agua dulce

Llamado Life Lagoon Refresh, el proyecto tiene como objetivo inyectar agua dulce del río Sile para reducir la salinidad. Un pequeño canal, puesto a disposición de la laguna desde mayo, permite regular el caudal del agua según avanza el proyecto o en función de las mareas altas. 

"Actualmente el flujo es de 300 litros por segundo, el caudal deberá aumentar hasta 500 y en el futuro llegar a un metro cúbico por segundo", explica Simone Sponga, de la empresa de ingeniería hidráulica Ipros. 

Para contener el agua dulce y dar soporte a la caña, se instalaron unas especies de filas o cordones compuestos por postes y almohadillas de fibra de coco biodegradable. 

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Si la vegetación se reconstituye naturalmente, las operaciones para volver a plantar se aceleran para recuperar veinte hectáreas de cañaverales, resume el profesor Sfriso. 

Con regularidad, Carlo Marchesi y su asistente Adriano Croitoru, extraen con cuidado pequeños pedazos de tierra que luego replantan desde un barco a pocos kilómetros de distancia. 

"Vamos a reconstruir la laguna tal como la conocieron nuestros bisabuelos, mucho más rica de peces y aves", sostiene Marchesi, de 56 años. 

Intervenciones similares se han realizado con plantas acuáticas gracias a la participación de pescadores y cazadores. 

El mundo de muchos venecianos

Durante año y medio, se celebraron a cabo reuniones y debates, algunos muy tensos, entre todas las partes interesadas para lograr un acuerdo, fundamental para el éxito del proyecto. 

"Para nosotros, pescadores y cazadores de Venecia, la laguna representa la vida, es nuestro mundo. Si la preservamos, podremos disfrutarla y dejarla a nuestros hijos", reconoce Massimo Parravicini, presidente de la principal asociación local de pescadores aficionados y cazadores. 

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Parravicini, de 58 años, participa con entusiasmo en las operaciones de replantación de fanerógamas: plantas fundamentales para el ecosistema porque aportan oxígeno a los bajíos y limitan el impacto de las olas creadas por los barcos, explica. 

El seguimiento contínuo permite medir el progreso, en términos de salinidad, vegetación y fauna, gracias a la "pesca al cerco", es decir, a una gran red tendida a través de los canales.

Así, los especialistas verifican la evolución de varias especies de peces, tanto las específicas de ese hábitat como las protegidas, dentro de las que está la gobiida. Pero a su vez, vigilan las especies importantes para la pesca artesanal como dorada, mulos y platijas, de acuerdo con Luca Scapin, investigador de la Universidad de Venecia.

El proyecto, apoyado por la región Véneto y la Comisión Europea, también tiene como objetivo promover la presencia de aves como la garza imperial.