El Área Protegida de Quitasol- La Habana tiene 6.888 hectáreas. Foto: Corantioquia

MEDIOAMBIENTE

Más de 6.800 hectáreas se destinarán a conservar biodiversidad en Antioquia

Corantioquia declaró el Área Protegida Quitasol - La Holanda, bajo la figura de Distrito Regional de Manejo Integrado (DRMI). Son 6.888 hectáreas destinadas a la conservación en los municipios de Bello, San Pedro de los Milagros, Barbosa, Copacabana, Girardota y Donmatías.

21 de diciembre de 2020

El Área Quitasol- La Holanda, ubicada en el Norte del Valle de Aburrá, fue declarada como territorio protegido por parte de la Corporación Autónoma Regional del Centro de Antioquia (Corantioquia), luego de obtener un concepto favorable por parte del Instituto Von Humboldt. Esta es una zona de características únicas, hábitat de especies endémicas, que cuenta con una gran diversidad biológica y un patrimonio arqueológico importante. 
 
Con la declaratoria, que involucra a 17 veredas de seis municipios: cuatro del Valle de Aburrá (Bello, Barbosa, Copacabana y Girardota) y dos del norte del departamento (San Pedro de los Milagros y Donmatías), se preservarán importantes fuentes hídricas de la zona, entre estas la cuenca abastecedora del Alto de Medina en San Pedro de los Milagros. También se aportará al control de la erosión, la protección de la biodiversidad y la conservación del patrimonio arqueológico del cerro Quitasol, donde se encuentra el camino de Niquía Corrales, una infraestructura que corresponde con la época prehispánica.  

Vista al cerro Quitasol. Foto: Corantioquia. 

 
De igual forma, la autoridad ambiental indicó que en el área también son de gran importancia ambiental los bosques altoandinos de robledales, en jurisdicción de San Pedro de los Milagros, Barbosa, Girardota, Bello, Copacabana y Donmatías, y los bosques de la vereda La Holanda en el municipio de Girardota.  

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Entre los valores objeto de conservación referidos a la protección de especies, se cuentan 14 de fauna, entre ellas varias aves endémicas, incluida el gorrión montés o montañerito paisa (Atlapetes blancae), el cual se encuentra en peligro crítico (CR) e incluso estuvo considerado como extinto y el ocelote (Leopardus pardalis). En flora, se busca proteger cinco especies, entre estas, el Cedro (Cedrela odorata) y el roble (Quercus humboldtii). 

Diversas especies de fauna, algunas endémicas habitan en la nueva área protegida. Foto: Corantioquia. 


El Distrito Regional de Manejo Integrado (DMI) es una figura de conservación que permite el aprovechamiento racional de los recursos, con el objetivo principal de fomentar la conservación y el desarrollo sostenible. 
 
Según se dio a conocer, en el Valle de Aburrá existen actualmente un total de 213,17 hectáreas declaradas como áreas protegidas en el contexto urbano. Se trata de las siguientes: Área de recreación Piamonte (14.23 hectáreas); Área de recreación Parque Ecológico Cerro Nutibara (29.33 hectáreas); Parque natural regional metropolitano Cerro El Volador (107.13 hectáreas); Área de recreación urbana Cerro La Asomadera (26.63 hectáreas); Área de recreación urbana Humedal El Trianón – La Heliodora (23.31 hectáreas) y (Área de Recreación Humedal Ditaires (12.54 hectáreas). 

Por su parte, con el DMI Quitasol – La Holanda, Corantioquia ha declarado 19 áreas como protegidas en su jurisdicción, en las que se suman cerca de 350.000 hectáreas destinadas a preservar la biodiversidad en ecosistemas estratégicos, como bosques, complejos cenagosos y humedales.

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Según la directora de Corantioquia, Ana Ligia Mora, este logro de una nueva área protegida es muy importante porque es el resultado de un esfuerzo articulado de varios actores, entre ellos el Área Metroplolitana, las alcaldías locales de los seis municipios que tienen injerencia en la misma, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud) y las comunidades.

Para la directiva, se trata de un gran referente y por ello se debe seguir buscando la protección de recursos naturales y la conservación de áreas que son importantes para la entrega de servicios ecosistémicos, como las fuentes hídricas. También será posible trabajar en un turismo de naturaleza bien desarrollado que cuide y proteja.

La fauna es uno de los potenciales que ofrece esta área protegida. Foto: Corantioquia

Dijo que ahora viene una parte muy importante que es la formulación del plan de manejo, en el que nuevamente participarán estos actores, pero especialmente la comunidad debe involucrarse con el mismo y pensar que es posible tener crecimiento económico con sostenibilidad.