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Amina Mohammed.

Entrevista

"La inequidad va a ser un gran obstáculo para ustedes"

La nigeriana Amina Mohammed ha trabajado su vida entera para acabar con la pobreza y el conflicto en el mundo. Estuvo en el país y habló con Semana Sostenible sobre el proceso de paz, el desarrollo sostenible y el futuro de la agenda global.

21 de febrero de 2015


Mohammed, asesora especial de Ban Ki-Moon para la planeación de la agenda para el desarrollo pos 2015, es la mujer encargada de llevar a cabo uno de los procesos más ambiciosos de las Naciones Unidas. Este año se cumple la fecha límite de los Objetivos del Milenio, una apuesta de la comunidad internacional para acabar con la pobreza, la inequidad de género, lograr educación básica universal y proteger el medioambiente, entre otros. Aunque los Objetivos no se cumplieron en su totalidad antes de 2015 como se habían propuesto los líderes globales, fueron un éxito indiscutible en la medida en que constituyeron un gran consenso mundial sobre los desafíos globales prioritarios y ahora el reto hacia 2030 es mayor. Entrevista exclusiva con SEMANA.

Semana: En Colombia hay un enorme pesimismo frente a la problemática ambiental. Parece que encontrar el balance entre lo económico, lo social y lo ambiental es cada vez más difícil. ¿Qué se puede hacer?

Amina Mohammed:
Creo que esas son las preguntas que tenemos que responder. ¿Tenemos la voluntad política? y, más aún, ¿tenemos el coraje necesario? Es un imperativo moral, pero sabemos que  la moral ha salido violada varias veces, que los valores de base ya no existen y que los derechos humanos son irrespetados día tras día. Es por eso que se requiere ante todo coraje individual y liderazgo político.

Semana: No queda claro si usted es optimista o pesimista.

A. M.: Claramente le hemos hecho un daño enorme al planeta. La buena noticia es que es un daño hecho por el hombre y eso quiere decir que tenemos las soluciones. Somos la última generación que puede hacer algo significativo a través de los acuerdos a los que lleguemos.

Semana: ¿Puede ser más específica?

A. M.: Hay que atacar muchos frentes. Es necesario que nuestras ciudades sean más resilientes y más verdes. Hay que fomentar la agricultura a pequeña escala, hay que hablar de nutrición, energía limpia e infraestructura y debemos entender que todo esto hace parte de la agenda para el desarrollo sostenible. Cuando hablamos de crecimiento económico es necesario que sepamos que no podemos hacerlo sin estos factores.

Semana: Las cifras de crecimiento demográfico son preocupantes. ¿Resistirá el planeta la presión?

A. M.: El problema que tiene el desarrollo sostenible es que requiere pensar en el futuro y la mayoría de los políticos piensan en el presente. Debemos recordar siempre que el planeta va a existir mucho después de que nosotros nos hayamos ido, hay que reflexionar sobre si estamos listos para protegerlo. Como dice el vicesecretario general de las Naciones Unidas, Jan Eliasson: “Podemos tener un plan b, pero no un planeta b”.

Semana: ¿Cuál diría usted que es el punto clave de la nueva agenda?

A. M.: Voy a resumirlo en una sola palabra: dignidad. Cuando le quitas a alguien su dignidad no le queda nada; se vuelve vulnerable y una presa fácil para quienes buscan desestabilizar. En el caso colombiano por ejemplo, si miramos los aspectos multidimensionales del conflicto armado, vemos que muchas de sus causas tienen que ver con la pérdida de la dignidad. Esa es una consecuencia de la exclusión social y de que por el nivel de pobreza la gente no tiene nada que perder. Sé que en mi sociedad, en Nigeria, esa es la causa. Muchas personas jóvenes se han encontrado en lo marginal, afuera mirando hacia adentro sin poder ver ninguna luz al final del túnel. Esto siempre será peligroso.

Semana: ¿Cómo ve la voluntad política de Colombia frente a estos temas?

A. M.: Colombia salió de la reunión de Río +20 (la cumbre ambiental más importante de la década) con credibilidad en los temas de desarrollo sostenible. Se ve un compromiso en la posición del presidente Santos cuando instauró la comisión que analizará el Plan Nacional de Desarrollo del país para integrar los objetivos. Creo que cuando se comience a implementar ese plan, la gente verá que puede llegar lejos.

Semana: Usted viene de un país con una historia de violencia y conflicto como el nuestro. ¿Cuál cree que es el mayor reto del posconflicto?

A. M.: Yo creo que va a ser el manejo de las expectativas. Los acuerdos de paz generan muchas ilusiones pero estas no se cumplen de la noche a la mañana. Es importante entender que no todo se puede acelerar. Las cosas siempre parecen urgentes y lo son. Pero a veces el afán complica la solución.

Semana: ¿Usted le augura un buen final al proceso de paz en Colombia?


A. M.: El dividendo de paz que va a recibir el país después de la firma de un acuerdo va a ser muy grande, pero para desarrollarlo no basta con el compromiso político. El papel de la empresa privada tiene que ser tan grande como el del gobierno. Se requiere que la gente entienda lo que está en juego y que lo apoye, que cada colombiano encuentre en su corazón una motivación para décadas de dolor, sacrificio y pérdida. Estas son situaciones que nadie puede entender si no ha pasado por ellas.

Semana: Si ese es el gran reto, ¿cuál cree usted que sería el mayor obstáculo?

A. M.:
La inequidad va a ser un gran obstáculo para ustedes, lo es para toda la región, pero depende de cómo lo enfrenten en un país donde no se trata de ciudades, sino de la ruralidad; de que las mujeres tengan educación y un acceso justo al mercado laboral y a sueldos equitativos. Todas estas son preguntas que deben ser respondidas por los colombianos.

Semana: Lograr esta nueva agenda va a ser muy costoso, ¿cómo planean financiarla?


A. M.: Cuando acordemos que nos estamos juntando para buscar cómo implementar los objetivos, sea vía inversiones, vía financiamiento, vía tecnología o vía cualquier otra cosa, veremos que todo va a ayudar a llevar esta agenda a buen término. La colaboración global solo va a ser tan buena como la colaboración local. Los recursos están, pero como he dicho antes, no hay tal cosa como un almuerzo gratis. Tiene que haber incentivos para que esos recursos sean entregados y los países deben comprometerse a una mejor gobernanza y a mayor transparencia.

Semana: ¿Usted cree que los gobiernos pueden cambiar su mentalidad?

A. M.:
Al final, se trata de la transformación del poder. Y ese poder nunca se va a entregar gratis. Tienen que negociarlo y tiene que haber una razón para todos en ese nuevo poder. Y de eso se trata esta agenda: de incluir a todos, de pluralidad y diversidad. Y una Colombia empoderada es Latinoamérica empoderada, África empoderada, Europa empoderada porque se están fortaleciendo para crear alianzas que solo van a ser mejores y más fuertes.

Semana:Usted dice que la juventud cumplirá un papel determinante en cambiar los paradigmas. ¿Cuál sería su consejo?

A. M.:
Tienen que comprometerse. Son los portadores de la antorcha de esta agenda. Son la primera generación que puede acabar con la pobreza y la última que puede hacer algo concreto sobre el cambio climático. Mi mensaje es que no esperen a que les pregunten, es su futuro, den un paso adelante.