Oro limpio – Oro sucio: La estigmatización de la minería

_{Por: César Ruiz/Conservación Internacional}

El conflicto aumenta con el papel de las comunidades y sus instituciones, que en su mayoría, han decidido entrar en el negocio como administradores de los recursos generados por la minería informal. Aquí, los contratos establecidos con las unidades mecanizadas, el manejo del dinero y las disputas con actores sociales que también venden su territorio para la explotación minera, son los problemas que contribuyan a la dinámica de despojo y la ausencia de gobernanza local.

Para evitar la estigmatización de los mineros, es necesaria la construcción de una visión conjunta sobre la minería de largo plazo, que esté en función del recurso y su agotamiento y no de la renta, con participación de actores sociales, económicos, de la minería y de la institucionalidad pública. Esta visión debe definir programas de promoción y potenciación de la riqueza que tiene el país en recursos naturales no renovables, y cuyos principales objetivos deben ser: avanzar en mecanismos de formalización, mejorar las condiciones técnicas, laborales, empresariales y legales de la pequeña minería tradicional, e impulsar políticas de diversificación económica, de implementación de tecnologías limpias y de estrategias de protección y conservación ambiental.

Esta perspectiva debe tener un carácter diferenciado y con una perspectiva de derechos que vaya de la mano con las particularidades étnicas, de biodiversidad y la organización productiva de las comunidades. Un elemento básico para generar cambios socioeconómicos y ambientales en las dinámicas de minería informal presentes en la actualidad.