En el segundo día del tercer seminario nacional anual sobre monitoreo de la cobertura forestal, se compartieron experiencias internacionales y nacionales de monitoreo comunitario participativo

MEDIO AMBIENTE

El monitoreo comunitario ya probó que puede frenar la deforestación

Durante la segunda jornada del tercer Seminario Anual de Monitoreo de la Cobertura Forestal voceros de Guatemala, Perú y organizaciones nacionales evidenciaron el aporte del monitoreo comunitario a la protección de los bosques.

28 de noviembre de 2018

Durante la segunda jornada del tercer Seminario Anual de Monitoreo de la Cobertura Forestal voceros de Guatemala, Perú y organizaciones nacionales evidenciaron el aporte del monitoreo comunitario a la protección de los bosques.

Esmer Salazar, del Equipo de Dirección de la Asociación de Comunidades Forestales de Petén (ACOFOP) de Guatemala, compartió las experiencias del país centroamericano y el diseño y ejecución del sistema de monitoreo de sus bosques que existe desde hace 15 años y explicó que funciona mediante puestos de control en toda la reserva de 450 mil hectáreas, que vigilan constantemente el territorio.

Este monitoreo, que cuenta con el apoyo de imágenes satelitales, tiene también cuadrillas de siete personas que patrullan constantemente el territorio protegido. Asegura Salazar que el sistema les ha permitido mantener la zona bajo control reflejando una tasa de deforestación de solo el 0,4 por ciento en 2017.

Por su parte, Oswaldo Juep Danducho, Coordinador del proyecto “Vigilancia y Acción Indígena Integral para frenar la destrucción de la Amazonia” de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP), contó que el monitoreo ambiental que hacen las comunidades indígenas de Perú lo refuerza su organización a través de capacitación en temas forestales y de legislación para que los indígenas aprendan a defender su territorio y sus bosques.

Dijo que en su país “las comunidades trabajan con empresas madereras, que se aprovechan del desconocimiento de los líderes indígenas y los nombran como representantes legales. Esto ha generado que las autoridades se encuentren con irregularidades y, a hoy, las comunidades indígenas deben más de 50 millones de soles por multas”.

Por ello crearon veedurías indígenas con el propósito de acompañar a las comunidades para que se articulen con las autoridades forestales. El líder Juep agregó que incorporaron la tecnología a su trabajo a través de una aplicación que permite registrar en tiempo real casos de deforestación y que se capacita a las comunidades para que dominen este aplicativo y generen alertas.

Los protectores de los bosques colombianos

Los bosques colombianos perdieron 220.000 hectáreas durante el último año. A pesar de estas cifras, en el país existen personas y organizaciones que velan por su preservación.

Uno de ellos es Ermes Carreño, Representante legal de la Fundación Campesina Protectora del Medio Ambiente, en la serranía de San Lucas, del municipio de Santa Rosa, Sur de Bolívar, quien desde hace doce años emprendió una iniciativa de preservación de un territorio amenazado por el conflicto armado y la destrucción ambiental generado por la minería ilegal y la tala indiscriminada.

Inicialmente tres familias se unieron para conservar sus predios y la iniciativa creció al punto de llegar hoy en día a la protección de 7.500 hectáreas de bosque nativo del cerro 1.800, que es el segundo cerro más alto de la Serranía de San Lucas, mediante acuerdos voluntarios firmados por 220 familias de la región.

Carreño aseguró que, pese a la conciencia ambiental que se ha creado, les falta apoyo del Estado. "No vemos un apoyo directo a lo que producimos, muchas veces no hay quien compre lo que sembramos”.

El monitoreo comunitario recibe el apoyo de la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO cuyo vocero José Carlos Fernández, asesor para temas forestales, dijo que dijo que el reto está en cómo estos esquemas de monitoreo se vinculan con los procesos de gestión del territorio para que se multipliquen.

Graciano Caicedo, representante legal del Consejo Comunitario de la Cuenca del río Yurumanguí en el pacífico colombiano contó la experiencia en la preservación de 64.000 hectáreas de bosques.

“Estamos tratando de recuperar prácticas, costumbres y tradiciones y que la gente maneje la temporalidades. Antes siempre se cortaba en menguante donde la madera salía sin gorgojos, buena para la comercialización, pero no como ahora que se quiere hacer a toda hora en todo momento”, dijo Caicedo.

Agregó el líder ambiental que se encuentran en el proceso de pagos por servicios ambientales, buscando que las comunidades vivan con dignidad en el territorio, conservando sus prácticas, usando sus recursos naturales pero sin deteriorar la tierra. Graciano dijo que las amenazas de la región son la pobreza y la miseria. “Una persona con hambre, con dificultades para educar a sus hijos, con necesidades básicas insatisfechas, no va a respetar el bosque por más que uno le dé talleres de capacitación”. Por eso se encuentran en la búsqueda de aliados para poner en marcha proyectos sostenibles.

El monitoreo que se realiza en Yurumanguí tiene una particularidad que lo distingue de los demás sistemas: “Cuando hablamos de monitoreo, estamos hablando primero de la construcción artística de la defensa del territorio”, contó Caicedo y recordó la erradicación que hicieron de cultivos ilícitos en 2007, en la que, mediante cantos, generaron la apropiación de los jóvenes. Aseguró que el activar esa esencia del canto, de lo que son en sus prácticas y costumbres, ha fortalecido la cultura de cuidado del entorno.

Con orgullo Caicedo finalizó diciendo que desde que llegaron sus antepasados por el año 1.600 a la cuenca del río Yurumangui han cuidado de los bosques, y por eso hoy cuentan con 42.000 hectáreas de bosque intacto. Recalcó que la biodiversidad es el territorio más la cultura, aspectos claves para la preservación.

Ole Reidar Bergum, Consejero de Clima y Bosques de la embajada de Noruega en Colombia, por su parte, dijo que el país es pionero en sistemas de monitoreo de los bosques y agregó que solo trabajando con las comunidades que allí viven se podrán tener resultados eficaces.

Jesús Díaz Silva, de la Asociación Asoyariguies, ubicados en cercanías de la Sierra Los Yariguies, en Santander, desde hace 12 años trabaja en proyectos con ayuda de cooperación internacional y hoy en día siete veredas de la región ya han firmado acuerdos de preservación comunitarios, asegurando el cuidado de 500 hectáreas de bosque.

“Se está haciendo monitoreo de caudales y bosques, se hizo el inventario forestal y se ha capacitado en las escuelas fortaleciendo esos conocimientos en los niños", dijo Díaz.

La jornada finalizó con un panel de discusión sobre cómo articular iniciativas de monitoreo comunitario con el Sistema de Monitoreo de Bosques del Ideam.

Este es un producto periodístico de la Gran Alianza contra la Deforestación. Una iniciativa de Semana, el MADS y el Gobierno de Noruega que promueve el interés y seguimiento de la opinión pública nacional y local sobre la problemática de la deforestación y las acciones para controlarla y disminuirla.