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CIENCIA

Cinco platos típicos que el cambio climático podría arruinar

De no detenerse, el cambio climático tendrá consecuencias sobre la manera cómo comen los colombianos. El arroz, el café o el azúcar se podrían volver un lujo.

12 de noviembre de 2015

Desde hace varios años, el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) ha realizado profundas investigaciones sobre las consecuencias del cambio climático sobre la agricultura colombiana. El CIAT calcula que en las próximas décadas, 60% de las áreas cultivadas enfrentarán impactos.

Se prevé que de aquí a 2050, las temperaturas aumenten en promedio 2,5 grados, que el régimen de lluvia cambie y que se intensifiquen eventos climáticos extremos. Eso afectará las épocas de cosechas, traerá nuevas plagas, cambiará la productividad y tendrá impactos sobre los precios.

Estos son los cinco productos más vulnerables según el CIAT:




Partido en dos, con una pizca de sal, acompañando una bandeja paisa, un ajiaco o en solitario. El aguacate es un verdadero manjar, además de ser uno de los grandes cultivos de exportación de Colombia. El país es el quinto productor mundial, con una cosecha anual de 250 mil toneladas y ventas en Estados Unidos y Europa.

Según el CIAT, es el producto más vulnerable al cambio climático en Colombia y para el 2050 las plantaciones de grandes regiones aguacateras como el Eje Cafetero, Valle del Cauca y Tolima sufrirían grandes cambios. Además, según un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España, por el aumento de las temperaturas el aguacate enfrentará más plagas, lo que dispararía el uso de insecticidas, las pérdidas y el costo del fruto. (Vea: Después de seis años esta hamburguesa de McDonalds sigue intacta)




Para muchos, una comida sin arroz no es comida. En Colombia, según Fedearroz, se consumen casi 40 kilos de este cereal por persona por año. Con el cambio climático, fenómenos como el Niño se hacen más fuertes, las sequías se van a intensificar y el agua se va a volver un bien cada vez más preciado. Producir un kilo de arroz necesita más de 3.000 litros de agua, lo que vuelve el cereal muy vulnerable. Según el CIAT, la productividad del arroz tiene tendencia a estancarse, algo que se reforzaría con el cambio del clima. (Ver: 7 ingredientes que nunca debería comer)




Las matronas de Tolima la tienen clara: sin arvejas la lechona debería llamarse de otra manera. Con el cambio climático, tal vez tocaría empezar a buscar nuevos nombres. Los campesinos que la cultivan ya enfrentan un deterioro acelerado de los suelos, en parte por culpa del cambio climático que provoca erosión, desertificación, derrumbes. En Colombia, la legumbre crece además en fincas pequeñas, que son las más vulnerables y menos preparadas al cambio climático. (Ver: Los 16 datos más felices de la historia de la ciencia)




En un año los colombianos consumen 2 kilos de café. A algunos les gusta con leche, a otros con panela, muchos lo prefieren negro y cada vez más personas lo disfrutan como capuchino. Pero más allá de los gustos, a millones de personas les costaría empezar el día sin una taza de tinto.

Las zonas montañosas, donde crecen los cafetales, son altamente vulnerables al cambio climático. El IDEAM calculó que en el Eje Cafetero, donde se cultiva un tercio del café colombiano, las lluvias aumentarían hasta 30%. Un estudio de 2014 del Centro Internacional para la Biociencia en la Agricultura reveló además que se incrementarían plagas que atacan los cultivos como la roya, el ojo de gallo y la broca. (Ver: ¿Cómo cambian de color los camaleones? Por fin se reveló el misterio )




El azúcar está en todo: el chocolate, los ponqués, los jugos y sirve para espolvorear todo tipo de postres y pastelería. En Colombia los cultivos de caña de azúcar se concentran en el Valle del Cauca, departamento que sufriría aumentos de temperatura, menos lluvias y desafíos para el riego de las plantaciones. Según el CIAT, 99% de los cultivos sufrirían cambios por el aumento de la temperatura y Centro de Investigación de la Caña de Azúcar de Colombia (Cenicaña) prevé una reducción en la productividad.