Se piensa que esta decisión está se ha tomado para beneficiar a las compañías eléctricas.

Consumo Responsable

En España el sol tiene dueño

El gobierno ha aprobado un decreto que permite a los habitantes generar su propia electricidad solo si antes pagan un ‘peaje’.

15 de agosto de 2013

Pocas cosas parecen tan absurdas e imposibles como privatizar el sol. Esta, sin embargo, es la nueva realidad a la que se enfrentan los españoles y no es algo nuevo ya que el decreto para ‘administrar’ el sol ha sido planeado desde  hace un año, pero solo hasta mediados de julio, el 18 de julio más exactamente, fue remitido a la Comisión Nacional de Energía por el Ministerio de Industria.

Lo que decide el decreto es muy sencillo: todos aquellos que quieran producir su propia e energía mediante paneles fotovoltaicos o minieólicos y consumirla en ese momento o que inyecten energía solar a las líneas eléctricas deberán pagar  un ‘peaje’ a las grandes corporaciones proveedoras de electricidad. La razón de ese ´peaje´ es que será un ‘respaldo’ al sector. Otro punto importante es que este ‘peaje’ podrá subir o bajar –esta variable será determinada por el gobierno– dependiendo de cómo evolucione el establecimiento de estos modelos de autogeneración eléctrica.

Esta nueva política ha dejado al pueblo español atónito,  ya se esperaba que el nuevo decreto en cuanto a energía  beneficiara a los usuarios y fuera una manera de ahorrar y no otro gasto económico que, de tomar esta opción, van a tener que asumir.

La pregunta es ¿por qué el gobierno del PP, liderado por Mariano Rajoy, ha tomado esta determinación? La respuesta a esta pregunta está en las  eléctricas: uno de los mayores miedos de estas empresas es que el sector de autogeneración escale de manera descontrolada y que, por ende, el sistema actual colapse.

La otra pregunta importante es ¿de cuánto será este ‘peaje’?  Desde el borrador presentado en julio se estableció que sería  un 27 por ciento más alto que si se escoge el consumo tradicional que proveen las compañías eléctricas.  Esta es una cifra altísima ya que, como denunció la Unión Española Fotovoltaica (Unef), impide el ahorro de los consumidores y paraliza la entrada de competencia nueva en el mercado.

Una opción de ahorro que desaparece

Para los españoles la posibilidad de generar su propia energía se había vuelto una de las opciones más atractivas del mercado. “De cada 50 llamadas que entran al mes 35 son de particulares interesados en el autoconsumo” dijo Francesc Mateu, gerente de Sol Gironés, al diario El País de España. Esta compañía, como muchas otras, se especializa  en las energías renovables y es pionera del sector.

Esta preferencia por la autogeneración fotovoltaica se ha incrementado también debido al abaratamiento de las instalaciones de este sistema hasta en un 80 por ciento. Así mismo, la reducción en el consumo eléctrico al usar autogeneración fotovoltaica ha variado entre el 15 y 44 por ciento.  Por esta razón esta manera de abastecimiento eléctrica es usada domésticamente y en otros establecimientos como granjas, restaurantes, supermercados y hasta geriátricos.

Este pequeño mercado de autoconsumo instantánea tiene, desde el día de emisión del decreto, dos meses para inscribirse en un registro oficial y para empezar a pagar estos ‘peajes’. De no hacerlo se  enfrentarían, al igual que  los particulares que generen su electricidad de manera fotovoltaica, a dos  realidades: el corte del suministro eléctrico o multas que llegan hasta los 30 millones de euros.

En otros países europeos donde el autoconsumo energético está más consolidado las políticas son muy diferentes. En vez de cobrarles  los ‘peajes’, lo que han hecho gobiernos como el de Holanda ha sido bonificarlos para permitir que los consumidores viertan la energía que recogen a la red para recuperarla cuando la necesiten o que la vendan a las compañías eléctricas.

Lo que esta diferencia en el entendimiento de los ‘peajes’– pequeña en enunciación más no en el momento de ponerla en práctica– supone es que la factura de los componentes de la tarifa doméstica subirá o disminuirá de manera evidente.

En el caso de Holanda, por ejemplo, el precio de la electricidad  es el 23 por ciento del total de la tarifa doméstica y el ‘peaje’ al autoconsumo es el 31 por ciento. Esto, sin embargo, no es un problema ya que como el ‘peaje’ es abonado por el gobierno, los usuarios que escogen el autoconsumo no se ven afectados y pueden seguir produciendo su propia energía sin pagar ningún ‘peaje’. El caso español será lo opuesto: al llegar la factura  habrá un 27 por ciento que representará ese ‘peaje’ y que los consumidores deberán pagar.

En la redacción de este nuevo decreto queda claro que se busca una “evolución gradual” del autoconsumo para que este no atente contra el conjunto del sistema eléctrico. También se menciona que este es un mecanismo novedoso y que es un “reto” su adición al sistema.

Un sector no cuantificado

Otro problema de al que se enfrenta este nuevo decreto es que no hay un registro oficial de autoconsumo en España.  Esto hará que el seguimiento de cada caso y el registro oficial pueda ser más lento del o que se espera.

Esta incertidumbre se evidencia en las distintas cuantificaciones que se han hecho: Alimarket,  revista económica, ha cuantificado 46 casos mientras que Energética, un portal público, ha contado 74 casos. Todos estos obstáculos hacen pensar que esta medida no solo es sorprendente, sino arcaica.

Para Javier García Breva, consultor de energías renovables y exdirector del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (Idea), “esto es un rejonazo de muerte al balance neto y al ahorro energético”. Él ve, en todo esto, una intención obvia por parte del gobierno y de corporaciones eléctricas como Endesa y Electrobin para que este sector tenga más ingresos.

La nueva ‘gerencia’ del sol en España muestra que si bien el país ha tratado de superar la crisis económica  otras realidades,  dentro de las que está el mismo gobierno, no  dejan que esto sea posible. Y que,  en medio del entusiasmo por emprendimientos tecnológicos e innovaciones que permiten que los habitantes  ahorren, sigue habiendo políticas que parecen ir en detrimento de la sociedad y de la posibilidad de construir un futuro menos desesperanzado.