Para Manuel Rodríguez es un fracaso que el mundo pierda más de 13 millones de hectáreas de bosque al año. Foto: Guillermo Torres/Semana

MEDIO AMBIENTE

“La política forestal global fracasó”: Manuel Rodríguez

Para el ex Minambiente es prueba más que suficiente de ese fracaso que el mundo pierda más de 13 millones de hectáreas de bosque al año. Asegura que el Consejo Nacional de Lucha contra la Deforestación solo funcionará si es liderado por el Presidente y con una fuerte inyección económica. Segunda entrega de los Escuderos de los Bosques de la Gran Alianza contra la Deforestación.

4 de abril de 2019

Manuel Rodríguez Becerra, primer Ministro de Ambiente del país y hoy docente, columnista y presidente del Foro Nacional Ambiental, admite estar obsesionado por los bosques, a los que cataloga como la unidad ecológica fundamental en el mundo. Por eso, su extensa vida laboral ha estado marcada por estos ecosistemas, fijación que lo llevó a presidir en dos ocasiones el Foro de Bosques de las Naciones Unidas y ser miembro de la Comisión Mundial de Bosques y Desarrollo Sostenible.

Esa vasta experiencia boscosa, que plasma en sus escritos y publicaciones, lo ha convertido en una eminencia en la materia y uno de los grandes detractores de la hecatombe que padecen los bosques del mundo por culpa de la deforestación. Es un hombre agudo, certero, analítico y directo en sus declaraciones que sacuden las redes sociales cada vez que evidencia algo que atente contra su verde obsesión.

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En el cierre de la primera fase de la Gran Alianza contra la Deforestación, iniciativa de SEMANA, el gobierno de Noruega y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Rodríguez dijo que la política forestal global es un enorme fracaso. “Perder más de 13 millones de hectáreas de bosque al año en el mundo por culpa de la deforestación es un fracaso para todos los que hemos tenido incidencia en la política forestal nacional e internacional. Hemos liderado audiencias, foros y cumbres, pero sin resultados eficaces”.

Foto: FCDS.

Sin embargo, advierte que no hay que bajar la guardia y que se debe continuar incidiendo en la política. También destaca que el ambientalismo sí ha tenido un éxito importante entre las nuevas generaciones. “La niña sueca de 16 años que reta a los dirigentes de su país a concretar acciones en defensa de los recursos naturales es algo fantástico que significa que podemos hacer algo positivo. Son nuevos fenómenos de conciencia ambiental que indican un éxito por parte de los ambientalistas. En Colombia, además de la Gran Alianza contra la Deforestación, contamos con iniciativas como Parques Cómo Vamos y el Centro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para América Latina y el Caribe, el cual tendrá como protagonista a los bosques”.

Caso colombiano

Colombia, país que pierde a diario más de 611 hectáreas de bosque por el accionar de la motosierra, contará con un Consejo Nacional de Lucha contra la Deforestación, una unión de diferentes entidades del orden nacional, policivas, fiscales y de control, que tendrá el propósito de poner fin al flagelo que atenta contra el tesoro verde planetario.

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El Ministro de Ambiente Ricardo Lozano aseguró que esa estrategia está andado y que “incrementará los procesos probatorios de los criminales que hacen un uso ilegal de las tierras, para que así paguen las penas relacionadas con los delitos ambientales”.

Ante esto, Rodríguez dijo sentirse escéptico por el término de ‘consejo’. “Con la Ley 99 de 1993 creamos el Consejo Nacional Ambiental, una coordinación interinstitucional que no sirvió para nada. Para que el Consejo Nacional de Lucha contra la Deforestación del actual gobierno funcione, este tiene que estar presidido por el presidente Iván Duque, como lo hace con el Consejo de Política Económica; de lo contrario no tendrá importancia. No hay otro problema más urgente que la deforestación”.

Foto: FCDS

Sumado a esto, piensa que si no hay recursos económicos para luchar contra la deforestación, ese consejo nacional tampoco servirá. “Los impuestos del carbono podrían servir para financiar la implementación de la nueva Política Nacional de Defensa y Seguridad, la cual establece que la biodiversidad y el agua son temas de seguridad”.

Cataloga a los terratenientes y acaparadores de tierra que impulsan la deforestación como empresarios criminales, que deben ser desmantelados por medio de la participación de toda la fuerza pública.

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“La Amazonia está en manos de estos criminales que tumban más de 1.500 hectáreas para apoderarse de forma ilegal del nuestro mayor patrimonio. Ponerles freno solo será posible con la seguridad, el control del territorio y la intervención integral de los bienes públicos. Pero eso necesita plata, que podría salir de los impuestos del carbono, compensaciones ambientales o tasas de uso del agua. Las acciones militares y de inteligencia también requieren de presupuesto para controlar la deforestación, pero no lo tienen. Estamos en emergencia”.

Control del Estado

El ambientalista enfatiza que la deforestación depende estrechamente del control por parte del Estado sobre el territorio. “Mientras Colombia no controle y haga presencia en esas áreas, seremos un Estado fallido. El país no puede seguir dejando que esos territorios sean despojados. La esperanza que guardamos muchos ambientalistas es que el gobierno del Presidente Duque tome seriamente ese control en los cuatro años que vienen”.

Sugiere que el Estado inicie esa toma de control territorial en las áreas más estratégicas y afectadas por la deforestación, como el Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete y la Sierra de La Macarena. “Allí podría iniciar la lucha del gobierno, llevando la deforestación a cero en estos sitios al final del gobierno. En el control territorial está la esperanza. Hay que convencer a las fuerzas armadas de que una bandera positiva para ellos es derrotar la deforestación. Como ambientalistas, debemos educar a las fuerzas militares sobre el significado de los bosques y la misión que cumplen”.

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En cuanto a la meta de deforestación del actual Plan Nacional de Desarrollo, que pretende que la tasa no supere el 23 por ciento en el cuatrienio, Rodríguez la rechazó de tajo. “Me opongo a esa visión del gobierno de deforestar más de 900.000 hectáreas en cuatro años. Debemos crear una estrategia que presione al gobierno a actuar en defensa de los bosques. Este año es crucial para generar colectivamente esa presión, buscar recursos económicos, plantear un proyecto de ley que le entregue presupuesto al Ministerio de Defensa para que pueda intervenir con la fuerza pública y fortalecer la unidad de bosques del Ministerio de Ambiente”.

Por último, fue enfático en afirmar que la defensa del bosque en Colombia es un clamor de unos pocos, y que la lucha contra la deforestación sigue siendo una voz débil. “Debemos calar ese compromiso en los ciudadanos que viven en las grandes urbes, quienes ven a los bosques como algo lejano. Eso pasa en Bogotá con la Reserva Forestal Thomas van der Hammen, una ciudad que está bastante perdida con la temática. En el Foro Nacional Ambiental, que realizaremos a mitad de año, sentaremos a los candidatos a las Alcaldías de doce ciudades a debatir temas relacionados con la estructura ecológica principal”.

*Este es un producto periodístico de la Gran Alianza contra la Deforestación. Una iniciativa de Semana, el MADS y el Gobierno de Noruega que promueve el interés y seguimiento de la opinión pública nacional y local sobre la problemática de la deforestación y las acciones para controlarla y disminuirla.