Home

Impacto

Artículo

Unos de los más afectados por esta situación son los niños.

Impacto

Los cinco mitos sobre la pobreza extrema en Colombia

Muchas veces el término “pobreza extrema” se confunde con otras situaciones. Aquí le contamos qué es y qué no es.

Conexión Colombia
9 de diciembre de 2013

Si alguien le pregunta a Griselda Romero qué significa pobreza extrema, ella cuenta el día en que buscó en las canecas de la Central de Abastos de Bogotá una forma de calmar el hambre.

Enseguida, y con nostalgia en sus ojos, Griselda, una desplazada de 73 años muestra el tamaño de los pescados que nadaban en los cinco lagos de su finca en Río Blanco, Tolima. “Eran unas carpas bien pulpas” – afirma, hace una pausa y su mirada se pierde por un momento.

“¿Para qué venir a Bogotá? Yo no sé leer, tampoco sé de leyes. Lo que sí puedo decir, es que pobreza extrema es no tener un horno para hacer de comer, tanta dificultad para pagar recibos de servicios públicos y el arriendo. En cambio, en mi finca no necesitaba nada.”

Pese a que lleva 11 años viviendo en Bogotá con su nieta Elizabeth, de 20 años, en sus conversaciones Griselda siempre evoca sus días en el Tolima. Ambas viven en el tercer piso de una casa que tiene en su fachada dos huecos grandes que hacen las veces de ventanas. La edad avanzada de Griselda y la epilepsia de Elizabeth quizá puedan explicar por qué no consiguen un trabajo formal y estable. “¿Pobreza extrema?, es vivir amargado”, dice y, da por terminado el tema.

Al igual que la señora Griselda, cada colombiano tiene su propia percepción de lo que significa la pobreza extrema. Las distintas visiones de esta problemática van desde el rostro de un indigente o persona de la calle que duerme debajo de los puentes, hasta la experiencia de una madre cabeza de familia sin ingresos estables y que habita en un barrio de invasión.

En medio de esta diversidad de miradas Conexión Colombia, con el apoyo de la Agencia Nacional para la Superación de la Pobreza Extrema (ANSPE), identificó los mitos comunes que se han creado en torno a esta grave problemática social:

Los mitos sobre la pobreza extrema son:

1. Indigencia y pobreza extrema son lo mismo  

Usualmente cuando se piensa en pobreza extrema, esta problemática se asocia con las personas que habitan en la calle, quienes aunque también son pobres extremos, atraviesan circunstancias distintas y más complejas a las de las personas consideradas en pobreza extrema.

Entonces, ¿cuál es la diferencia? Las familias en pobreza extrema tienen un lugar fijo para dormir que generalmente no cumple con las condiciones básicas de higiene, protección y seguridad. Adicionalmente, son viviendas ubicadas en barrios con acceso limitado a los servicios públicos. En su mayoría, estas familias cuentan con fuertes redes de solidaridad, a través de las cuales comparten vivienda y alimentos.

Por su parte, las personas que habitan en las calles carecen de una red de solidaridad que los apoye. Las condiciones son más extremas y en algunos casos pueden padecer adicciones y traumas psicológicos. Por lo tanto, indigencia y pobreza extrema no son lo mismo.  

2.  El ingreso es suficiente para determinar la pobreza extrema

Si bien el ingreso es una forma de determinar si una familia vive en pobreza extrema, éste no es un indicador que describa de manera completa esta situación.

Se considera que quienes tienen un ingreso inferior al costo de la canasta básica de alimentos sobrellevan esta problemática. En otras palabras, padecen de la privación de una alimentación con los mínimos calóricos.

Además del indicador tradicional del ingreso, la medición multidimensional revela otras privaciones complementarias que permiten tener una imagen global de la pobreza. “El índice de pobreza multidimensional permite evaluar la situación de pobreza de un hogar a partir de 15 privaciones agrupadas en cinco dimensiones como educación, niñez y juventud, trabajo, salud, vivienda y servicios públicos", asegura Beatriz Linares Catillo, Directora General de la Agencia Nacional para la Superación de la Pobreza Extrema – ANSPE.

En términos de reducción de pobreza, los expertos aseguran que son más eficaces las de estrategias que abarcan múltiples dimensiones y no solamente el ingreso.

3.  Pobreza extrema  y vulnerabilidad son sinónimos

En ocasiones, pobreza extrema y vulnerabilidad se usan para referirse a un mismo fenómeno. Sin embargo, son condiciones distintas. Las familias pueden atravesar situación de pobreza extrema y, adicionalmente, un estado de vulnerabilidad.

¿Qué es vulnerabilidad? Se trata del riesgo latente e inminente de sufrir un suceso grave que afecte las circunstancias de vida de manera radical: un desastre natural, la pérdida del empleo, la enfermedad crónica de un miembro de la familia, son algunos ejemplos de estos sucesos.

Con frecuencia las familias en situación de pobreza extrema, desplazadas a causa del conflicto armado y/o o en zonas de riesgo se encuentran en estado de vulnerabilidad.

En especial, las familias en situación de pobreza extrema tienen mayores dificultades para enfrentar un estado de vulnerabilidad, debido a sus bajos niveles de educación y conocimiento sobre sus derechos y oportunidades.

La vulnerabilidad se acentúa cuando las familias cuentan con muchos hijos, los mismos que durante la adolescencia pueden presentar embarazos no deseados, deserción escolar o ser reclutados por grupos armados ilegales. Se tratan de hogares que habitan en hacinamiento y en viviendas construidas con materiales inadecuados, con pisos de tierra y sin acceso a saneamiento básico.  

Todas estas circunstancias influyen en que la pobreza extrema se replique generación tras generación; un círculo vicioso de la pobreza extrema.

4. Salir de la pobreza extrema es cuestión de voluntad

Existe una percepción equivocada que las familias en pobreza extrema se encuentran en esta condición porque no tienen una verdadera voluntad o corresponsabilidad para superarla.

Sin embargo, como lo afirma la Directora General de la ANSPE, Beatriz Linares Cantillo “las familias en pobreza extrema, por encontrarse en una situación expresa de vulnerabilidad, no cuentan con las mismas oportunidades para gozar efectivamente de sus derechos. Por esta razón, es necesario que el Estado, con el apoyo y complementariedad de la empresa privada y la sociedad civil, unan sus esfuerzos para promover las condiciones adecuadas que le permitan a estas familias tener un acceso igualitario a los derechos, libertades y oportunidades”.

En este sentido, garantizando las potencialidades desde el Estado, y desde cada sector, se puede contribuir a que estas familias sean responsables de su propio desarrollo y alcancen condiciones de vida digna.  

5. En todos los países la desigualdad es un reflejo directo de la pobreza extrema

No siempre la desigualdad indica la situación de pobreza extrema de un país. En naciones de ingresos bajos, la pobreza puede ser tan generalizada que casi todos sus habitantes son pobres y, por ende, la desigualdad es baja.

Pero en países de ingreso medio-alto como Colombia, la desigualdad sí puede evidenciar las diferencias entre las circunstancias de vida de las personas y cómo algunas aún no han alcanzado condiciones mínimas de vida digna.

De acuerdo con la directora de la ONG Conexión Colombia Carolina Puerta, “en Colombia es necesario unir esfuerzos y hacer un llamado para que los ciudadanos aporten un granito de arena a favor de la equidad en el país.”