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Kenia quema el marfil ilegal para acabar con la caza furtiva

El presidente keniano lideró un evento en contra de la caza ilegal, que tiene al borde de la extinción a varias especies.

3 de marzo de 2015

Una imagen muy particular se vio este martes en Kenia cuando 15 toneladas de marfil ilegal fueron quemadas por el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, en el Parque Nacional de Nairobi con motivo del Día Internacional de la Fauna.

El cargamento de marfil se habría cotizado por decenas de miles de dólares y habría tenido como destino final el sudeste asiático. En el entramado de una industria, que según estimaciones, genera cerca de 214 millones de dólares anuales a las mafias que trafican con flora y fauna en África.

El mandatario keniano, que estuvo acompañado por el conservacionista Richard Leakey, declaró que la ceremonia tenía como principal objetivo "demostrar su determinación a la hora de erradicar la caza furtiva, mi Gobierno quemará el resto de sus reservas a lo largo de este año". (Vea: Desechos humanos son la respuesta energética en Kenia)

"Estamos comprometidos a combatir esta amenaza hasta que desmantelemos toda esta economía vil", dijo el primer mandatario, un anuncio que renueva la esperanza de conservar algunas especies de elefantes y rinocerontes, dado que la caza furtiva ha llevado a que especies como el rinoceronte blanco estén casi extintas, una variedad de la que solo quedan cinco especímenes en todo el mundo.

Desde 1989 Kenia ha sido uno de los pocos países africanos en comprometerse a luchar contra la caza furtiva y el tráfico ilegal de flora y fauna. En ese año el gobierno quemó por primera vez sus reservas de marfil incautado, un hecho que se tradujo en la prohibición del comercio y la disminución de la demanda en Europa, Estados Unidos y Japón.

Asimismo, en los últimos tres años, la caza ilegal de animales protegidos se ha convertido en uno de los principales desafíos del país africano donde el comercio ilícito amenaza la biodiversidad, la industria turística y el desarrollo económico.

Según cifras de las Naciones Unidad entre 20.000 y 25.000 elefantes mueren cada año en África, esto ha generado que su población haya llegado a una preocupante cifra de solo 650.000 ejemplares.