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Mural de la artista china Li Xinmo de la exposición "Madres Solteras", en el Museo de las Mujeres en Bonn. | Foto: DW

IGUALDAD

Museos de mujeres: rescatando la historia olvidada

El primer museo de la mujer se fundó en 1981 en Alemania. Desde entonces, países de todo el mundo han seguido el ejemplo.

Alianza DW
7 de noviembre de 2014

Si bien, desde 1945, la igualdad de género es considerada un derecho humano, en la práctica aún falta mucho para alcanzar la equidad entre hombres y mujeres. Con el objetivo de promover la democracia de género, el Museo de las Mujeres abrió sus puertas en 1981 en la ciudad alemana de Bonn. Este espacio, el primero de su tipo a nivel internacional, se ha dedicado a rescatar del olvido la historia de las mujeres, así como a apoyar a artistas femeninas. Desde el año 2012, Bonn también es sede de la Asociación Internacional de Museos de Mujeres (IAWM, por sus siglas en inglés).


En los últimos cinco años, el número de museos de mujeres en el mundo ha aumentado de 40 a 50. Cabe destacar que la mayoría fue fundada por pequeños grupos de mujeres y no por iniciativa estatal. En América Latina -en Argentina, México, Perú y Costa Rica- existen cuatro museos, y en ninguna otra región han surgido tantas iniciativas de este tipo.

Un espacio vivo

Durante dos días (6.-7 de noviembre), representantes de museos de mujeres se dieron cita en Bonn para coordinar acciones y preparar la próxima conferencia de la IAWM en 2016. Glenda Hecksher, representante del Museo de la Mujer en México, explica a DW que la importancia de este espacio en el país latinoamericano radica en la necesidad de concientizar a la gente sobre el esfuerzo que le ha costado a la mujer mexicana obtener sus derechos.

El museo, que fue fundado en 2011 en la Ciudad de México, constituye un espacio vivo: por un lado, hace una revisión de la historia del país con enfoque de género, desde la época prehispánica hasta el presente, destacando la contribución de las mujeres a la construcción de la nación. Por otro, ofrece exposiciones temporales de arte y una amplia gama de actividades como presentaciones, recitales, talleres y mesas redondas, así como asesoría e incluso terapias para mujeres que han sufrido algún tipo de violencia.

“El museo ha cobrado una vida y una importancia increíbles en los últimos años. El espacio es chiquito y siempre está lleno. Tenemos mucha afluencia”, dice Hecksher. La escultora subraya que no solo mujeres, sino también muchos hombres visitan el lugar.

“La cultura eleva el espíritu”

La artista cuenta que llevó más de 15 años realizar el proyecto del Museo de la Mujer en México. “Lamentablemente en nuestro país, que tiene tantas necesidades, pareciera que la cultura no es necesaria, siendo lo verdaderamente importante, porque te eleva el espíritu”. No obstante, el éxito del museo sigue alentando la lucha de sus organizadoras para ampliar las instalaciones y fundar más centros culturales en el país.

La falta de presupuesto y de espacios adecuados representan los mayores obstáculos para los museos. En Alemania, por ejemplo, el Museo de las Mujeres lucha por sobrevivir. Para ahorrar presupuesto, la ciudad de Bonn, ha amenazado con cerrar el espacio, alegando que las mujeres alemanas ya han alcanzado sus objetivos.

“En teoría existe igualdad de género, pero los derechos de la mujer solo están en el papel. En el ámbito cultural y académico, las mujeres aún reciben menos salario que los hombres”, dice Bettina Bab, presidenta de la IAWM. También existen casos extremos, como en Irán, donde una activista política fue encarcelada por proponer la creación de un museo de la mujer en el país.

En pleno siglo XXI, los museos de la mujer nos recuerdan que aún no hemos alcanzado la plena equidad de género y que el desarrollo de la mujer es fundamental para el desarrollo integral de los pueblos.