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En los caseríos de Puerto Pinzón y La Cristalina viven cerca de 900 personas en total, en condiciones de alta pobreza. Foto: Camilo Altamar.

SOLIDARIDAD

Familias de Las Quinchas recibieron respiro gracias a universidades británicas

Un grupo de investigadores decidió recaudar fondos para apoyar a los hogares de los caseríos Puerto Pinzón y La Cristalina, ubicados al interior de la Serranía de Las Quinchas.

1 de julio de 2020

La pandemia del coronavirus viene afectando sin distingo a diferentes sectores de la sociedad. Las comunidades que viven en las zonas rurales de las tierras bajas andinas colombianas no son la excepción.  

Las restricciones del Gobierno nacional para prevenir el contagio de la covid-19 han significado que muchas personas que viven cerca o dentro de áreas protegidas no puedan salir a trabajar para satisfacer sus necesidades básicas.

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Esta situación podría poner en riesgo ecosistemas altamente biodiversos, debido a que los campesinos se verían obligados a extraer especies de maderas del bosque para comprar alimentos, así como a trabajar con productores de coca o narcotraficantes que, a menudo, provocan grandes daños ambientales como la deforestación. También podrían exponerse al virus al trasladarse a las ciudades cercanas en buscan medios de vida alternativos. 

Ante este panorama, un equipo de investigadores que trabaja en el área desde el año 2018 en el proyecto BioResiliencia de los Bosques Andinos en Colombia, liderado por las universidades de Exeter y de Bristol del Reino Unido, decidió recaudar fondos para ayudar a los habitantes de Puerto Pinzón y La Cristalina, dos pueblos de aproximadamente 900 habitantes que viven dentro de La Serranía de las Quinchas.


Los caseríos de Puerto Pinzón y La Cristalina no cuentan con sistemas de salud. Atender a pacientes que resulten infectados con coronavirus les sería imposible. Foto: Camilo Altamar.

"Durante todo el año 2019 un grupo interdisciplinario conformado por geógrafos, paleontólogos, ecólogos, biólogos e historiadores colombianos y británicos, trabajamos en campo en el estudio de la resiliencia a largo plazo de los sistemas socioecológicos y las implicaciones futuras de la degradación de los bosques en los Andes colombianos. Como un acto de reciprocidad con las comunidades que tanto nos colaboraron, decidimos hacer una colecta para ayudarles en estos tiempos difíciles", sostuvo Mónica Amador Jiménez, miembro del componente sociocultural del Proyecto BioResiliencia. 

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La también investigadora asociada de la Universidad de Bristol, en Reino Unido, indicó que de esta forma también pretenden evitar impactos medioambientales nocivos. Comenzaron entonces un proceso de gestión y acercamiento con diferentes organizaciones y redes internacionales de Inglaterra, Noruega, Holanda e India para recaudar fondos que les permitieran comprar mercados, tapabocas, gel antibacterial, alcohol antiséptico y jabón para las familias que residían en esos dos caseríos. 

"Por fortuna la iniciativa tuvo una muy buena acogida y antes de que se cumpliera el tiempo límite, ya contábamos con el ciento por ciento del dinero que esperábamos conseguir (cerca de 10 millones de pesos)", manifestó. 


Para llegar a la ciudad más cercana desde Puerto Pinzón es necesario conducir durante dos horas por un camino sin pavimentar o ir a lomo de mula. Foto: Camilo Altamar.

Finalmente, el pasado domingo 28 de junio se realizó la entrega de los 80 mercados con los que se beneficiarán cerca de 400 personas, así como de los insumos sanitarios en Puerto Pinzón y La Cristalina. A estos dos pueblos olvidados por el Estado, que no cuentan con instalaciones médicas y han sido víctimas del conflicto armado interno entre los paramilitares y los narcotraficantes de la zona, también arribaron dos enfermeras quienes capacitaron a sus residentes sobre las medidas que deben adoptar para prevenir el contagio del coronavirus.


Mercados e insumos que les fueron entregados a las familias en Puerto Pinzón y La Cristalina. Foto: Camilo Altamar.

"Con algunos rubros que sobraron, vamos a organizar una huerta comunitaria para las familias más vulnerables, ya que en estos tiempos de crisis es fundamental garantizar la seguridad alimentaria", explicó Amador, quien afirmó que en el terreno ubicado en La Cristalina se sembrará plátano y berenjena, entre otros productos de alto valor nutritivo.

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La investigadora afirmó que continuarán trabajando en esa línea en los próximos meses y que para el éxito del crowdfunding, las plataformas virtuales y las redes sociales jugaron un papel determinante. "Demostrarnos que con poco se puede hacer mucho, solo basta disposición y voluntad. Cuando la gente se moviliza, se coordina y actúa con respeto y transparencia, puede lograr grandes cosas", apuntó. 


Con los recursos que sobraron del crowdfunding, ser realizará una huerta comunitaria para garantizar la seguridad alimentaria en tiempos de coronavirus. Foto: Camilo Altamar.

El proyecto de investigación BioResiliencia de los sistemas socioecológicos en los Andes colombianos es uno de los cinco proyectos del Reino Unido apoyados por el Consejo de Investigación del Medio Ambiente Natural y el Consejo de Investigación de Artes y Humanidades, bajo el programa Newton-Caldas ColombiaBIO.

La investigación aborda tres componentes específicos: paleoecología, ecología forestal y geografía humana socioambiental. "Trabajamos en asociación con las comunidades locales y eso nos ha dado la oportunidad de identificar sus necesidades en estos tiempos complejos", puntualizó Amador. 

A su turno, Dunia H. Urrego, integrante de Instituto de Sistemas Globales de Exeter, sostuvo que el proyecto tenía como objetivo comprender cómo los sistemas socioecológicos en los Andes colombianos sobreviven y se recuperan después de años de conflicto.


Estos dos pueblos se encuentran ubicados en un área remota de las tierras bajas de los Andes colombianos. Foto: Camilo Altamar.