Calidad del aire en Medellín
El material particulado en el aire incide negativamente en las enfermedades respiratorias agudas de la población. Foto: archivo /Semana - Colombia hoy. | Foto: Cortesía Autor Anónimo

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Calidad el aire en el Valle de Aburrá volverá a empeorar: ¿por qué ocurre esto?

Ante la inminente emergencia que se producirá por la contaminación atmosférica entre el 8 de febrero y 10 de abril, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá, como autoridad ambiental, declaró el Estado de Prevención y dispuso de una serie de medidas para mitigar el problema.

4 de febrero de 2021

Una nueva emergencia por contaminación atmosférica se avecina en Medellín y el Valle de Aburrá. Como ya es habitual cada primer trimestre del año, la calidad del aire empeorara en esa región debido a la transición de la temporada seca a la lluviosa, que establece condiciones desfavorables para la dispersión de los contaminantes. 

"La presencia permanente de nubes de baja altura impide la radiación eficiente de radiación solar a la superficie, lo que hace que el aire y los contaminantes no asciendan los suficiente para que los vientos alisios los arrastren", explicaron desde el Área Metropolitana del Valle de Aburrá, autoridad ambiental de esa región.

Desde esa entidad indicaron, además, que la ocurrencia de incendios de cobertura vegetal al norte y oriente del país aumentaba significativamente la concentración de material particulado (PM 2.5) en el primer episodio crítico del año, es decir, en el mes de marzo. "Las particulas provenientes de estos incendios se transportan grandes distancias por acción de los vientos y afectan la calidad del aire del Valle de Aburrá. Por otro lado, la ocurrencia o no de fenómenos climáticos globales como El Niño o La Niña y los eventos de calientamiento en el Océano Atántico, determinan, en gran medida, las anomalías de precipitación que se observan en la región. El aumento o no de estas anomalías contibuye a la disminución en el número de incendios en la región y favorece el lavado de los contaminantes", aseguraron. 

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Afirmaron que todas esas variables meteorológicas, al igual que la recirculación al interior del valle de las emisiones locales y los aportes externos de contaminación (incendios), conducían a un aumento en las concentraciones de PM 2.5 y a desmejorar los índices de calidad del aire en dos periodos específicos del año: febrero a abril y octubre a noviembre. 

A esto, mencionaron, hay que sumarle las características de humedad, temperatura, radición solar, las lluvias, el movimiento del viento y la topografía del Valle de Aburrá que inciden directamente en la contaminación del aire, pues, por ejemplo, las montañas actúan como barreras que afectan las circulación del viento. 

Así las cosas, se teme que en este primer episodio de contingencia atmosférica del año, que tendrá lugar del 8 de febrero y el 10 de abril, algunas estaciones de monitoreo lleguen a color naranja por cuenta de una calidad del aire que afecta a grupos poblacionales vulnerables como mujeres embarazadas, adultos mayores y niños. 

Este panorama produjo que que el Área Metropolitana del Valle de Aburrá, como autoridad ambiental urbana de la región, declarara desde ya el Estado de Prevención, de acuerdo con el Plan Integral de Gestión de Calidad del Aire y, a la vez, planteara una serie de estrategias para reducir los niveles de contaminación  e intentar mitigar la problemática que, según la entidad, "tendrá gran complejidad".

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Juan David Palacio, director del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, afirmó que el episodio de contaminación de este año sería uno de los más difíciles de atender en la historia, razón por la cual se optó por iniciar la declaratoria mucho antes. Sostuvo que iba a ser muy difícil por cuenta de la reactivación económica, los incendios y la gestión de la pandemia.

“Invito a las empresas y a los emprendedores a que aumentemos por este tiempo el teletrabajo, que compartamos vehículo, que usemos la bicicleta, caminemos, que seamos conscientes que todos aportamos”, apuntó el director, quien señaló que, para las tres semanas críticas de marzo, se tandrán consideraciones adicionales como un pico y placa especial que se informará de manera oportuna. Este podría incluir la restricción de vehículos particulares que, por ahora, quedaron exentos.


En dos periodos del año en Medellín y el Valle de Aburrá los índices de contaminación del aire incrementan, provocando emergencias ambientales. Foto: archivo / Semana. 

Los que sí tendrán pico y placa ambiental serán los vehículos de transporte de carga y las volquetas, de 7:00 a.m. a 8:30 a.m. y de 5:30 p.m. a 7 p.m. Para vehículos modelo igual o menor a 2009, aplicará de 5:00 a.m. a 8:30 a. m. y de 4:30 p.m. a 9:00 p.m.

La medida aplicará a cuatro dígitos para cuando se declare estado de prevención y seis para el estado de alerta. La rotación de las placas dependerá de las secretarías de movilidad de cada municipio.

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Desde la autoridad ambiental también informaron que el control y vigilancia a las fuentes fijas producidas por el sector industrial se intensificará en pro de verificar el cumplimiento de las normas y suspender aquellas que no estén bajo la reglamentación. 

De igual manera, se indicó que las empresas no podrán realizar el mantenimiento preventivo de los equipos de control de emisiones atmosféricas durante el periodo de gestión preventiva de la calidad del aire. 


La contaminación del aire puede provocar efectos nocivos para la salud, principalmente de adultos mayores, niños y mujeres embarazadas. Foto: archivo / Semana. 

Por otra parte, se articulará con Corantioquia y Cornare los operativos de control y vigilancia a las fuentes fijas ubicadas en las zonas limítrofes del Valle de Aburrá, teniendo en cuenta que en situación de contingencia atmosférica la contaminación generada por fuera del valle puede agravar las condiciones de contaminación del territorio.

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Utilizar canales y servicios virtuales para evitar la movilidad en el territorio; evitar el uso del vehículo particular y la moto para trayectos cortos; utilizar el servicio público, que está autorizado para un aforo del 70 por ciento; transportarse en bicicleta y planear las diligencias en un solo recorrido para generar menos emisiones, son algunas de las recomendaciones que se han hecho a la ciudadanía para que también contribuya a mitigar la contingencia ambiental que se avecina.  

En esta casión, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá tomó la iniciativa de convocar a diferentes entidades del orden local, regional y nacional para atender de manera conjunta el episodio de calidad del aire en el Valle de Aburrá, con el propósito de que sea  abordado como una problemática de orden nacional. 

¿Qué hace el PM 2.5?

El material particulado PM 2.5 y PM 10, son partículas muy pequeñas, que permanecen en el aire durante mucho tiempo, incidiendo negativamente en las enfermedades respiratorias agudas de la población.

Las partículas de PM2.5 son más desfavorables a la salud que las de PM 10, ya que además de ser respirables, llegan fácilmente a los pulmones y pasan luego al torrente sanguíneo. El PM 2.5 es 1.000 veces más pequeña que la cabeza de un alfiler.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha estimado que existe una estrecha relación cuantitativa entre la exposición a altas concentraciones de pequeñas partículas (PM 10 y PM 2.5) y el aumento de la mortalidad o morbilidad a mediano y a largo plazo. Para la OMS, el PM2.5 no debería superar 10 pg⁄m3 (partículas microgramos por metro cúbico) en un tiempo de exposición anual, porque esto agravaría las enfermedades respiratorias agudas (ERA). 

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Según estudios epidemiológicos de Estados Unidos existe un riesgo de aumento de mortalidad entre un 2% y un 6%, por cada aumento de 10 pg⁄m3 en las concentraciones diarias y anuales de PM 2.5, respectivamente. 

Un estudio de investigación denominado ‘Cuantificación física y económica del impacto de la contaminación atmosférica en la salud de la población de Medellín‘, realizado entre 2017 y 2018 por la Contraloría General de Medellín, el Centro de Investigación, Estudios y Análisis (CEA), la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín y el Instituto Estudios Ambientales, con el propósito de evaluar los costos ambientales, señaló, entre otras cosas, que la emisión total de PM 2.5 - material particulado fino - en el Valle de Aburrá eran de 1.230 toneladas por año, provenientes de las fuentes móviles y fijas, las cuales tenían una participación del 70% y 30%, respectivamente.