Pescador en la isla de San Andrés. Foto: Claudia Camejo/SEMANA | Foto: Claudi Camejo/SEMANA

MUNDO

No todos los peces comestibles están contaminados con plástico

Investigadores del Instituto Alfred Wegener, de Bremen (Alemania), creen que el fenómeno se debe a las diferencias de los comportamientos alimentarios de estos animales.

Alianza DW
14 de enero de 2016

La basura plástica de los mares tarda mucho tiempo en desintegrarse en partículas más pequeñas, muchas de las cuales son más livianas que el agua y flotan sobre la superficie de los océanos. La incidencia del sol y el movimiento de las olas las desintegran más aún. Finalmente, los trocitos ínfimos de plástico va a parar al estómago de animales pequeños, de aves marinas, mamíferos marinos o peces.

Biólogos del Instituto Alfred Wegener, de Bremen estudiaron recientemente la cantidad de partículas de plástico que se encuentra en el aparato digestivo de peces comestibles. El resultado es sorprendente: depende mucho del tipo de pez. Algunos están fuertemente contaminados, y otros no lo están en absoluto.

Cuidado con la caballa

Los biólogos estudiaron el contenido del aparato digestivo de 290 peces, entre ellos, caballas, lenguados, arenques, bacalaos y limandas, que fueron atrapados en el Mar Báltico y el Mar del Norte, y descubrieron que las caballas habían tragado plástico mucho más a menudo que peces que viven más cerca del suelo, como los lenguados o las limandas. Según la región en la que se capture a los peces, los investigadores hallaron plástico en un 13 a un 30 por ciento de las caballas.

Los arenques, sin embargo, parecen más predispuestos a engullir plástico de acuerdo con las estaciones del año. “Se supone que eso se debe al comportamiento alimentario de los peces”, explica el biólogo Gunnar Gerdts, director del estudio. Resultó evidente que las caballas confunden los restos de plástico en la superficie con su presa.

Las caballas comen, por lo general, agujas de mar recién nacidas, que también flotan sobre la superficie de los mares. Eso explica también por qué en el estómago de esos peces se encontraron sobre todo fibras plásticas que, por su forma, se asemejan a las agujas de mar. Los peces que viven en la profundidad, por el contrario, tragan trozos de plástico que arrastran en su búsqueda de alimento.

¿Peligro para los seres humanos?

Los investigadores no encontraron indicios de que los peces se enfermaran por haber ingerido partículas de plástico. El estudio tampoco señala que la ingestión de caballa u otros peces contaminados con plástico pueda ser peligrosa para la salud humana. “Muchas partículas están en los órganos digestivos”, aclaró Lars Gutow, otro de los expertos del instituto. Pero a los peces se les extirpa esos órganos antes de ser puestos a disposición del consumidor, las partículas no desembocan en el plato. Sin embargo, no queda claro del todo si los productos que libera el plástico al desintegrarse pueda pasar a la circulación sanguínea de los peces y, de ese modo, a la comida.

Para reducir el uso de bolsas plásticas en Alemania, la ministra de Medio Ambiente, Barbara Hendricks, del Partido Socialdemócrata (SPD), advirtió a los comerciantes alemanes no demorar en ponerse de acuerdo sobre su obligación de poner un precio a las bolsas. El objetivo de la Comisión Europea es reducir el consumo per cápita a 40 bolsas de plástico por año en un lapso de diez años. Actualmente, cada alemán usa 71 bolsas plásticas por año en promedio.