MUNDO

El tren que amenaza a los parques naturales de Kenia

A medida que el oeste central de África busca modernizarse, su vida salvaje corre peligro. Ambientalistas presionan para que construyan pasadizos seguros para los elefantes.

26 de abril de 2016

África es el continente más grande del mundo después de Asia y América y goza de enormes extensiones de tierra verde que albergan diversas especies de la flora y la fauna. Allí Kenia es uno de los países africanos más ricos en naturaleza ya que tiene más de 10 reservas naturales y siete reservas marinas.

El Parque Nacional Tsavo es el más viejo y el más grande de todos con un área de 24.000 kilómetros cuadrados, aproximadamente el tamaño de Cundinamarca. Sin embargo, una ferrovía que el gobierno keniano está construyendo y que va desde el puerto de Mombasa hasta Nairobi, tiene en grave riesgo a la reserva de Tsavo. (Vea: Energía eólica, el viento sopla a favor de Kenia)

Si bien ya existe una ferrovía colonial que conecta a Nairobi con la costa de Mombasa, esta no impide el paso de algunos animales, a diferencia de la que se está construyendo sobre un empinado terraplén artificial. Con esta característica la ferrovía quedaría elevada sobre el nivel del suelo, haciendo imposible el paso de elefantes, jirafas y también dificultando el tránsito de tribus locales.

Para poder determinar cómo los elefantes interactúan con una infraestructura que ha dividido su hábitat en dos, los ambientalistas del sector se dieron a la tarea de monitorearlos utilizando una serie de collares que envían una señal vía satélite.

El ferrocarril tiene apenas dos puentes debajo de los cuales los elefantes y las jirafas podrían pasar, pero descubrirlos implicaría un esfuerzo antinatural y tendrían que recorrer cientos de kilómetros comprometiendo su llegada a los manantiales antes de que se sequen, o a los pastizales antes de ser consumidos por otros animales.

A la construcción de la ferrovía se sumaría una autopista de seis carriles que el gobierno keniano desea construir. Por eso los miembros de Salvar a los Elefantes (STE, por sus siglas en inglés), una fundación británica con sede en Nairobi, están presionando al Gobierno para que construya las vías de tal modo que permitan el paso regular de los elefantes y las jirafas. Su propuesta consiste en intercalar las vías con pasadizos seguros, haciendo posible la coexistencia del hombre con la vida salvaje. (Vea: Desechos humanos son la respuesta energética en Kenia)

El Servicio Nacional de Vida Salvaje (Kenya Wildlife Service) está colaborando con la Fundación y con el monitoreo esperan se revele cuán difícil es para los elefantes la construcción que hasta el momento se ha hecho. Es decir, si están comenzando a huir de su hábitat natural o presentando dificultad para encontrar fuentes de alimentos a causa de la ferrovía.

La Fundación sostiene que 100.000 elefantes fueron asesinados por cazadores furtivos en apenas tres años durante la década del 2000, por lo que se trata de una especie particularmente vulnerable, y una ferrovía en conjunción con una autopista solo agravaría la situación.

Por su parte, Paula Kahumbu, directora de la organización kenia-estadounidense Salvando Animales en Peligro de Extinción, dijo a la National Geographic que el Gobierno debería declarar el Parque Nacional de Tsavo como zona prohibida para la construcción humana.

Está por verse qué decisión tomarán los políticos kenianos y si, pese a decidir continuar con la construcción, garantizarían el paso seguro de los grandes animales, especialmente el elefante.

El elefante en el ecosistema

Como el más pequeño de los animales terrestres, la hormiga, también el más grande cumple con un papel preponderante en el ecosistema. Los elefantes son los jardineros y los arquitectos del medioambiente según los expertos: es la especie que más dispersa las semillas por grandes extensiones de territorio tras su consumo, fertilizando el terreno.

Luego, su función de ingeniería la ejercen modificando los hábitats: con su peso empujan o derrumban los árboles, extraen su corteza y se alimentan de sus ramas. Es así como transforman los bosques en las sabanas abiertas propiciando el crecimiento del pasto para múltiples especies de pastizales, como el antílope y el búfalo que, tras consumirlos, vuelven a convertirse en bosques.

Noticias Destacadas