MEDIO AMBIENTE

El momento crítico del atún aleta azul del Pacífico

La WWF insta a los miembros de la comisión de pesquerías del Pacífico Oriental a mantener las cuotas de captura para no amenazar la supervivencia de la especie.

21 de junio de 2016

Las reducidas poblaciones de atún aleta azul del Pacífico hacen necesario un mayor control de su pesca. Es necesario adoptar medidas de manejo adicionales y más estrictas, para compensar el actual exceso de capacidad de pesca que existe en la región. La comisión de pesquerías se reunirá a partir de la próxima semana en La Jolla, Estados Unidos.

Según una evaluación llevada a cabo en el 2014, las poblaciones del atún aleta azul del Pacífico han sido mermadas considerablemente y no hay señales de recuperación en sus números. Pablo Guerrero, Coordinador del Atún del Océano Pacífico Oriental para WWF, dijo: “Solo una reducción significativa de las capturas de juveniles y medidas estrictas para proteger a los juveniles y los adultos, podrán garantizar la sostenibilidad a largo plazo de esta importante especie para la pesca”.

Además de mantener la cuota de 6.600 toneladas de captura, establecida para el 2015 y 2016, la organización WWF solicitó a la Comisión Interamericana de Atún Tropical (Ciat) monitorear de cerca la población para garantizar el respeto de las cuotas. La Ciat y su organización hermana, la Comisión de Pesca del Pacífico Occidental y Central (WCPFC, por sus siglas en inglés), deben implementar un plan a largo plazo de recuperación del atún aleta azul. Se debe contar con reglas de control de las capturas robustas y límites de captura explícitos y basados en la ciencia, para eliminar la sobrepesca y devolver al atún sus posibilidades de supervivencia.

Dicho marco de manejo, permitirá a los administradores actuar rápidamente para garantizar que las capturas no excedan los límites aceptables. Por esta razón, WWF apoya la propuesta de Ecuador para la adopción formal de reglas de control de capturas para los atunes tropicales en el Océano Pacifico Oriental.

Hasta abril del 2016, la capacidad operativa de la flota de pesqueros ha crecido un 11% más respecto a los tres años previos. Un incremento de este tipo muy probablemente conllevará a la sobrepesca de las poblaciones de aleta amarilla, a menos que la Ciat adopte medidas preventivas adicionales.