Las conflagraciones causadas por el creciente calor y las pocas lluvias generan graves impactos en los ecosistemas de la Amazonia. Foto: Greenpeace.

MEDIOAMBIENTE

Por escasez de lluvias, el 40% de la Amazonia podría convertirse en sabana

Un estudio publicado en la revista Nature Communications indica que a medida que aumentan las emisiones de efecto invernadero, más zonas de la selva amazónica pierden su resistencia natural y se vuelven inestables. La falta de lluvias provoca la muerte de muchos árboles.

6 de octubre de 2020

La falta de lluvias causada por las crecientes emisiones de gas de efecto invernadero podría generar graves efectos sobre la Amazonia. Un estudio publicado en la revista Nature Communications, indica que hasta 40 por ciento de la selva amazónica puede transformarse en sabana antes de que termine el presente siglo. 

La investigación, realizada por científicos del Centro de Resiliencia de Estocolmo y del Instituto Copernicus de la Universidad de Utrecht, concluye que las selvas son muy sensibles a los cambios de regímenes lluviosos en largos períodos y la falta de agua puede causar la muerte de muchos árboles.

Lo grave más grave es que con la pérdida de los ecosistemas tropicales habrá una capacidad menor para absorber las emisiones de gas con efecto invernadero que de manera permanente genera el hombre, lo que se convierte en un círculo vicioso. 

La escasez de lluvia genera sequías y fuertes incendios lo que se traduce en mayores emisiones. Foto: Greenpeace

"En cerca del 40 por ciento del Amazonas las lluvias están ahora a un nivel en el que la selva puede existir en cualquier estado - selva tropical o sabana-, según nuestras conclusiones", señaló Arie Staal, del Centro de Resiliencia de Estocolmo (SRC), un instituto de investigación especializado en medioambiente.

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Los científicos se basaron en los últimos datos atmosféricos disponibles para simular la reacción de las selvas húmedas al cambio de régimen de lluvias. Y en especial tratar de determinar las consecuencias de la continuación del uso de combustibles fósiles hasta el final del siglo.  

Arie Staal, indica que las selvas húmedas crean normalmente sus propias precipitaciones por evaporación, beneficiando el crecimiento de los árboles y de los ecosistemas que allí habitan.  Según los investigadores, cuando las lluvias escasean, la selva desaparece. "Cuando la selva disminuye, hay menos lluvias, lo que causa sequía, más incendios y pérdida de árboles: es un círculo vicioso", dice Staal.

Dificultad de reconstrucción

El cambio climático está generando condiciones extremas que fueron modeladas por los investigadores para las selvas tropicales húmedas. Según los expertos, si éstas desparecen drásticamente van a tener mucha dificultad para reconstruirse.

De acuerdo con los experetos, a medida que aumentan las emisiones de efecto invernadero, más zonas de la selva amazónica pierden su resistencia natural y se vuelven más inestables, siendo más probable la sequedad y un cambio hacia un ecosistema del tipo sabana.

La degradación es evidente en la Amazonia brasileña. Foto: Wildlife vía DW

"Entendemos ahora que las selvas tropicales de todos los continentes son muy sensibles al cambio global y pueden perder rápidamente su capacidad para adaptarse. Una vez desaparecidas, su recuperación llevará muchas décadas para volver a su estado original. Y dado que las selvas tropicales albergan a la mayoría de las especies globales, todo esto se perderá para siempre", agregó Ingo Fetzer, del SRC.

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En este sentido, los científicos dijeron que el estudio solo consideró el impacto del cambio climático en las selvas tropicales, y no se evaluaron otros factores de estrés en la deforestación, como la expansión agrícola o la tala de árboles.

Además de la cuenca amazónica, el estudio establece que la cuenca del Congo también puede transformarse en sabana. 

Las conclusiones preocupan a los expertos, ya que que algunas áreas del Amazonas no están recibiendo la cantidad de lluvia necesaria y se espera un mayor deterioro de esta tendencia mientras la zona se calienta a causa del incremento de las emisiones de efecto invernadero, que precisamente son las que generan también el cambio climático y el calentamiento cada vez más acelerado de diferentes regiones de la tierra