Consumo Responsable

El Consumo de carne vs. la conservación del planeta

Un estudio reciente sugiere que el consumo de carne afecta la conservación de los recursos naturales. Proponen medidas alternativas.

6 de agosto de 2014

Investigadores de la Universidad Internacional de la Florida sostienen que en la medida en que se incremente el consumo de carne en el mundo, y particularmente en países tropicales, se pondrá en mayor riesgo la biodiversidad y los ecosistemas tropicales.

En la actualidad, la ganadería utiliza el 75 por ciento de las tierras agrícolas del mundo y ocupa el 30 por ciento de la superficie terrestre, lo cual la constituye en la actividad productiva de mayor extensión en el planeta. De los 17 países megadiversos (un grupo de países que en conjunto reúnen la mayoría de especies biológicas de la Tierra), 15 son países tropicales en desarrollo y 11 de estos mantienen tasas crecientes de consumo de carne per cápita.

El caso de China es bastante particular. El país oriental actualmente alberga alrededor del 20 por ciento de la población humana y tiene una tasa creciente de consumo de carne per cápita (10 por ciento de su dieta en 1989, 20 por ciento de su dieta en 2009. Se espera que alcance el 30 por ciento para 2030, con una proyección de 1.500 millones de habitantes).

Que los chinos estén comiendo más carne pareciera no ser un problema para otros países, pero resulta preocupante, en términos globales, que la mayoría del ganado criado en China es alimentado con soya cultivada en la Amazonia brasilera. Al menos el 80 por ciento de toda la tierra deforestada en la Amazonia ha sido convertida en pasturas y el resto es utilizada para la producción agrícola. Esta tendencia en el uso de la tierra pareciera ser creciente: Brasil planea incrementar su producción anual de soya de 60 a 95 millones de toneladas métricas anuales.

Ante este escenario, los investigadores proponen que el consumo de carne se disminuya de tal forma que represente únicamente el 10 por ciento del total de la dieta promedio de un ser humano. Lo interesante de la propuesta es que lograr esa meta requerirá disminuir el consumo de carne per cápita en los países desarrollados y muy poco o casi nada en los países en desarrollo. Es de anotar que en países como Estados Unidos el consumo de carne per cápita representa el 48 por ciento de la dieta.