
Mucho antes de que Haití fuera golpeada por un devastador terremoto en 2010, el país sufría considerables problemas medio ambientales. La deforestación de los bosques de la isla había adquirido dimensiones alarmantes. Las imágenes de satélite mostraban grandes extensiones de tierra desprovistas en gran parte de vegetación. Aguaceros desmesurados arrastraban grandes partes de la costa de Haití al Mar del Caribe porque no había plantas que pudieran prevenir la erosión del suelo.
