CORONAVIRUS

Aislamiento humano: ¿una trampa para los animales silvestres?

Expertos del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales aseguran que el confinamiento podría constituirse para muchos animales en una "trampa ecológica".

1 de mayo de 2020

Zorros, osos de anteojos, hormigueros y perezosos, al igual que venados, delfines y aves de diferentes especies son algunos de los animales que han podido observar colombianos en diferentes regiones del país en medio del confinamiento humano para evitar el contagio del coronavirus. 

Lo preocupante para el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (Creaf) de la Universidad Autónoma de Barcelona (España), es que estos animales se acostumbren a vivir en un entorno aparentemente tranquilo, el cual volverá a convertirse con el tiempo en una amenaza para su supervivencia. 

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Según el Creaf, instituto adscrito al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la disminución de la presencia de personas en espacios abiertos será para “muchos animales una trampa ecológica", ya que les formará “una falsa percepción de que las ciudades son lugares adecuados para vivir”, señala. 

Para los expertos del Creaf el hecho de que la pandemia por el coronavirus haya coincidido con la época de reproducción de varias especies podría agravar los efectos. “Si, por ejemplo, los pájaros aprovechan el bajo nivel de perturbaciones humanas para criar en zonas donde antes no lo hacían, la reproducción podría fracasar una vez la actividad recupere cierta normalidad”, explica el centro, que asegura, además, que los insectos efemerópteros, que confunden el asfalto con la superficie del agua para poner sus huevos, podrían ver reducidas sus poblaciones una vez retorne el tráfico vehicular a las calles.  

Oriol Lapiedra, biólogo del Creaf, sostuvo en una entrevista para el diario El País de España, que precisamente otro peligro es el asfalto, teniendo en cuenta que éste conserva el calor, lo que atrae a animales de sangre fría, como las serpientes, que ante la reducción del tráfico se atreven a subirse, especialmente en carreteras secundarias, aumentando el riesgo de atropellos una vez retorne la circulación de carros. 


Las zarigüeyas son los animales que más son atropellados en Colombia, según las estadísticas entregadas por Recosfa. Foto: archivo/Semana.

Para Lapiedra esta situación también podría presentarse a nivel rural, con especies de mamíferos “tremendamente flexibles” como el lobo, que se atreve a acercarse a zonas urbanas. “Si volvemos a salir de nuestras casas en el momento del nacimiento de las camadas, puede que haya más encuentros y una mayor conflictividad”, asegura Lapiedra. 

Otro inconveniente se registraría en los aeropuertos, ya que, ante la cancelación de vuelos, muchas aves están viendo estos lugares como seguros y, por esa razón, en aeródromos como El Prat, en Barcelona, han tenido que intensificar los trabajos para ahuyentar a pájaros como gaviotas o cormoranes. "Esto abre la puerta a problemas cuando se reactive la movilidad, tanto para la seguridad de los aviones como para las aves”, manifestó Carme Rosell, directora de Minuartia, consultora especializada en gestión de biodiversidad urbana y en la contención de conflictos con la fauna para El País. 

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Sin embargo, organizaciones ambientalistas como la Sociedad Española de Ornitología (SEO Birdlife) y WWF sostienen que la reducción de la presencia humana no será lo suficientemente larga como para que suponga una alteración para la fauna. “Es una situación muy circunstancial y se retornará a la normalidad. Los animales volverán a esconderse”, afirmó Luis Suárez, coordinador de conservación de WWF España a El País, quien aseveró que habría que esperar a un ciclo reproductivo completo hasta junio o julio, para conocer los efectos del confinamiento en la fauna. 

Por su parte, Beatriz Sánchez, responsable del programa de biodiversidad urbana de SEO Birdlife, aseguró que los cambios en los ecosistemas requieren muchos años. “Incluso si las restricciones se prolongaran dos años, es poco tiempo para que cambien los hábitos de las aves”, apuntó Sánchez, quien agregó que se podrían llegar a registrar afectaciones muy puntales en pájaros que hayan optado por criar en lugares que ahora gozan de algún grado de tranquilidad. 

Es probable que los cambios sean efímeros y la mayoría de sus consecuencias desaparezcan cuando la actividad humana vuelva a niveles similares previos a la crisis”, apunta la Creaf, que subraya que hasta que no finalice la cuarentena y los científicos no puedan volver a terreno, no se sabrá con exactitud qué está sucediendo.